El Gobierno de Donald Trump intensificó su política migratoria con una redada masiva que terminó en la detención de más de 100 migrantes provenientes de México, Colombia, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras.
La redada, ejecutada por agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de EEUU (ICE, por sus siglas en inglés), se viralizó rápidamente en redes sociales. Los videos y testimonios compartidos muestran maltratos hacia los migrantes detenidos, situación que ha encendido las alarmas sobre la vulneración de sus derechos humanos.
Ante estos episodios, activistas de organizaciones como la Coalición Inmigrante de Florida (FLIC) denunciaron la ilegalidad de estas acciones.
En ese sentido, condenaron que las redadas se estén llevando a cabo en espacios que, tradicionalmente, se consideraban «protegidos», como escuelas, iglesias y hospitales, ampliando el temor entre las comunidades inmigrantes.
Medios internacionales refieren que la persecución criminal de migrantes, estaría siendo liderada por el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio.
