Se acaba de estrenar por la plataforma Netflix, los primeros 6 capítulos de la serie El Eternauta, producción argentina dirigida por Bruno Stagnaro, con guion del propio director y Ariel Staltari y protagonizada por Ricardo Darín y un jerarquizado elenco de actores argentinos y latinoamericanos (entre otros, la venezolana Orianna Cardenas).

Esta serie, que constará de un total de 14 capítulos distribuidos en dos temporadas, es la adaptación de un mítico comic argentino escrito por Héctor Germán Oesterheld, ilustrado en su primera versión por Francisco Solano López y publicado entre 1957 y 1959 en la revista Hora Cero. Luego, en 1969, apareció otra versión con dibujos de Alberto Breccia, y más tarde, en 1976 y desde la clandestinidad, Oesterheld escribió una tercera versión, nuevamente ilustrada por Solano López.

La serie se ubicó primera en audiencia en Netflix en los siguientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, El Salvador, Uruguay y Venezuela, y también en primer lugar en Alemania, España, Italia, Hungría, Eslovaquia, Turquía, Arabia Saudita, India y Bangladesh. Un suceso internacional sin precedentes para una miniserie latinoamericana.

El Eternauta pertenece al género de la ciencia ficción; narra una invasión extraterrestre y la resistencia contra unos seres malignos que manejan una tecnología muy superior a la conocida por los terrícolas. Hasta ahí, la serie no presentaría ninguna novedad, ya hemos visto decenas de películas y series tratando donde ese tema es abordado. Pero la novedad de la trama de esta producción recae fundamentalmente en el rescate, como principal protagonista, del "héroe colectivo"; un grupo de personas comunes, cada una de ellas educadas en el "sálvese quien pueda" propio del individualismo capitalista, que supera sus egoísmos y diferencias para enfrentarse a un enemigo común que los agrede. Así, El Eternauta rompe con la idea del "héroe" solitario y todopoderoso, describiendo cómo se organiza la comunidad, se practica la solidaridad y se enfrenta los desafíos mancomunadamente. El lema de esta serie es "Nadie se salva solo".

A su vez, que el escenario sea una ciudad de la Patria Grande como lo es Buenos Aires, genera un especial afecto que emociona, reafirmando los valores propios de nuestra identidad suramericana, donde la rebeldía, la creatividad, la memoria y lo comunitario afloran en cada momento.

Malvinas, la familia, la defensa de la soberanía, la organización popular, la cultura nacional, los símbolos patrios, la ciencia y tecnología al servicio de la causa común, la unidad cívico-militar, la integración latinoamericana… todo está presente en la serie. Como también temas tan actuales como la invasión, el genocidio, las armas de destrucción masiva, el lavado de cerebros, las bestias represivas, el saqueo y la destrucción.

Hay que tener en cuenta que el autor de esta obra, Héctor Germán Oesterheld, historietista de cualidades extraordinarias, fue un hombre comprometido con la lucha revolucionaria del pueblo argentino. Militante de la organización peronista Montoneros, su resistencia al golpe militar imperialista de 1976 hizo que fuera secuestrado por la dictadura el 27 de abril de 1977 y luego desaparecido. Igual destino tuvieron sus cuatro hijas, muchachas de entre 16 y 25 años ---dos de ellas embarazadas--, todas asesinadas por su compromiso con la patria, el socialismo y la unidad latinoamericana.

Cuenta el escritor y militante Roberto Baschetti, que cuando la situación se empezaba a enturbiar en la Argentina de mediados de los ’70, en una reunión del peronismo de izquierda donde Oesterheld militaba, el periodista y escritor Rodolfo Walsh dirigiéndose a aquellos combatientes que también aportaban desde la cultura, expresó: "Nosotros llevamos adelante nuestro arte y nuestra militancia de la mano. Si en este enfrentamiento a muerte que tenemos en Argentina vencemos, perfecto, allí estaremos nosotros para seguir dando presencia. Pero si perdemos, si nos aniquilan, si nos matan, la obra que dejemos debe ser tan excelsa, elevada, sublime y paradigmática a la vez, que sea imposible ignorarla u ocultarla por parte del sistema".

Es evidente que Oesterheld es uno de esos grandes artistas revolucionarios que, con su obra --hoy más presente que nunca--, ha derrotado a las fuerzas del imperialismo, el fascismo y su odio.

El Eternauta así, es una serie que merece ser vista, que está dando que hablar en muchos lugares del planeta y que se ha instalado en el territorio de la batalla cultural, que enfrenta la solidaridad, la construcción colectiva y el desprendimiento, contra el egoísmo, el individualismo y la muerte.

Un digno homenaje a Oesterfeld y a ese Eternauta, que sigue viajando a través del tiempo en lucha permanente por la justicia, la igualdad y el bien común.