Así como naufragan los migrantes, naufragan también los derechos humanos en Europa

Ya forma parte de la rutina noticiosa de las agencias internacionales, el naufragio de migrantes, que intenta llegar a Europa, en busca de una esperanza de vida para familias enteras que atiborran embarcaciones con muy poca seguridad y que terminan siendo rechazados, pasto de olas encrespadas y mares infectados por tiburones.

En esta oportunidad, según la prensa internacional y testigos presenciales en un Naufragio en Grecia: unos 100 niños iban en el barco hundido con cientos de migrantes a bordo, según los testimonios de los propios sobrevivientes, que afirman también que en el barco se trasladaban aproximadamente 750 personas.

Se han confirmado, por ahora, 78 fallecidos en este suceso, por las brigadas de rescate, pero se desconoce el paradero de cientos de ellos y al parecer hay pocas esperanzas de encontrarlos con vida.

Las cifras que se manejan son espantosas. Organismos especializados, señalan, por ejemplo, que cada día de 2022 perdieron la vida en el mar siete personas tratando de llegar a Europa, más de dos , tratando de alcanzar costas españolas. Al menos 111 eran niños y niñas, según cifras de Missing Migrantes.

Y en este año, 2023, antes de la tragedia que comentamos ya habían perecido más de 400 migrantes, pero los organismos internacionales cifran en miles los muertos en el intento.

Todo esto sucede, precisamente, en momentos donde Europa cierra el cerrojo y trata de aprobar nuevas medidas para impedir el acceso de migrantes a sus países. Muchas naciones levantan vallas para impedir el ingreso, otros se amurallan y otros dictan normas restrictivas.

La Cámara de Diputados italiana aprobó (14.02.2023) un decreto migratorio elaborado por el Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni, una norma que según las ONG de salvamento marítimo contraviene el Derecho Internacional ya que, entre otras modificaciones, limita el número de rescates que pueden realizar sus barcos en el Mediterráneo. Ese decreto como Uds. Ven lanza a los migrantes a la deriva, a la buena de Dios. La amnesia les impide recordar, que producto de las guerras internas, millares de italianos abandonaron su país para asentarse en otras naciones, donde fueron recibidos, aceptados por sus sociedades y formaron negocios, criaron familias y nunca fueron rechazados

Grecia se amuralla: Tras la crisis migratoria de 2020, la valla ha ofrecido seguridad y protección", explica Konstantinos Tsolakidis, policía fronterizo. "Desde que se construyó, no ha pasado ni un solo migrante. Antes de su construcción, los pueblos situados cerca del río Evros tenían problemas. Con murallas y represión impiden el paso de los migrantes.

En Francia, cuna de los Derechos Humanos: El ministro de Interior francés, Gérald Darmanin, anunció el borrador de la controvertida propuesta, que debe ser aprobada por el Parlamento. La medida apunta a agilizar los procesos judiciales para la expulsión de personas sin papeles y endurecer los requisitos para acceder a la residencia. Esto se da en un contexto en el que Francia aumentó las expulsiones de personas ilegales en su territorio.

En el caso de España, verbigracia, en 2016 negó la entrada a más de 200.000 extranjeros y esa cifra ha aumentado en los últimos años, mientras que Alemania es el país de esa región que más expulsa a los migrantes. En palabras de Josep Borrell, Alto representante de la Comunidad Europea: "expulsamos a los salvajes de nuestro Jardín"

En otros países Las vallas se multiplicaron: en Hungría, Letonia, Eslovenia, Austria y hasta en Francia.

Es tan escandaloso el tratamiento inhumano de la Comunidad Europea, que hasta ACNUR, el organismo especializado de la ONU, en materia de refugiados afirma: "Miles de personas sufren violencia, malos tratos y otras transgresiones graves de derechos humanos en los linderos terrestres y marítimos de la Unión Europea. En ocasiones, las balsas con migrantes son empujadas de nuevo al mar". "Lo que sucede ahí es ilegal y moralmente inaceptable", afirma el organismo para los refugiados.

Muchos países europeos se olvidan que ellos fueron los primeros migrantes en el mundo, cuando producto de sus propias guerras internas, millones de europeos se esparcieron por el orbe, con una mano atrás y otra delante, pidiendo refugio y en muchas países, cuyos nacionales son rechazados, hoy, por ellos, fueron acogidos, se les brindó protección, hicieron fortuna, formaron familias y nadie los discrimina ni lo expulsó. Dijera mi Abuela, "Así paga el Diablo".



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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