La Tecla Fértil

Burbujas y enjambres sociales para una convivencia plena ante la Pandemia (III)

Es difícil pensarlo, pero ante Las Sagradas Escrituras y los logros del Imperio Romano en su expansión territorial, la mayoría de los gobernantes ignoraron esta realidad y, los grandes laboratorios se prestaron al feo negocio de sodomizar a la sociedad universal hasta hoy. Nos encontramos ante un virus para el que no existe tratamiento ni vacuna. Lo que implica que debemos estar en confinamiento y organizar entre conocidos nuestra propia burbuja social, lo cual determinará nuestro propio entorno. Ese amigo no puede frecuentar a otro conocido que no lo conozcamos, o alguien fuera de él. De modo que la distancia social será parte de nuestra vida.

Es con seriedad, que debemos enfrentar los focos de contagio y, que dicho virus se expanda rápidamente.

La implementación de la estrategia tiene sus inconvenientes. No está claro cómo se podría controlar que las personas están cumpliendo con el requisito. Si alguien del grupo interactúa con gente por fuera del grupo, todas las medidas no sirven de nada.

La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon declaró a BBC Radio Scotland que su gobierno estaba considerando expandir la definición de "miembros del hogar" para permitir pequeñas reuniones de gente. "La idea sería alentar a personas que vivan solas a que puedan encontrarse con alguien que está en su misma condición, que se empiecen a generar burbujas de personas", completó. Nueva Zelanda, uno de los países que mejor ha controlado la expansión del virus, también empezó a implementar una política tendiente a expandir la interacción de las personas.

Venezuela aplica una estrategia severa que no tiene el visto bueno de todos, por supuesto. Pero ha dado un gran resultado. Para algunos, sería arriesgado y prematuro dar opiniones sobre el futuro, dado que todavía hay muchos países que aún no tienen la capacidad de hacer tests de forma masiva, un requisito indispensable para empezar a pensar en relajar las medidas de aislamiento.

Es necesario repensar como debe definirse la estructura de un grupo social para achatar la curva. Esto quiere decir repensar cómo y con quién interactuamos, y no sólo reducir la cantidad de personas.

Per Block, uno de los autores del estudio de grupos familiares, afirmó en una entrevista con CNN que la idea era brindar una suerte de guía sobre cómo se puede armar un grupo social de cara a la nueva realidad en la que estamos inmersos.

"Una suerte de paso intermedio entre el aislamiento y la libertad, para que la gente no abandone la precaución y terminemos con una segunda ola de contagios", detalló.

Agregó a su vez que forzar a la gente a permanecer por tanto tiempo encerrada no era algo sostenible a largo plazo, ya que traía aparejado múltiples problemas, entre ellos los de salud mental.

La expansión de la burbuja social, sin embargo, no es una panacea. Para Andy Bell, subjefe ejecutivo del Centro de Salud Mental del Reino Unidos, es importante entender que los efectos más nocivos de la cuarentena no castigan a todos por igual.

"Para quienes ingresos bajos, o no tienen, para quienes no están físicamente seguros, para quienes están conviviendo de a muchos en superficies muy pequeñas, los problemas de salud mental son mucho más severos", completó

Algunos países como Bélgica, Escocia y Nueva Zelanda, los cuales están considerando relajar la cuarentena. La idea es permitir que pequeños grupos puedan reunirse en lugares privados.

A esto se le llama "burbuja social", algo que pronto se empezará a escuchar por todos lados. Se trata de una nueva alternativa para empezar a abrir la cuarentena de a poco. La idea es generar pequeños grupos para que las personas puedan empezar a socializar sin que a medida que pasan las semanas las medidas más estrictas empiezan a tener un impacto severo en la economía. Además de la salud mental de las personas en cuarentena. Por eso los especialistas saben que habrá que diseñar nuevas estrategias para ampliar la sociabilidad e ir generando cero aglomeraciones.

Las burbujas sociales asoman como el método más cercano para recuperar el contacto con algunos seres queridos en lo que llaman la nueva normalidad. Estas "burbujas sociales" permitirían a las personas seleccionar un entorno social con el cual encontrarse y tener contacto físico. Esto siempre y cuando nadie de ese grupo tenga contacto con alguien por fuera de él.

Libertad. Una palabra que define el beneficio que tenemos para decidir acciones o decisiones. Así nos hemos movido por el mundo, sin limitaciones. Pero un día, sin esperarlo, pierdes ese privilegio y has de permanecer en casa, en tu burbuja. Se nos acotan los desplazamientos físicos, y nos hemos de acostumbrar, temporalmente, a estar en un espacio reducido. Nos confinamos en burbujas que no sabemos cuándo se unirán y formarán de nuevo otra más grande. Observamos el fino hilo que nos separa de nuestra vida anterior, pero desconocemos el mañana y somos conscientes de que nada será igual. ¿Nos habrá servido este encierro para ser conscientes de lo vulnerables que somos y de que nada es para siempre? Imagino que estaremos aprendiendo la lección y que no olvidaremos estos momentos. Deseo que este parón nos sirva para analizar el antes y el ahora, y cómo queremos disfrutar del tiempo que está por venir.

Estamos aislados en nuestras burbujas físicamente, pero podemos ser libres en el pensamiento, en la imaginación. La vida nos ha puesto a prueba, pero podemos utilizar este reto para reflexionar y hacer cosas que antes, por la inercia de los días, no podíamos. Es un buen momento para escribir en un papel, de tu puño y letra, lo que quieres cambiar y hacia dónde quieres dirigir tus pasos, siempre que estén al alcance de tus posibilidades, claro. Es un excelente momento para aprovechar este tiempo del que disponemos en la burbuja y destinarlo a planificar esos sueños que antes tenías y que jamás te atrevías.

Igual que has ordenado tu casa, ordena tu mente, tus pensamientos. Estamos demostrando que somos más fuertes de lo que creíamos en este país hermoso que es Venezuela. Desde esos abuelos que no ven a sus nietos, hasta los más pequeños que, sin ser conscientes de lo que pasa, se portan como adultos. Igual que ha bajado la contaminación en las ciudades, aprovechemos para quitarnos la venda de los ojos, esas brumas que nos impiden ver con claridad la luz de nuestros objetivos, y observemos quiénes se merecen nuestro amor y cariño. Un día acabará este aislamiento y pincharemos esas burbujas y volveremos a abrazarnos, a juntarnos. Ese día nos saltarán las lágrimas, porque volveremos a ser libres. Ojalá utilicemos esa libertad para valorar que lo más importante es lo más sencillo y lo más fácil: ser agradecidos, ayudar a los demás, ser empáticos o simplemente decir un te quiero. Y todo eso podemos hacerlo ya ahora. ¡Aprovecha tu libertad en tu burbuja!

En resumen, la crisis actual ha traído consigo nuevas regulaciones impuestas por el Estado: órdenes de permanencia en el hogar, distanciamiento social, etc. Muchos insisten en que la puesta en marcha del Estado no es sólo una necesidad, sino que el Estado es la única organización capaz de aplicar estas medidas. En realidad, en ausencia del Estado, los distintos agentes del mercado podrían reproducir muchos de estos protocolos de forma voluntaria, y en el mercado se juzgaría su utilidad en lugar de forzarla.

Con la propagación del coronavirus, los líderes de todo Estados Unidos están sumergiéndose en sus cajas de herramientas del Estado —tesoros de los llamados poderes legítimos y usurpados— para intentar detener la propagación del virus. El gobierno federal ha sugerido el distanciamiento social y la cuarentena, mientras que los Estados simplemente han impuesto mandatos obligatorios. Algunos claman que es necesario que el Estado intervenga, y que el mercado no podría llevar a cabo estas medidas. Esto plantea la pregunta de si estas medidas podrían ocurrir en una sociedad sin Estado. Aunque las medidas que se observan en la presente crisis son, en efecto, impuestas por el brazo del gobierno, ciertos actores del mercado podrían crear las mismas condiciones de cuarentena, aunque tal vez no en la misma medida. Para aclarar, nada de esto es para expresar un juicio de valor sobre la eficacia de las cuarentenas, sólo que podrían aplicarse sin un Estado.

Primero, definamos lo que se entiende por una «sociedad sin Estado». En un sentido amplio, es una sociedad que carece de gobierno con el monopolio de los medios de coacción. Una sociedad sin Estado trabajadora descansaría en los derechos de propiedad contractual. En ausencia del Estado, muchos individuos optarían por vivir en comunidades contractuales con reglas. En tal orden, los actores del mercado, como las agencias privadas de defensa, mantendrían el orden mediante la protección de los derechos de propiedad. Los aspectos posiblemente útiles del gobierno podrían ser fácilmente realizados por los actores del mercado que buscan beneficios y, por lo tanto, se esfuerzan por ofrecer lo mejor a los consumidores.

Un grupo de especialistas de la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur desarrollaron un sitio que realiza un monitoreo predictivo y muestra cuándo terminaría la pandemia en cada país.

Las curvas del ciclo del coronavirus en cada país son analizadas mediante el modelo SIR (susceptible-infectado-recuperado). El procesamiento de esos datos podría determinar cuándo finalizaría la pandemia.

"Dadas las situaciones que cambian rápidamente, los monitores predictivos se actualizan diariamente con los últimos datos", especificaron los investigadores.

Este modelo -como cualquier otro- es una simplificación y una abstracción de la realidad y se focaliza en entender los mecanismos centrales del objeto de estudio.

Lo importante es utilizarlo para comprender las principales relaciones causales que operan en el mundo real en relación al fenómeno de interés, y poder operar sobre ellas. lo inédito de la situación hace que las personas experimenten todo tipo de cambios de ánimo y sensaciones. Para algunas, implica bucear en un mar de incertidumbres por el quiebre de sus rutinas, con más ansiedad y algunos miedos.

Es necesario, aprender a vivir entre burbujas y hacer una vida social más cerrada. psiquiatras y psicoanalistas, hay un aumento de las consultas por estrés, trastornos del sueño e insomnio, dificultad para sobrellevar el encierro y conflictos intrafamiliares, entre otras problemáticas. En busca de alivio, la terapia psicológica virtual se convirtió en un refugio para muchos. ¿Qué es lo que está aflorando en el psiquismo de los venezolanos en tiempos de pandemia? ¿Qué surge en el diván online? Según los especialistas. Y, entre las causas que subyacen detrás de esas manifestaciones, observan un incremento de la ansiedad y de la inquietud por el desconocimiento absoluto de lo que va a ocurrir en el corto y mediano plazo, y de sentimientos de abatimiento por la situación cotidiana y económica. La última encuesta realizada por el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la UBA acerca de los argentinos y el coronavirus, pone en números lo que los especialistas vienen observando las últimas semanas. De acuerdo al estudio, la pandemia y el aislamiento social obligatorio tuvieron un significativo impacto en el "cóctel" emocional-cognitivo compuesto por: incertidumbre, preocupación y ansiedad.

Por otro lado, los profesionales en salud mental advierten que son muchos los venezolanos y Sureños que están manifestando en sus terapias virtuales un in crescendo de síntomas de distintas problemáticas: desde depresión y trastorno obsesivo compulsivo (TOC) hasta ataques de pánico -incluso en pacientes que nunca los habían experimentado-, y un temor punzante a la muerte propia o de seres queridos.

La demanda de escucha crece y los terapeutas tuvieron que adaptarse a las reglas de este tiempo y crear encuentros a distancia.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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