El interventor en jefe

“Que el fraude electoral jamás se olvide”

En una desusada maniobra a la luz pública, el Fondo Monetario Internacional designó a su nuevo Interventor General en el proceso de liquidación de México S. A. (en quiebra). Es altamente honroso que el Consejo del organismo (léase la Tesorería USA) haya tenido a bien designar al funcionario que ocupaba el tercer sitio en importancia de su propia estructura para desempeñar tan distinguida intervención. Según esto, los mexicanos bien nacidos y bien educados debemos sentirnos halagados pero, sobre todo, entusiasmados ante el promisorio destino que la intervención nos depara. El propio Felipe le dio la bienvenida y le ofreció ser su muy atento servidor.

¡Bien…tos huracanados! Ya no más engaños ni discursos de campaña; las razones de peso se imponen (el interventor pesa más de 130 Kg) las sabias recomendaciones (¿mandatos?) del FMI podrán ser instrumentadas sin dilación, contando para ello con la patriótica actitud de diputados y senadores del PRIAN, y sin el estorbo de la ineficacia de Fox. Las inversiones extranjeras y los empleos vendrán a raudales y el malhadado muro fronterizo servirá para contener las olas de gringos que quieran venir a trabajar en México (además construida con cargo a su presupuesto). Miel sobre hojuelas. Bienvenido el progreso.

Mr. Carstens, el flamante interventor, asegura que las cosas están dadas para poner a México al día en la virtuosa competencia internacional, a base de eliminar toda suerte de incomodidades a los inversionistas; nada de esos obsoletos derechos de los trabajadores; menos de esos resabios de intervención del Estado en la economía; el campo totalmente saneado de esos intrusos llamados campesinos; la urbanización diseñada para hacer de los Wal*Mart la plaza pública, que no pueda ser tomada por los apestosos seguidores de AMLO; las aduanas abiertas a la chatarra de importación; los impuestos, suavecitos para el bendito inversionista e IVA generalizado a medicinas y alimentos; los recursos naturales entregados a la libre explotación, para eliminar las burocracias corruptas de PEMEX, CFE y demás rémoras del pasado nacionalista; ya no se diga de las medidas de protección ecológica, eso es para los ricos, la salud y el bienestar también son producto de exportación. Lo importante es competir para que los inversionistas prefieran a México como destino para sus capitales.

Me parece perfecto. Ahora entiendo: Fox hizo lo mismo pero, por su incapacidad personal, no pudo convertirlo en empleo. Por eso ha de ser que, no obstante haber recibido la mayor inversión extranjera de la historia, el empleo no se produjo, ni el país creció; las exportaciones aumentaron de manera impresionante, sólo superada por el crecimiento de las importaciones; acepto que el número de pobres se redujo considerablemente, y eso que no todos tramitan su correspondiente acta de defunción; de seguir así entre la patrulla fronteriza de los gringos y el seguro popular puede asegurarse una reducción drástica del número de pobres y el INEGI lo podrá constatar, junto con las agencias del Registro Civil.

Pero además, el Interventor está protegido por la Norma ISO-15000. El FMI nos otorga una póliza de garantía y un seguro de cobertura amplia. La única restricción de la garantía (escrita en letra chiquita) es relativa a la incapacidad de las fuerzas del orden para reprimir al tal López Obrador y sus violentos seguidores que, seguramente, van a hacer escándalo ante tan promisorias medidas; la póliza de garantía condiciona en tal caso a acudir al auxilio de los asesores del Pentágono o a los mercenarios de la CIA, todo en previsión de que fuera a repetirse la desastrosa experiencia venezolana. ¡Dios nos libre!

gerdez999@yahoo.com.mx


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Gerardo Fernández Casanova


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