Por qué Estados Unidos es el Cuarto Reich

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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La declaración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump el 27 de septiembre pasado ante la Asamblea General de la ONU en el sentido de "destruir totalmente" a Corea del Norte y su perorata general acerca del poderío militar norteamericano, se igualan a la invocación de "Guerra Total" del Tercer Reich Nazi.

La facilidad con que Trump y sus altos personeros hablan acerca de la "opción militar" contra Corea del Norte y de cualquier otro país desafiante, se puede decir sin lugar a dudas que es una violación a la Carta de Naciones Unidas como también de los principios del derecho internacional establecido durante los Juicios de Nuremberg contra los jerarcas nazis. Cualquier empleo o amenaza de guerra que no sea un acto de legítima defensa es una "agresión".

Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump está ahora más que nunca adoptando abiertamente el auto declarado "derecho" de entablar guerras. Su histérico reclamo de "defensa propia" con respecto a Corea del Norte es una cínica excusa para la agresión.

Cuando Trump sostiene que el líder norcoreano Kim Jong-un "no estará por aquí por mucho tiempo", esas palabras brindan una base razonable para que los norcoreanos crean que Estados Unidos les está "declarando la guerra" – especialmente en el contexto de las repetidas amenazas militares por parte de los norteamericanos de emplear "todas las opciones que están sobre la mesa".

El amatonado discurso de Trump ante la Asamblea General de la ONU fue un chocante repudio a la misión oficial del organismo internacional para la construcción de la paz mundial. La belicosidad de Trump hizo que algunos comentaristas hicieran comparaciones con los discursos nazistoides de las concentraciones de Nuremberg alrededor de los años 1938-1939.

El autor Paul Craig Roberts de manera sombría lo sintetizó diciendo que ahora Estados Unidos es el Cuarto Reich.

Cuando alguien de la estatura de Paul Craig Roberts hace semejante y grave comparación, uno tiene que escuchar. No se trata de una mera exageración propagada por un novicio. Las altas credenciales de Roberts son impecables. Este autor sirvió como alto funcionario del gobierno de Ronald Reagan durante la década de los 80 como Secretario Asistente en el Departamento del Tesoro. Roberts también trabajó como editor del Wall Street Journal y es un autor galardonado. Para que tan altamente calificado ex funcionario de gobierno declare que Estados Unidos es como el "Cuarto Reich" es la medida en que el país sobrepasó la raya.

No obstante, la verdad sea dicha. Estados Unidos ha sobrepasado la raya en demasía ingresando hace tiempo a un oscuro ámbito. Comparar el poder del estado norteamericano con la Alemania Nazi no es una simple metáfora. Existe un vínculo histórico muy real.

Este año marco el 70º aniversario de la creación de la Agencia Central de Inteligencia, CIA el año 1947 luego del fin de la II Guerra Mundial y la derrota de la Alemania Nazi. Otro autor norteamericano, Douglas Valentine, recientemente declaró que la piedra angular de la CIA representa "70 años de crímenes organizados".

La CIA y los oficiales militares del Pentágono fueron durante muchos años y de muchas maneras los herederos de la Alemania Nazi. Miles de altos oficiales militares nazis, agentes de la inteligencia, científicos e ingenieros fueron de inmediato reclutados por el Pentágono y la naciente CIA luego de la II Guerra Mundial.

La Operación Paperclip aprobada por el Alto Mando Conjunto de EE.UU. a fines del año 1945 fue vital para la adopción de la tecnología misilística nazi. El mayor de la SS, Werner von Braun y cientos de otros expertos en cohetería fueron fundamentales en el desarrollo del armamento norteamericano como también del programa espacial de la NASA.

La Operación Sunrise supervisada por Allen Dulles y otras de las primeras figuras de la CIA (organización que hasta el año 1947 se conocía como la Oficina de Estudios Estratégicos) montaron refugios para altos oficiales y comandantes nazis para que pudieran escapar de la justicia y huir de Europa. Entre los altos oficiales nazis asistidos y en complicidad con la CIA norteamericana, estaba el General Karl Wolff y el Mayor General Reinhard Gehlen.

Los vínculos entre los militares y la inteligencia norteamericana con los restos del Tercer Reich fueron formativos en la organización y la creación de la ideología de la Guerra Fría de la CIA y el Pentágono contra la Unión Soviética. Los norteamericanos se beneficiaron no solo del oro robado por los nazis a los países europeos, ellos desplegaron la inteligencia y las mismas técnicas militares encubiertas del Tercer Reich. (Ver por ejemplo, el libro de David Talbot titulado The Devil’s Chessboard – El Ajedrez del Diablo acerca de la formación de la CIA).

El Mayor General Reinhard Gehlen, luego de su reclutamiento por parte de Washington, montó la Organización Gehlen con sus muchos contactos entre los fascistas ucranianos para realizar operaciones de sabotaje detrás de las líneas soviéticas durante las décadas que siguieron a la II Guerra Mundial.

Finalizada la guerra, la estructura de poder de Estados Unidos desarrolló una dicotomía. Por un lado, existía el gobierno formal con el presidente y los miembros elegidos del Congreso. Por el otro, estaban los tenedores del poder real en un "gobierno secreto" compuesto por la CIA y el complejo industrial militar norteamericano.

El "gobierno secreto" o el "estado profundo" de Estados Unidos ha sido la ley sobre si mismo durante las últimas siete décadas. La elección de políticos demócratas y republicanos no tiene relevancia alguna en la política del gobierno. Quienes están a cargo son la CIA y el "estado profundo" quienes responden a la oligarquía gobernante del poder corporativo. Cualquier presidente que no cumpla, lo resuelven ocupándose de él como ocurrió con John F. Kennedy, asesinado el mes de noviembre de 1963. De ahí la cobarde capitulación de Trump después de la elección.

Financiada por el botín de la guerra nazi, con su rusofobia y su desprecio por el derecho internacional, ambos, la CIA y el aparato militar norteamericano inevitablemente se convirtieron en una máquina asesina.

Solo cinco años después del fin de la II Guerra Mundial, los norteamericanos fueron a la guerra en Corea, supuestamente para "derrotar al comunismo internacional". Mucha de la tecnología militar que los norteamericanos desplegaron durante la Guerra de Corea, 1950-1953 fue desarrollada por ingenieros nazis reclutados a través de la Operación Paperclip. La destrucción genocida infligida sobre Corea por los norteamericanos no mostró ninguna diferencia con la barbarie empleada por el Tercer Reich.

Durante las últimas siete décadas, los gobernantes norteamericanos han entablado guerras abiertas, golpes de estado, asesinatos y guerras por encargo contra docenas de países alrededor del mundo, el número global de muertos a raíz de esta destrucción norteamericana se calcula en veinte (20) millones de personas.

Cuando los dirigentes norteamericanos ensalzan el "excepcionalismo norteamericano", se trata de un eufemismo de "supremacía" y del "derecho" de emplear la violencia militar para adelantar sus intereses estratégicos. Esto no guarda ninguna diferencia con el pensamiento supremacista que el Tercer Reich invocaba para justificar la conquista de otros.

Cuando Trump y su gobierno amenazan con aniquilar Corea del Norte, esa mentalidad si tuvo precedentes. Casi cada dirigente norteamericano desde la II Guerra Mundial ha proclamado el mismo uso unilateral de la violencia contra otras naciones consideradas como "estados enemigos". Lo que Trump representa es solo una versión más desnuda de la misma agresión.

Agregado al horrendo número global de personas muertas por la violencia norteamericana, debemos tener presente que actualmente Estados Unidos gasta al año alrededor de 700 mil millones de dólares en lo militar, diez veces más que lo que gasta Rusia o diez veces más que las siguientes nueve naciones destinan a gasto militar. Estados Unidos cuenta con bases militares en cien (100) países alrededor del mundo. Durante el último cuarto de siglo Estados Unidos ha estado en permanente estado ilegal de guerra.

No se trata de ninguna exageración decir que Estados Unidos es el Cuarto Reich cuyo antecedente directo es la Alemania Nazi. El resultado para la CIA y el Pentágono a partir del personal nazi y de los fondos ilegales luego de la II Guerra Mundial garantizó que los gobernantes norteamericanos se empaparan de la ideología del Tercer Reich.

El legado del Cuarto Reich Norteamericano es evidente para aquellos que cuentan con mentes abiertas, es decir, guerras de agresión, genocidios, guerras por encargo, golpes de estado, vigilancia masiva de los ciudadanos, propaganda masiva a través de los medios y también tortura masiva –todo realizado en completa impunidad y arrogancia.

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Finian Cunningham

Analista internacional


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