Crónica 6

Aprender a decir NO a la corrupción

Hoy, día internacional de lucha de la clase obrera, 1 de Mayo, se termina oficialmente la campaña electoral en Panamá. Sin embargo estoy convencido que ésta continuara extraoficialmente. Al menos, en lo que hace a la compra de votos. Es lo que ha pasado en todas las elecciones anteriores. Y continuará pasando en estas.

 

En los últimas días he podido escuchar a diversos candidatos, a los carros con autoparlantes desmesurados que rompen los tímpanos a cualquiera pasando por las calles, leer algunos periódicos, escuchar la radio...La llamada “propaganda” electoral en realidad ha sido, ante todo, una guerra sucia desenfrenada entre los partidos del régimen, los 3 que se han intercambiado en el poder en las décadas anteriores.

 

A cada acusación de uno, dos y tres acusaciones de los demás. Pero lo más evidente de que tal tipo de campaña es para ensuciar y embrutecer al pueblo. Se hace sin verguenza ninguna. Todo vale: panfletos “anónimos”, entresijos personales de los candidatos, ataques morales... Ese circo de tirar mierda al contrincante parece que sustituye las “propuestas” que tienen los principales candidatos del Cambio Democrático, “miminito” José Domingo Arias; el del Partido panameñista Juan Carlos Varela; y el del Partido Revolucionario Democrático, Juan Carlos Navarro.

 

Reparto de colchones, cocinas, neveras

Pero siempre hay uno de ellos que se destaca en la suciedad. En ese caso ha sido el candidato oficialista del gobierno Martinelli, el que ha sido denunciado por usar un Call Center como búnquer desde donde se fabricaba y ponía en circulación la porquería. Precisamente quien todo el mundo sabe que no es más que un candidato-puente para que la mujer del actual presidente (la cual jamás hasta hoy tuvo ninguna actividad política) acceda de vicepresidenta y...ceda de nuevo el poder a su esposo en el siguiente mandato. El caso de Nepotismo es tan claro, tan evidente, que hasta prensa de Estados Unidos y Gran Bretaña se ha metido con Martinelli.

 

Aún hay más. El gobierno que entró al poder con el lema acusatorio hacia los demás de “entran limpios y salen millonarios”, y que no metió a nadie en la cárcel por los robos de los anteriores gobiernos, sólo saca las vergúenzas a sus dos partners de bancada en la Asamblea ahora, antes de las elecciones. ¿Porqué ha esperado a hacerlo hasta hoy? ¿Irá alguien a la cárcel algún día?

 

La corrupción parece que no cuesta nada. Y en los últimos días, justo la semana última de campaña electoral, el gobierno se ha dedicado a repartir “ayuda social” por todas las ciudades a la población panameña . Colchones, televisores, cocinas, neveras, hasta carros, son repartidos entre ciudadanos “con pocos recursos” quienes han de mostrar su cédula a partir de una lista que controlan los diputados del CD.

 

Cuando le pregunto al guarda del edificio de la Lotería de la capital, donde se almacenaban y entregaban montones de esos regalos, cómo es posible que ocurra esto tres días antes de las elecciones, y ¿quién hace la lista? contesta azorado “Yo soy neutral, señor, soy neutral, no intervengo para nada”.

 

La corrupción penetra al pueblo

El problema es que la corrupción ha llegado al pueblo, lo ha penetrado. En todos los poros de la sociedad panameña existe ya una especie de resignación, como si se tratara de una plaga bíblica, ante este mal. Ya me lo encontré semanas atrás, acompañando a candidatos y candidatas del FAD. Una mujer me lo dijo directamente: “Ya sabemos que roban, pero al menos que nos den algo”.

 

El problema al que hay enfrentarse es pues arduo. Son décadas de gobiernos que se han ido sucediendo unos a otros, haciendo lo mismo que los anteriores. Todos robaban. Todos aprovechaban su paso por las instituciones para subir de categoría social, para alejarse rápidamente de su base social, de sus electores. “Entran limpios y salen millonarios”. La única diferencia, quizás, con el gobierno Martinelli, es que algunos de ellos ya eran millonarios antes de entrar. Y, por supuesto, ahora lo son más.

 

La educación política de la gente, del pueblo, es una tarea difícil. La política es economía concentrada, decían los clásicos. Pues resulta que aun muchos, muchísimos trabajadores, campesinos, indígenas, no saben distinguir sus intereses económicos de los de los ricos, de los burgueses. Se dejan llevar por las palabras. Palabras que suenan a discurso paternalista, dirigido a “los pobres”. Palabras que reflejan la distancia entre quien está arriba de la cúspide social y trata con desprecio a quien se deja engañar. Son candidatos que se sienten como el amo que entrega una dádiva, una pequeñisima fracción de lo que roba al estado, a la sociedad, a los presupuestos, carreteras, obras sociales que debiera de haber hecho, y que no hizo, o que hizo mal. Les dice que son “pobre gente”, les promete que “él/ella les escuchará”. Como la imagen de la candidata a alcaldesa del CD que abraza a una mujer mayor y negra, sin siquiera mirarla: “pobre mujer”. Y van y les votan.

 

Pero no sólo son las palabras; lo que actúa como un cemento con esos partidos burgueses, de los ricos, lo que hace que no se desenganchen a pesar de todas las amargas experiencias, una y otra vez, es que buena parte del pueblo está enganchado también en la corrupción. Desde el obrero de la construcción, el profesional, el kuna, emberá o ngobe-bugle, aún la sociedad panameña está acostumbrada a que les den algo “los de arriba”. Y se queda atrapada con las pequeñas miserias que recibe mientras acepta la explotación y destrucción de la naturaleza.

 

Unir la izquierda para la educación política trabajadora

Aún la izquierda que existe en Panamá tiene que hacer un gran esfuerzo para enfrentarse a ese fenómeno de la corrupción burguesa y su influencia en el pueblo. Y se tiene que unir para ello. Con todos los respetos, me ha parecido en la campaña electoral aún es débil la lucha decidida para combatir esa miseria de la corrupción entre el propio pueblo. Una lucha ideológica, política, explicativa, para mostrar que NO HAY QUE ACEPTAR LOS REGALOS que vienen de esos corruptos. Una lucha para debatir y así lograr la conciencia de que es A TRAVÉS DE ESAS MISERIAS, como luego nos hacen pagar toda una legislatura de vida miserable para todos los nuestros, para la clase trabajadora, para los campesinos, para los profesionales.

 

El FAD, el partido que mejor se presenta como la opción que surge desde la clase trabajadora, debe hacer aún un esfuerzo mayor para devolver la dignidad a la gente trabajadora. No porque sean “pobres”, sino porque son, somos, la clase que creamos la riqueza. Pero el FAD es la esperanza. Son el partido, el Frente, mejor preparado. Seguramente después de las eleciones tendrán que sumar a otros para hacerlo más amplio. NO son independientes, sino dependientes...únicamente de la gente trabajadora, profesional, democrática, campesina. De los que no viven de la explotación ajena. Lo importante de esas elecciones será si empieza a surgir una alternativa OTRO PARTIDO que no sea el de los ricos, de los burgueses.

 

En cambio, lamentablemente, la candidatura de Jované, que es apoyada por otra parte de sindicatos, indígenas, demócratas, y que tiene propuestas progresistas también, me ha parecido que no defiende la necesidad de crear ese partido amplio de la gente trabajadora, sino que ataca los partidos...en general, sin distinguir siquiera el FAD de los demás. Incluso le escuché en el debate con todos los presidenciables, llamar a votar “por los independientes”. Un error cuando sabe que el resto de esos “independientes” son candidatos del gobierno disfrazados...

 

Cambiar la conciencia es una tarea titánica. Y se logrará con experiencias unitarias, no con discursos. Pero esta vez los panameños y panameñas tienen una opción que no es votar los verdugos. Los verdugos de la gente y de la naturaleza. Para eso hay que aprender a decir NO A LA CORRUPCIÓN, no a los “regalos”, no al discurso que nos trata como “pobres”. La gente trabajadora es digna. Es la que genera la riqueza de todo el país. En las elecciones tiene la ocasión de demostrar que se prepara para ser una opción de gobierno de toda la sociedad que trabaja.

 

1 de Mayo 2014



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Alfons Bech

Militante obrero, y revolucionario marxista. Miembro de de la CCOO, la federación sindical más grande de España. Activista político de L?Aurora y EUiA.

 albech12@gmail.com      @alfonsbech

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