Los medios capitalistas y su hijo Justin Beiber

Cada semana ya casi, y en cada lugar que visita este joven músico, su actuación violenta y desacorde termina en los tribunales o estaciones de policía. Justin Beiber, adorado y seguido por millones de su generación va dando tumbos contra una sociedad que lo que le enseñó es lo que hace, las mieles del dinero cuelgan en rolexs de oro en sus muñecas, en Lombargines que estrella ebrio de poder e intoxicado de vacío, de irrespeto a sus enamoradas a quienes les escupe su saliva desde un balcón y por la que ellas se babean de placer, golpes a sus guardaespaldas y todo un sinfín de disconductas que hoy están firmadas en la Casa Blanca para pedirle a Obama se le anule su Green Card.

Justin no es el culpable, ese pobre muchacho adolescente es la terrible víctima de la sociedad del consumo en su máxima expresión. Justin es lo que no queremos que pase a nuestras hijas e hijos, es el héroe anti héroe, es un joven sin sentido de vida más que atrapado en las páginas sociales de toda la prensa. Es una fábrica de billete para quienes lo comercian y un fracaso como ser humano.

Justin Beiber debe ser atendido, es un joven atropellado por la máquina infernal del capitalismo a punto de aparecer en la última página de los diarios. Pero a nadie parece importarle. Se le ataca como para pagar las culpas de toda la sociedad de consumo, como si tuviera él la culpa.

En la vida de lo que está pasando en este joven muchacho podemos ver lo que pasa en todas y todos esos millones que le siguen por los medios virtuales, pues él es reflejo de toda una generación que viene a nuestras espaldas, a espaldas de esta civilización de oropel consumista, llena solo de sin sentido, falta de valores, de sueños y de proyectos de vida. Justin Beiber no es solo un chico malo de Canadá, Justin Beiber es el reflejo de toda una humanidad enferma, de una generación perdida en nuestras propias fallas, perdida en el futuro incierto que miran en el mundo que dejamos en sus manos, en la in humanidad que vive nuestra especie.

Por Justin Beiber y toda esa generación que se nos viene encima es obligación revisar los contenidos con que alimentamos a los que nacen en los medios de comunicación, reconstruir el concepto de formación, de docencia, de ejemplo de vida, de luces para la felicidad que se han perdido en las cruces del placer vano de esta sociedad de compra venta, por Justin y por nuestros hijas e hijos debemos hacer la revolución antes que nada, para que demos herramientas para la vida antes que armas y pesadillas en nuestros canales de TV, o en nuestros cines.

De su generación salen las balaceras en los colegios americanos, de su generación toda esta violencia sin causa aparente, de su generación quienes alimentan a los grandes traficantes de drogas; y que nadie se atreva a culparlos pues esa culpa es nuestra.

Quise escribir estas palabras que se me agolpan en la gaveta desde que vi en Argentina el rechazo a Beiber al pisotear la bandera de aquella patria que tanto amo. ¿Sabía lo que Hacía este mocoso? ¿Se le puede culpar de lo que le han convertido? ¿Qué más esperar de un muchacho que vive bajo una lluvia interminable de dinero porque lo convirtieron en el sex simbol de esta era?

No quisiera no haber escrito esto antes de tener que leer una pésima noticia sobre el final de este muchacho, que puede ser el hijo de cualquiera de nosotr@s.

Justin Beiber: ¡solo espero que encuentres la verdadera senda de esta vida!!

¡Amando Venceremos!



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Raúl Bracho


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