Nos mienten

Nos mienten en las declaraciones y en los silencios, en las noticias y en lo que no es noticia, en las fotos web y en las que son impresas, en los portales oficiales y en los que no son oficiales. Nos mienten en los píes de página y en las referencias, en los programas de televisión y de radio; nos mienten en la publicidad y en las propagandas, en las estadísticas; en el uso de los productos y sus garantías.

Nos mienten los políticos y los que no son políticos; nos mienten los actores y los mercachifles, en los trabajos a sueldo de miseria y en los trabajos basura; nos mienten los museos y los maviles, en general y en particular. Nos mienten diciendo que este erial es un país, nos mienten mientras la población agoniza o disfruta en la mentira.

Da igual. Nos miente la izquierda y la derecha, y hasta es mentira que se llamen así. Nos mienten los enchufados y los que están a la espera de enchufarze. El centro y los bordes de la periferia nos mienten, en el Metro y en el carrito pospuesto; nos mienten los civiles y los militares, el que opina y el que se queda callado; el que vende y el que roba, el calvo y el de pelo largo; la que tiene falda corta o piernas largas.

Mienten la televisión y la radio, aunque esto es una redundancia. Nadie sabe por qué, pero nos mienten. Nos mienten al mayoreo y al menudeo, la señora y la señorita, el que tira la pelota y el que la atrapa; la opinión pública y la privada, los que comunican y los que incomunican. Incluso, nos miente hasta el muerto que habla por radio y sale por televisión, día y noche, tarde y mañana.

Cualquier anécdota cualquier historia nos miente. Anticuada o pasada de moda, el microondas y la nevera; nos miente el basurero mediático del gobierno y el otro también. Lo peor ya no es que nos mientan, sino lo acostumbrado que estamos a la mentira. Mentira sobre mentira que ya empapa.

Tan mentidos estamos y tan mentidos somos que ya no sabemos que somos una mentira. El honesto y el embustero nos mienten como casos clínicos. Ya nadie quiere decir lo piensa porque piensa que es mentira; por eso pregunta: ¿Qué piensas tú? Que posiblemente es otra mentira. La mentira es la verdad.

La mentira es condimento de opinión. Nos gusta que nos piensen las mentiras, porque les quedan tan bien. Nos gusta que nos den mentiras, para no tener que planteárnosla. Dime una mentira aunque sea. Los mentirosos de oficio, los profesionales de grandes ligas, los amateur. Cada quién miente a su manera y a mi manera.

Señores y señoras, Don o Doñas de la mentira hay mucha más gentes dispuesta a no mentir y a no mentirse. Ni a seguir calándose sus mentiras. Ustedes pueden mentir todo el tiempo o mentir durante algún, pero no pueden mentir a todos durante todo el tiempo. La mentira tiene piernas cortas.

La mentira y su tiempo de mentir se está agotando. Aunque parezca mentira.



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Obed Delfín


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