Han sido traumáticos las experiencias de unificación y desarrollo de la izquierda latinoamericana a lo largo de la mitad del siglo XX y en los inicios del actual siglo en la prosecución de la lucha por la emancipación de los pueblos y la conquista del socialismo.
La sola cercana presencia del imperialismo norteamericano en nuestro continente representa de por sí un colosal obstáculo, su rápida y contundente maniobrabilidad en detener cualquier levantamiento emancipador en la región, que va desde la intervención militar, guerras mediáticas hasta la aplicación de cercos y boicot económicos. Es larga y conocida la lista de los procesos frustrados y en la actualidad en sus intentos de liberación por parte del Imperialismo, desde el Rio Bravo hasta la Patagonia en el continente.
La región presento un profundo nivel de hostilidad, persecución y exterminio de los movimientos y /o organizaciones revolucionarias, estas condiciones adversas igualmente forjaron en la lucha organizaciones de izquierda colosales y audaces, sus lecturas reales de las demandas nacionales, la constante lucha de masas en diversas combinaciones lograron ganarse y ser los instrumentos de liberación de sus pueblos, convirtiéndose en autenticas Vanguardias, tal es el caso, por su puesto cada una con sus contextos y ritmos, del M26 de Julio en Cuba, FSLN en Nicaragua, MAS en Bolivia, Movimiento Alianza País en Ecuador, Frente Amplio en Uruguay, el PT en Brasil, FMLN en El Salvador, el inicial Movimiento Militar Bolivariano en Venezuela liderizado por el Comandante Supremo Hugo Chávez, siendo en los actuales momentos el PSUV la organización cuya labor histórica es precisamente encarnarse y convertirse en Pueblo en Lucha.
Este conjunto de experiencias, unas más que otras, de lucha ante regímenes lacayos de la élite estadounidense e incluso directamente, no escaparon de lidiar ante las desviaciones y crisis presentes en la izquierda internacional. La fractura Chino-Soviética, las diversas y multitudinarias corrientes del trostkismo, impregnados en vanguardismos sin duda impactaron en la fragmentación del movimiento revolucionario en Latinoamérica, ocasionando incluso estancamientos históricos en pueblos con importantes condiciones emancipadoras.
Nos encontramos en un momento histórico tanto en la Venezuela Bolivariana como en el continente, se levantan las banderas del Socialismo y la Liberación ante un incesante e inclemente ataque de los poderes facticos del orden mundial del Capital, es precisamente momentos de Unidad de los más amplios sectores patrióticos y antiimperialistas.
Parafraseando al camarada búlgaro Jorge Dimitrov, con el atrevimiento de contextualizar en el cuadro político venezolano, su histórica frase de defensa ante los tribunales nazis: La rueda de la historia gira, marcha adelante, hacia la Venezuela Bolivariana y Socialista.