El viraje cubano. De regreso al capitalismo o reimpulso revolucionario

Mis queridos lectores, el artículo que presento a su consideración contiene una serie de reflexiones que me han surgido de dos fuentes: el discurso de Raúl Castro ante la Asamblea Nacional de Cuba y una entrevista al vicepresidente cubano que ha estado de visita en Venezuela. El sentido de este artículo es hacer un análisis crítico del significado de este cambio de rumbo en el modelo económico cubano y combinarlo con la realidad venezolana.

En la entrevista hecha al vicepresidente cubano por la periodista Vanessa Davies, éste señaló que el cambio en el modelo económico cubano a 50 años de la revolución era necesario para afianzar la base material de ésta y darle reimpulso a la revolución, y que en este sentido, se trataba de reforzar el camino socialista de Cuba.

El vicepresidente señaló cuestiones como las siguientes: la necesidad de dar fin a la gratuidad de algunos servicios sin dar más detalles al respecto, mencionando aspectos como el cobro de matrícula en educación y el costo de los libros, pero no fue preciso en estos aspectos, señalando que todas estas cuestiones estaban en discusión. También confesó que algunas empresas estatales funcionaban bien, otras, regular y algunas definitivamente mal, una revelación bastante sincera y autocrítica, señalando también, que habían algunas actividades económicas que no deberían estar bajo el control del Estado y que deberían pasar a ser desarrolladas por particulares. Además, señaló que era una realidad que había una plantilla de empleados estatales abultada y que obviamente habría que hacer reajustes, precisando que el Estado cubano hasta el presente se había hecho cargo de dar empleo a todas las personas que egresaban de la educación, obviamente, esto tendría que cambiar y muchos cubanos tendrían que garantizarse el sustento a través de actividades económicas por cuenta propia.

A todo lo anterior, el vicepresidente añadió el uso por parte del Estado cubano del mecanismo impositivo para obtener recursos, lo que podría verse según sus palabras como la utilización de un instrumento capitalista, pero que a su juicio, simplemente es una modalidad a emplear independiente de si estamos en una sociedad socialista o capitalista, revelando en cierto sentido, la introducción del pragmatismo en la política económica cubana. Por último, el vicepresidente cubano señaló que estos cambios tal vez debieron enfrentarse mucho antes, eso no se hizo, y ahora aprovechando la coyuntura de la crisis mundial había que aprovechar el momento.

Palabras más, palabras menos, creo que he sido bastante fidedigno a lo que el vicepresidente de Cuba expresó en su entrevista con la periodista Davies.

Ahora viene mi análisis crítico. En primer lugar, debo poner en duda que este viraje conduzca a un reimpulso al socialismo, por lo menos, al socialismo como se ha venido dando en la isla hasta ahora. El abrir la economía a la actividad privada por cuenta propia no es para mí un cambio insignificante, muy por el contrario, atenta contra un pilar fundamental de la revolución socialista cubana y en general de todos los socialismos que se dieron en el siglo XX. El socialismo del siglo XX basado en la visión marxista del socialismo científico, tenía como piedra angular la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, debido a que ésta era el fundamento del capitalismo y que originaba la apropiación de la plusvalía generada por los trabajadores por parte de un capitalista.

Los trabajadores por cuenta propia en Cuba, aunque sea en un nivel muy pequeño, se convertirán en empresarios que aportarán un capital y que eventualmente contratarán mano de obra, venderán sus servicios o productos en un mercado a precios que les permita sufragar sus costos de producción y por supuesto obtener un beneficio. En la televisión vi un chef cubano que trabajaba en un hotel estatal que estaba reacondicionando su casa para colocar un restaurante, creo muy difícil que este señor solo pueda manejar su negocio, más aún si es exitoso, con seguridad tendrá que contratar empleados. Esto conlleva a que algunos empresarios de este tipo, serán más exitosos que otros, algunos fracasarán, otros lo harán regular. Esto dará lugar a que en Cuba se acabe el igualitarismo como base de la sociedad cubana, algo que me parece apuntó el presidente Castro en su discurso.

La introducción del mercado en la sociedad socialista cubana, por la vía de los trabajadores por cuenta propia, puede generar en el plazo de 10 años, un cambio significativo que puede transformar la sociedad cubana de una manera radical. Y no debemos ser muy imaginativos, tenemos el caso de la transformación de China, que ha pasado a un modelo capitalista, y que algunos califican hasta de capitalismo salvaje.

Creo que en Cuba se ha llegado a la conclusión forzada, que el Estado definitivamente no puede hacerse cargo en forma absoluta de la dinámica económica de un país. Cuando el vicepresidente cubano señalaba que el socialismo debía construirse sobre una base material sólida, a mi juicio estaba reconociendo que el socialismo clásico había fracasado miserablemente en la creación de riqueza. El socialismo estatista del siglo XX tuvo éxito en la redistribución de la riqueza pero a un nivel muy básico de la satisfacción de las necesidades humanas, pero fue incapaz de generar un proceso de crecimiento de la riqueza y distribución de la misma. Para mí, el socialismo sólo es posible en la medida que ambas dimensiones se conjuguen, y si no es así, el modelo socialista simplemente colapsa, o como en el caso chino, vuelve a un esquema de capitalismo salvaje.

No nos podemos engañar, nadie cambia algo que funciona bien, y en este caso, este cambio va en contra de lo que fue el dogma del socialismo del siglo XX –la erradicación de la propiedad privada de los medios de producción y el control absoluto de la economía por parte del Estado.

Es de esperarse que algo del pragmatismo y realismo que ha asumido la dirigencia cubana llegue hasta acá, el gobierno venezolano debe darse cuenta que en estos momentos, es la economía el punto débil de la revolución bolivariana, el verdadero talón de Aquiles, y que del curso de ésta depende el aspecto político, más aún cuando se acerca el 2012.

Pareciera ser que algo de este realismo ha iluminado al gobierno al echar para atrás el anuncio de incremento del IVA y la posible implantación del impuesto al débito bancario. En verdad, es cada vez más difícil justificar que Venezuela con los ingresos percibidos por el petróleo en todos estos años se haya endeudado más, que persista una inflación de dos dígitos y que estemos en una recesión económica. Los avances en cuanto a la extensión de la salud y educación gratuita y otros programas sociales ya no son argumentos suficientes para justificar la actual situación económica, al igual que en Cuba, los logros notables en estas áreas no son suficientes como para seguir con el modelo económico y hay que cambiarlo. También creo que es válido para Venezuela lo que dijera el presidente Raúl Castro, o cambiamos el modelo económico o los logros de la revolución se perderán irremediablemente –o cambiamos o cambiamos –he ahí la cuestión.


htorresn@gmail.com


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Hernán Luis Torres Núñez


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