La “corporación” PDVSA tiene un llenadero de combustible en la carretera Barquisimeto-Acarigua, donde además funciona el programa de “AutoGas”, interesada en convertir mi camioneta a gas y habiendo hecho previo contacto con una persona autorizada por PDVSA para informar sobre el programa, hoy martes 06/10/2009 me dirigí a el taller que se encarga de tal reconversión, y cuales no serian mis sorpresas, si en plural, la primera sorpresa es enterarme del “código de vestimenta” de PDVSA, basado en un pequeño párrafo de tres líneas que dice más o menos: para ingresar a estas instalaciones, se debe mantener una correcta vestimenta.

La “norma” no especifica en que consiste la “correcta vestimenta”, que de tan genérica termina siendo arbitraria, e impide el ingreso a la “corporación” (como la llamo en reiteradas ocasiones el maduro y gruñón portero y su más amable compañero de trabajo) a las mujeres que no la cumplan, la “norma” impone a las mujeres que deben entrar con chaqueta, nada de brazos descubiertos, ni de franelas, aunque en las tres líneas no aparezca nada de eso, puedo comprender que no se pueda entrar con “pantalones calientes” o tanga, con un escote más propio de un traje de noche, pero no puedo entender que los brazos de una mujer sean “inapropiados”, reclame con firmeza y ante mi reclamo por discriminación sexual, pretendieron “dorarme la píldora” argumentando que los hombres tampoco podían entrar en “franelillas ni bermudas”.

El portero amable busco un manual de normas y procedimientos que tenia el tan mencionado “código”, que de tan escueto y breve no servía de base para ninguna regla o norma, lo que le hice ver, así que contesto que bueno “eran normas de la gerencia de la corporación”.

Corríjanme si me equivoco, vivimos en un país tropical, con temperaturas entre 28 y 35 grados promedio en la zona centro-occidental, pero insistimos en vestimentas tipo europeo, trajes con corbatas, chaquetas, abrigos, etc, otra parte de nuestra mentalidad colonizada y de una idiosincrasia eurocéntrica.

El llenadero esta a las afueras de la ciudad, en plena carretera, y allí esta el taller que instala la reconversión del programa “AutoGas”, pero resulta que si se es mujer, se debe vestir “correctamente”, según lo que entiende “la gerencia”, anónimo ente omnipresente, omnisciente y omnipotente, que ha “decretado” que toda mujer que pretenda entrar debe estar “cubierta”, no importa si su franela, es recatadamente cubierta en el escote, lo que importa es que Ud. esta mostrando sus brazos, ¡!!oh, santo pecado!!, ¿ este es un país en vías de una revolución socialista?, o ¿estamos en un país teocrático e híper-machista?, ¿será que tenemos que agradecer que no nos obliguen a usar una “burka”, al estilo talibán?, las INCONGRUENCIAS e INCONSISTENCIA de la Revolución Bolivariana no dejan de sorprenderme.

Pero tampoco dejan de molestarme, porque no solo no hay donde, ni a quien reclamarle tan arbitraria “norma” y tan descarada discriminación, es que la mentalidad de todos los hombres que allí estaban (si, la única mujer era yo), los porteros, los técnicos del taller, los militares que resguardan la entrada y las instalaciones es ABSOLUTAMENTE MACHISTA, y peor aun impermeable a cualquier argumento lógico, legal o de simple sentido común.

¿Es con estas mentalidades que vamos a hacer una revolución socialista?, lo dudo, si la consciencia interna no cambia, no hay posibilidad alguna de cambios reales y palpables en lo exterior, mejoraremos los hospitales, las escuelas, los salarios (¿masculinos?), pero la igualdad de derechos para la mujer esta muy lejos de ser, y sin esto la Revolución Bolivariana solo será un sueño, que durante una maravillosa época existió, a medias, una utopía.

Por cierto la segunda sorpresa fue que el programa “AutoGas” solo sirve para los carros que sean nuevos, con sistema electrónico de inyección y perfecta comprensión del motor, lo que es lógico, pues un motor en mal estado no es aceptable ni para este programa ni para el ambiente, en todo caso si su camioneta o carro es carburado, olvídelo, ni se moleste.


nadezca@gmail.com