Tal y como advertimos durante 2021 [ Einstein Millan Arcia on X: "The #IEA International Energy Agency change his mind, bringing back a scenario of rising oil and gas demand through 2050. https://t.co/oUG0uWG2o6 Exactly what we said 4-years ago: https://t.co/qFQAtCNCsa #OOTT #WTI" / X ], la IEA acaba de cambiar su proyección de máxima demanda. La IEA inicialmente había previsto que para 2030 se llegaría a la demanda máxima de crudo, mientras que nuestra proyección publicada hacia finales de 2021 sostenía que la demanda seguiría su curso hacia el 2045+ [Entre 8% y 9% del suministro fósil recaerá sobre Venezuela - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan], con unos 120 MMBD de demanda global alcanzados para dicha fecha.
Sostuvimos además que la producción se comenzaría a abatir a partir de 2035 como consecuencia de la desaparición diferencial de reservas desde una gruesa porción de países, hoy productores, señalando que al 75% percentil desaparecerían sobre 31 millones de barriles (MMBD) por día del suministro global, mientras que otros 2 MMBD podrían pasar a nivel de producción marginal, totalizando una fragilidad neta en la oferta de cerca de 33+ MMBD. La desaparición de dicha producción, como ya antes expresamos, vendría acompañada de un aumento proporcional en la demanda de sobre 20 MMBD al nivel de crecimiento previo a H2’2019. De allí que la fragilidad o exposición total se estaría traduciendo en unos 53+ MMBD, postulando un descabellado y nunca visto escenario de precios del barril, con una demanda de energía en barriles equivalentes en total cercano a los ~120 MMBD. Bajo dicha premisa, contrario a lo que se planteaba inicialmente, las inversiones en desarrollo de la suite de fósiles [gas/crudo/carbón] continuaran su curso ascendente; por ahora.
La pregunta que surge de todo esto; particularmente en medio de la celebración de la conferencia del cambio climático; COP-30, en curso actualmente en Brasil [ COP30 | UN News ] es, como queda el 2050-net-zero?
Aunque el COP30 sigue en curso, los resultados probablemente incluirán acuerdos sobre recortes más profundos de emisiones y un marco más preciso para la transición desde los fósiles.
Aunque hemos sostenido que el verdadero interés detrás del "net-zero" es meramente financiero y estratégico, más que una acción surgida para prevenir las consecuencias generadas por un eventual cambio climático producto de la acumulación de trazas de carbonos en la atmosfera, océanos y biosfera, pensamos que las acciones seguirán su curso hacia el net-zero, particularmente desde la óptica de aquellos países desarrollados cuyas reservas fósiles están en su etapa final y con mayor exposición por su creciente dependencia energética. Precisamente aquellos países netamente consumidores y desde donde provendría el grueso de la demanda, luego de 2030+.
Muy probablemente se decida promover un mayor control desde estos países en declive petrolero y gasífero, a través de la imposición de créditos de carbonos, una especie de "crecientes impuestos a los países productores" con la clara intención de buscar el retorno de sus capitales expuestos en la compra de energía, ante el creciente gasto que se les avecina. Estemos claros, ningún renovable hasta ahora; sin subsidio estatal, sustituye, ni compite económicamente con el fósil.
PDVSA; potencial de emisiones
PDVSA no está preparada para responder ante un ambiente de crecientes exigencias pecuniarias por la compra de créditos de carbonos, ante el descontrol de sus operaciones y su creciente potencial de emisiones toxicas incluidas las directas [scope-1] e indirectas [scope-2 y 3].
PDVSA opera actualmente con un reducido margen de ganancias producto de elevada su prima de riesgo, creciente diferencial y la aguda complejidad que enfrenta para poder exportar sus productos, lo cual la obliga a otorgar grandes descuentos y por lo tanto, no podría con la carga impuesta por la compra de créditos de carbonos en los mercados, para poder exportar sus crudos y productos.
PDVSA debe plantearse desde ya una estrategia con miras a masificar; no solo el control de emisiones, captura, "almacenamiento-secuestramiento" y transformación de dichas emisiones, sino acciones tendientes a reducir su exposición en los mercados de compra de créditos de carbono so pena de endeudamiento y grandes pérdidas.
PDVSA produce 1.200.000 BPD al incluir condensados y unos 3.600 MMPCD de gas, de los cuales cerca de un 31% es venteado/quemado. Según nuestras estimaciones el potencial de emisiones de carbonos ronda los 258 megatones de CO2 equivalente por año, con un per-cápita de 8.7 toneladas CO2 equivalentes por persona [tCO2e] por año. Ello incluye emisiones secundarias desde la producción de crudos, gas, venteo/quema, pozos abandonados y procesos; aguas arriba, quema de gases, refinación, combustión-final [end-use], fugas de metano en pozos abandonados. Excluyendo las emisiones de carbonos generadas el gas producido, estas se reducirían hacía unos 200 megatones de CO2 por año, para un per cápita de 6.7 tCO2e por persona por año.
Estas son solo las emisiones que genera la actividad operacional y de exportación de PDVSA; aun así, posicionan a nuestro país muy por encima del promedio mundial de cerca de 5 tonCO2eq por persona.
Impacto financiero
La compensación de emisiones se hace a través de créditos de carbono, los cuales emiten aquellos países consumidores o productores en vías de desaparición, que forman parte de los que abogan por el cambio climático y net-zero. Estos permiten a corporaciones como las petroleras; ente ellas PDVSA, compensar emisiones financiando la reducción o eliminación [ sustitución-captura, transformación-"secuestramiento"] verificables de carbonos.
Los precios de dichos créditos varían según el tipo de mercado, calidad crediticia del entorno y el proyecto en sí. El mercado voluntario promedia en lo que va de 2025 ~4.8 a 7 $/tCO₂e, mostrando a una caída interanual del 20% debido a una sobreoferta promovida por la llegada de Trump, quien considera una farsa [hoax] el cambio climático; sin embargo, estos han venido en franca recuperación.
Los créditos premium de alta integridad valen entre $15 y $25 por tCO2, mientras que los de baja ~$3 a $5/tCO2. Mercados más rígidos como California ~$46 t y la EU [ETS] ~$82/t, estos últimos más elevados debido a regulaciones más severas, aunque menos comunes para compensación en el entorno de exportaciones petroleras.
Basado en lo anterior y considerando dos escenarios básicos; bajo y realista, una corporación que como PDVSA emita unos 258 tCO2e anualmente, en caso de tener que acceder a créditos de carbonos para poder colocar "toda su producción en los mercados", tendría una exposición de cerca de $1.250 millones anuales en el caso bajo y de entre $8.000 y $10.000 millones en el caso realista, lo cual aniquilaría a la mayoría de las corporaciones petroleras.
Para el caso en que solo se trate de las emisiones experimentadas desde la producción de crudos a la tasa actual de 1.200.000 BPD [incluyendo condensados], el costo anterior se reduciría hacia $900 millones anuales en el escenario bajo y entre $5.000 y $7.000 millones anuales en el escenario realista, lo cual igualmente llevaría a la bancarrota a PDVSA bajo su arquitectura actual, de darse el caso en que se vea obligado a acceder a créditos de carbono; repito. PDVSA debe tomar acciones desde ahora; bien para acumular créditos, bien para vender, o bien para blindarse en un inevitable futuro de mayores restricciones en cuanto a emisiones toxicas.