Partimos del principio de que el país no es culpable de los desaciertos de los políticos, militares, ni de ningún allegado al poder y por lo tanto hay que separar el buen nombre de nuestra nación y el de los ciudadanos de bien, de los malos pasos que den o que hayan dado estos.
La traición y el maltrato a nuestra patria desde una inmensa mayoría de pseudopolíticos opositores ligados a intereses extranjeros, secundados por información tendenciosa desde ONG’s financiadas desde el exterior con propósitos meramente políticos, así como de muchos ciudadanos que los apoyan, no ha tenido límite desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1998.
Las guarimbas iniciadas luego del fallido intento de dar al traste con PDVSA en 2002 para asfixiar financieramente al estado; un burdo precursor de las sanciones, el sobredimensionamiento de una supuesta diáspora y la estigmatización y criminalización de compatriotas inocentes ha originado la devaluación progresiva de nuestra imagen y la pérdida de valor de nuestra ciudadanía. Además de ello, la inédita solicitud explícita, abierta y directa de sanciones e intervención militar desde voceros y representantes de la oposición más rancia. Todo lo anterior ha sido parte de un arsenal de filosas armas que han hecho sangrar por todos lados a nuestra querida patria y han hecho sufrir las consecuencias a muchos de sus más humildes hijos.
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¿Hasta qué punto están dispuestos esos malnacidos traidores a quemar desde adentro y desde afuera a nuestro país y a sacrificar a su gente para conseguir un fin político?
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¿Que los diferencia de lo dicen combatir del madurismo?
Nadie desconoce los múltiples desaciertos del gobierno de Maduro. Estamos claros acerca de la corrupción, la destrucción de nuestra economía, la desaparición de nuestros recursos, el saqueo de PDVSA y la falta de transparencia e irrespeto hacia los procesos electorales.
Defendemos la necesidad de un cambio en democracia y de un cambio propiciado desde las mismas instituciones del país, con el "apoyo institucional" de la comunidad internacional y no con una intervención directa que profane nuestro suelo patrio, a menudo solicitada explícitamente por supuestos defensores de la democracia.
Lo más irrisorio es que estos seudo políticos opositores buscan alianzas con gobiernos y gobernantes sumamente entredichos y cada día conspiran con la esperanza de una intervención directa de fuerzas militares extranjeras.
Seudo políticos y medios opositores en conchupancia con intereses extranjeros culpan a Venezuela de producción y tráfico de cocaína, cuando colombia [ Cocaine Production Hits Record High, Colombia’s Coca Crop at 253,000 Hectares | The City Paper Bogotá ], aun con la cooperación militar cercana de EEUU, es el mayor cultivador de coca y el mayor productor de cocaína del mundo, con rutas abiertas en ambos océanos, de frente a varios continentes.
Colombia ha sido productor y exportador de; no solo droga, sino de múltiples males no precisamente desde ahora, sino históricamente. Si usted quiere detener el tráfico de droga, acabe con el cultivo. Allí es donde radica el verdadero problema.
Ningún presidente colombiano ha sido señalado, procesado, ni encarcelado por la justicia internacional, ni siquiera por la droga encontrada en aviones militares colombianos [ El avión colombiano con cocaína revive la conexión entre militares y "narcos" | Internacional | EL PAÍS ], ni menos en aquel incidente en donde se halló cocaína en el avión presidencial colombiano cuando Ernesto Samper llegaba a NYC a una reunión de las naciones unidas [ Descubierto un alijo de tres kilos de heroína en el avión del jefe del Estado colombiano | Internacional | EL PAÍS ] en 1996. Ninguno de ellos tiene, ni tuvo recompensa sobre su cabeza, o por su captura.
La producción mundial de cocaína alcanzo un máximo histórico de 3.708 toneladas métricas impulsada por un nivel récord de cultivo de coca desde colombia. Ese país es el principal productor de coca con más de 253.000 hectáreas de cultivo, representando más del 67% del total mundial. Pero aún hay supuestos Venezolanos que piensan que el responsable es nuestro país.
En realidad colombia siempre ha sido un narcoestado. Es un hecho por demás demostrado con cifras oficiales provenientes de la misma oficina de las naciones unidas; UNODC [ UNODC - Crop Monitoring ] y de los reportes de producción de la misma Ecopetrol, que colombia compensa activamente déficit petrolero con cultivo de coca y producción de cocaína y no desde ahora.
Mas allá de colombia, la siembra de coca y la producción de cocaína no sucede por generación espontánea, sucede por una demanda sólida y sostenida desde distintos confines del mundo. Es así como la producción de cocaína desde colombia creció hacia 2.600 toneladas anuales impulsada por la demanda desde los países consumidores.
No en vano entre los 10 primeros países consumidores no aparece ningún país tercermundista, ni latinoamericano tampoco. La demanda de la droga proviene principalmente de los llamados "países desarrollados" y, por ende, sus gobiernos deben ser también responsabilizados y pagar por ello.