Finalmente se devela la ruta que enfrentará Venezuela en general y PDVSA en particular, en el corto y quizá hasta el mediano plazo, en cuanto a la imposición de sanciones y tarifas desde el gobierno de Trump.
Luego de una larga espera donde allegados al oficialismo anunciaban desde las redes que Chevron y sus representantes hacían lobby ante el gobierno del norte, para permitir la continuidad de sus operaciones en Venezuela [Chevron, European firms lobby to keep stakes in Venezuela oil joint ventures | Reuters] y luego del anuncio de una "supuesta extensión" de 60 días [EE.UU. libera a estadounidense y extendería exención de Chevron en Venezuela por otros 60 días], el secretario de estado M. Rubio despeja dudas [Chevron's oil license in Venezuela to expire May 27, Rubio says | Reuters] asegurando que las sanciones y tarifas tendrán efecto a partir del 27-05. En días previos al anuncio de Rubio, una legión de "bots" invadió las redes, asegurando la extensión de la licencia.
Hoy Venezuela-PDVSA se enfrenta a la realidad de unas duras sanciones, que imposibilitan el normal desempeño de nuestra industria petrolera. Una industria que luego de la enfermedad y ausencia de H. Chávez, entre 2009 y la actualidad, viene enfrentando múltiples fracturas y un fuerte deterioro como consecuencia; no solo de una mal praxis de su directiva y alta gerencia, sino de una agravada crisis operacional, de una creciente corrupción y hasta de un vulgar saqueo político-militar.
Impacto y Efectos
Las sanciones llevaran la actividad de Chevron y las transnacionales europeas hacia un nivel mínimo en los activos que opera en Venezuela, proyectando su producción actual hacia los niveles de Diciembre 2022.
Las sanciones impactaran adversamente tanto la producción, como las exportaciones y en consecuencia también, a un grueso componente del flujo de divisas de la nación. Recordemos que de los $22.661 millones pautados para el presupuesto nacional 2025, cerca del 53% o un equivalente de $12.031 millones, depende del ingreso petrolero.
La producción objetivo-ofertada por la directiva de PDVSA y el ministerio de hidrocarburos para 2025 apunta a un volumen a fin de año de 1.320.000 BPD. Para el cierre de Abril, la producción real no auguraba el cumplimiento de dicha meta, dado que las cifras reportadas por la OPEP reflejaron 1.051.000 BPD y 888.000 BPD según fuentes directas y secundarias respectivamente, a pesar de unos 160.000 BPD de diluyente importado incorporado a dicho volumen.
Lo preocupante al momento es que de dicho total de producción nación, unos 250.000 BPD son abonados por Chevron desde los 4-activos que opera en nuestro país, mientras que otros 56.000 BPD son producidos por las transnacionales europeas Repsol-Eni y Maurel & Prom, para una fragilidad total que supera los 300.000 BPD de un volumen de crudo con potencial de ser directamente impactado por dichas sanciones y tarifas.
Pero además de todo lo anterior, la desaceleración de las exportaciones ya se ha hecho sentir desde el mes de Marzo, habiendo cedido desde un máximo de 935.000 BPD en Febrero, a 805.000 BPD en Marzo y 699.000 en Abril y con expectativas de caer hacia un rango ubicado entre 520.000 y 570.000 para el mes de Mayo. La caída en las exportaciones a su vez podría ocasionar cuellos de botella en las ya menguadas facilidades de almacenamiento de PDVSA originando el cierre diferencial de pozos, por congestionamiento de la capacidad disponible de almacenamiento, conllevando a la agudización de la caída de producción país.
En función de las vulnerabilidades de la industria al momento y considerando que las sanciones no solo afectan las operadoras, sino que también a las empresas de servicio, no existe posibilidad de que PDVSA; con o sin la ayuda de chinos, rusos o iranies, pueda sostener, ni menos aumentar el nivel actual de producción, mientras estén vigentes las restricciones desde el norte, dado que no posee el capital, logística, acceso a bienes y servicios, ni talento en su directiva y gerencia para tal efecto.
Una industria débil como lo está PDVSA; no desde ahora, sino a partir de la implementación del plan siembra petrolera, de la institucionalización de la corrupción interna, de la caída del barril en Junio’2014, de la llegada de paracaidistas desde el poder y sus allegados, desde la llegada del saqueo político-militar y desde la imposición de sanciones pedidas a gritos por verdaderos traidores a la patria para conseguir un fin político, no puede salir airosa de ninguna coyuntura y menos de la actual.
A PDVSA le han dado con todo, desde el poder, desde la oposición, desde la calle, desde adentro mismo y desde afuera. Le han dado con arrechera.
Hemos sostenido que, a consecuencia de la salida de las operadoras europeas y estadounidenses, existe una producción sensible a desaparecer que podría estar en un rango de 140.000 a 170.000 BPD en un lapso de 6 a 12 meses contados a partir de inicios de Mayo.
La situación se complica para PDVSA cuando entran en la ecuación los bajos precios actuales del crudo como resultado, no solo de una economía global con signos de debilidad, sino también de una expresa alineación de intereses entre los productores del golfo pérsico y EEUU, lo cual pensamos podría a su vez revertírseles, dado los costos de equilibrio de varios de los activos no convencionales.
En lo que atañe a Venezuela, los bajos precios del barril le restan grados de libertad a PDVSA en cuanto a la capacidad de negociar nuestros crudos por vías poco ortodoxas dadas las circunstancias y dado los elevados costos de producción que bien podrían superar los $33 a $36 pb actualmente, sin incluir la expansión del diferencial y prima de riesgo respecto a los marcadores. Por ejemplo, al cierre de Abril pasado el diferencial respecto al WTI no superaba los $7 por barril [pb], cuando en Septiembre de 2024 este llegó hasta $15.33 pb.
Preocupa también el hecho de que, siendo oriente el destino preferencial de nuestros crudos [Merey-16 y Blend-22], los costos de flete aunado a lo anterior lo tornaran poco competitivo frente a segregaciones alternativas del golfo pérsico como el Basrah o Wafra por ejemplo, e Irán inclusive.
El impacto de una disminución progresiva de las exportaciones como la que estamos presenciando, podría remover de mantener la misma tendencia hasta F/A, unos $2.100 a $2.300 millones de ingresos por exportaciones para el ciclo.
Según información satelital, al parecer el tráfico de tanqueros furtivos [Einstein Millan Arcia on X: "El tráfico de buques petroleros fantasma, furtivos, sin señal #AIS así como la presencia de tanqueros en aguas internacionales cercanas a costas #Venezolanas ha ido en aumento. El trasegado y las ventas irregulares de crudo irán en aumento, mientras los márgenes de #PDVSA cederán" / X] fantama, sin señal de geolocalización, posicionados en aguas internacionales cercanas a las costas Venezolanas se ha venido intensificando, anunciando la masificacion de acciones de trasegado y ventas irregulares de crudo. Ello redundará en una reducción de los márgenes para PDVSA y en un detonador para todo tipo de negocios oscuros en un a PDVSA donde lo que menos abunda es el interés nacional.