El colapso de la industria petrolera

La situación política y económica en Venezuela sigue deteriorándose, sumiendo al país en una profunda crisis, de la que no escapa ningún sector.

El pasado 15 de septiembre67, la Misión Internacional Independiente de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, publicó un informe demoledor sobre la violacion de los DDHH. en el país en el periodo 2014-2020, señalando al presidente nicolás maduro y otros altos funcionarios, civiles y militares, de ser responsables de la perpetración de Crímenes de Lesa Humanidad, según el Estatuto de Roma, del cual Venezuela es signataria desde el año 2000, lo que abre las puertas a la actuación de la Corte Penal Internacional.

Por otra parte, el gobierno tiene como única prioridad las elecciones parlamentarias del próximo 6 de diciembre, para lo cual esta dispuesto a hacer algunos gestos, como la liberación de detenidos-secuestrados, para convencer de participar en ellas a sectores políticos del país que se han negado a hacerlo por carecer estas de condiciones mínimas de verificación y transparencia.

Pero al mismo tiempo, el Tribunal Supremo de Justicia, ha intervenido partidos políticos68 opuestos al gobierno, designando otras autoridades, mientras el gobierno sigue deteniendo líderes políticos y sociales, acompañando las detenciones de una campaña infame, como la desarrollada contra Rafael Uzcategui, criminalizando y difamando a la oposición política, que desde la izquierda, se levanta contra el gobierno.

Igual suerte hemos corrido nosotros desde el 2017, así como el MG Miguel Rodriguez Torres y tantos obreros y oficiales militares perseguidos y secuestrados por el gobierno. El madurismo es implacable y cruel contra las fuerzas Chavistas y revolucionarias que le hacemos frente, uno a uno, caso a caso, se va demostrando el verdadero carácter de derecha y talante fascista del gobierno.

Un elemento profundamente desestabilizador en el país, es el colapso de la economía nacional, entre 2014-2020, con una caída acumulada de -64% del PIB, la hiperinflación, la mega devaluación y virtual dolarización de la economía, acompañada del derrumbe de los salarios, hoy el salario mínimo mensual se ubica en 1,99 dólares/mes, el más bajo del hemisferio y que coloca al 97 % de la población por debajo del umbral de la pobreza.

A estos elementos hay que agregar el colapso de los servicios públicos: transporte, electricidad, agua, telefonía, gasolina y gas. Estas últimas son consecuencia directa del colapso operacional de Petróleos de Venezuela, PDVSA.

El Colapso de la Industria Petrolera.

Un factor fundamental entre las causas de la profunda crisis económica del país lo constituye el colapso de la industria petrolera nacional que representaba, hasta el 2013, el 96% de los ingresos en divisas del país.

Producto de la decisión de maduro de derogar la política petrolera del país vigente desde el 2004, la Plena Soberanía Petrolera, su gobierno inició una ofensiva brutal contra el Ministerio de Petroleo y PDVSA para remover completamente al cuerpo de dirección política-tecnica que manejamos la empresa durante el gobierno del presidente Chávez, entre 2004-2014.

Para lograr su propósito, el gobierno adelantó sucesivas intervenciones en PDVSA hasta lograr su control, en este proceso se instauró una política de persecución y represión interna, donde fueron encarcelados más de 100 directivos, gerentes y trabajadores de primera línea de la empresa: me exiliaron y persiguieron por ser el Ministro de petróleo del Presidente Chávez y dejando morir en prision al Ministro de Petroleo Nelson Martinez, designado por el mismo maduro en enero de 2017 en el cargo y luego presidente de PDVSA.

En ese año 2017, la empresa fue militarizada, entregando su conducción a oficiales de la Guardia nacional, encabezados por el General Manuel Quevedo.

Todo este proceso de persecuciones y militarización ha provocado el éxodo de más de 30.000 trabajadores, ingenieros y técnicos de la empresa a partir del 2015.

Al mismo tiempo el gobierno ha adelantado un conjunto de acciones y firmas de contratos petroleros, absolutamente contrarios a los establecido en la Constitución, la Ley Orgánica de Hidrocarburos vigente y sin la aprobación de los órganos respectivos, entre ellos la Asamblea Nacional o la Asamblea Nacional Constituyente, en lo que ha sido una privatización de facto de PDVSA y la actividad petrolera en el país.

Las intervenciones del gobierno, incluyendo el encarcelamiento y persecución de los gerentes y trabajadores, la entrega del petroleo a través del Decreto 3.068, así como la entrega del gas y toda clase de exenciones de impuestos y entrega de campos y activos de PDVSA a los privados, no han tenido ningún resultado favorable, ni para el pais, ni para la empresa, al contrario, las operaciones de la industria y la producción de petroleo y gas han caído a niveles históricamente bajos, similares a los del año 1930 en el país.

El impacto sufrido por la empresa ha sido peor y más profundo que el sufrido por PDVSA entre el 2002-2003, cuando la alta gerencia, por razones políticas, sabotearon las operaciones e instalaciones de la empresa para forzar la renuncia del entonces presidente Hugo Chávez. En aquel entonces, en enero de 2003, la producción cayó hasta 23 mil barriles día de petróleo y todas las refinerías del país fueron saboteadas, por lo que la población fue sometida entre diciembre del 2002-marzo del 2003 a una severa escasez de gasolina y gas.

Hoy, luego de 7 años de sucesivas intervenciones, desvío de recursos, suspensión de procesos de contratación y ausencia de inversiones, la industria petrolera del país está colapsada operacionalmente, privando al pueblo venezolano de los recursos provenientes del ingreso petrolero y los combustibles necesarios para su actividad diaria.

El colapso de la producción de petróleo y gas

De acuerdo al Reporte de Monitoreo del Mercado (MOMR) de la OPEP, publicado el pasado 14 de septiembre69, la producción petrolera en Venezuela se ubicó en 340 mil barriles día en agosto, una leve variación de 0,29% respecto a la producción registrada en el mes de julio de 339 mil barriles día.

PRODUCCIÓN PAÍSES OPEP
(2018-julio 2020)

Fuente: MOMR OPEP, agosto 2020

El colapso de PDVSA se refleja en una caída de la producción petrolera desde 3,015 millones de barriles día en 2013 a 340 mil barriles día en agosto de 2020, una pérdida de 2,67 millones de barriles día de petróleo en 7 años, equivalente al 88.7% de la producción.

COLAPSO DE LA PRODUCCIÓN PETROLERA EN VENEZUELA
(2014-2020)

Fuente: Reporte de Monitoreo del Mercado, MOMR, de la OPEP.

En enero de 2019 la producción petrolera del país se ubicaba en 1,1 millones de barriles día y a pasar de la última intervención del gobierno en PDVSA en febrero de este mismo año, con la Comision Ali Rodriguez Araque, la producción ha seguido cayendo hasta agosto de 2020 para ubicarse en 340 mil barriles día, una caída de 69% de la producción de petróleo del país en el lapso de 20 meses.

Venezuela, miembro fundador de la OPEP, no participa de los acuerdos de recortes de la OPEP+ y ha perdido todo peso o influencia en las decisiones de la Organización.

Venezuela ha caído progresivamente, a partir de 2014, en el ranking de los países productores que forman parte de la OPEP, y se ubica actualmente en la novena posición, solo por encima de Congo, Gabón y Guinea Ecuatorial.

POSICIÓN DE LOS PAÍSES OPEP POR SU NIVEL DE PRODUCCIÓN
(agosto 2020)

La pérdida, desde el año 2014, del 88% de la producción de petróleo en Venezuela representa una hecatombe económica, debido a que el 96% de las divisas del Estado provienen de la explotación de petróleo.

Sin embargo, y dada la profunda intolerancia que el tema petrolero genera en los sectores políticos del país, nos permitiremos utilizar el gráfico de la evolución histórica de la producción de petróleo en Venezuela del profesor Asdrúbal Baptista, a quien nadie puede acusar de chavista o ramirista, se aprecia la estrepitosa caída en la producción de crudo, que nos remite a los niveles de producción de los años 30, situación que para Venezuela es extremadamente grave por diversas razones, entre ellas el colapso de la economía nacional, las amenazas a la soberanía del país y la destrucción del modelo de Distribución Popular de la renta petrolera logrado en los últimos 20 años.

EVOLUCIÓN PRODUCCIÓN PETROLERA EN VENEZUELA
(1922-2020)

El colapso de la producción de petróleo a partir del 2014 y el retroceso de la misma a niveles de hace 90 años, como muestra el gráfico, refleja mejor que nada, con números irrefutables, el desastre de la intervención y conducción del gobierno en PDVSA en el periodo 2014-2020, además del fracaso de la privatización de facto de la producción de petróleo y gas en el país que ha impulsado el gobierno.

El colapso de la industria petrolera crea un escenario propicio para la acción de los sectores políticos y económicos, tanto de la oposición como del gobierno, que negocian la privatización de la industria petrolera nacional, pues el caos de maduro y la debilidad de su gobierno entreguista les brinda los argumentos y oportunidades para avanzar en propuestas de privatización de PDVSA y entrega del petróleo, dos temas que, además de inconstitucionales, eran impensables apenas 7 años atrás con el gobierno del Presidente Chávez.

Situación de las Refinerías

Como lo hemos señalado anteriormente, la capacidad instalada de refinación en el país es robusta capaz de procesar y producir 1,3 millones de barriles dia de combustibles, en cuatro complejos refinadores principales: El Complejo Refinador Paraguaná (refinerías de Amuay-Cardón), refinería El Palito, Refinería Puerto la Cruz y refinería Bajo Grande.

Hasta el año 2014 el circuito de refinación nacional fue capaz de garantizar el abastecimiento de combustibles al país y exportar. Ese mismo año PDVSA procesó en su circuito nacional 1,15 barriles día de petróleo para producir 638 barriles día de combustibles para satisfacer la demanda interna del país y se exportaron 404 barriles día de combustibles.

Fuente: PDVSA

La intervención de PDVSA y su vicepresidencia de finanzas, que permitió la desviación, a partir del año 2014, de los recursos financieros destinados para el mantenimiento y actualización de estas complejas instalaciones industriales generó el actual colapso de las refinerías del pais, el cual se acrecentó con la improvisación, la descalificación y persecución de técnicos y gerentes, así como la militarización de la empresa que terminó con cualquier posibilidad de recuperar el parque de refinación del país.

Fuente: PDVSA, Elaboración propia

Hoy, luego de siete años de intervenciones, encarcelamiento de gerentes y trabajadores y la gestión de una dirección desconocedora del sector, el circuito refinador venezolano está colapsado operacionalmente, no puede satisfacer ni siquiera la hoy mermada demanda interna de combustibles .

Según diversas fuentes, incluyendo trabajadores de la empresa, actualmente la capacidad de procesamiento de las refinerías en el país escasamente alcanzan el 10% de su capacidad, con altos niveles de inseguridad y falta de confiabilidad operacional, por lo que que se suceden sucesivos arranques y paradas de las plantas, así como escapes de gases y derrames de hidrocarburos como los de Río Seco70 y en el Parque nacional Morrocoy71, ambos en el estado Falcón, denunciados por las comunidades y que han provocado graves daños ambientales.

La situación de colapso del sistema de refinación nacional solo tiene como antecedente en el país, el Sabotaje Petrolero entre 2002-2003, cuando la gerencia al frente de las refinerías pararon abruptamente las operaciones y sabotearon las instalaciones provocando terribles daños a su integridad mecánica y el desabastecimiento total de combustibles en el país entre diciembre de 2002-marzo de 2003.

Sin embargo el daño producido a nuestras refinerías por la negligencia e irresponsabilidad del gobierno entre 2014-2020, ha provocado el colapso operacional del sistema de refinación nacional y un prolongado desabastecimiento de combustibles, gasolina, diesel y GLP en el país, lo que ha mantenido a la población del territorio nacional sometido a la escasez durante todo este año, incluso en Caracas, donde el gobierno nacional, tal como sucedía en Saigon durante la guerra de Vietnam, trata de mantener una calma y una normalidad que no existen en el resto del país.

Por otra parte el circuito de refinación internacional de PDVSA que, hasta 2014, tenía una capacidad de producción de 1,519 millones de barriles días, se ha perdido por razones políticas y negligencia del gobierno y las sucesivas Juntas Directivas de PDVSA.

El Circuito refinador CITGO, fue colocado en garantía72, como colateral de operaciones de financiamiento ordenadas por el Ejecutivo Nacional, por otra parte, ante la negligencia en el manejo de juicios internacionales adelantados contra la República por empresas mineras de papel, tribunales norteamericanos congelaron cualquier posibilidada de transacción de la empresa, hasta que finalmente la Administración norteamericana confisco estos activos de la República y, en un acto absolutamente inusual e ilegal en nuestro país, entregó su administración al partido político del actual presidente de la Asamblea Nacional.

Mientras que el circuito refinador del Caribe, compuesto por la Refinería Cienfuegos en Cuba, Refidomsa en República Dominicana, Petrojam en Jamaica e Isla en Curazao, han dejado de estar bajo el control del gobierno venezolano y de PDVSA.

En el caso de Cuba la refinería fue cedida al gobierno cubano, en el caso de República Dominicana y Jamaica fueron desatendidas y entregadas su administración y respecto a la Refinería Isla, en Curazao, se perdió el contrato de arrendamiento.

En el caso de la refinería de Cienfuegos, ubicada en La Habana, con una capacidad nominal de 65 MBD, esta se cedió73 al gobierno cubano como parte de una compensación de "deuda" entre Cuba y Venezuela, de acuerdo a instrucciones del presidente Maduro, según indica el "punto de cuenta", documento oficial, donde la entonces canciller Delcy Rodriguez solicita la sesión de este activo al presidente maduro, el cual la aprobó de espaldas al país y en secreto.

En los casos de Refidomsa y Petrojam, ni el gobierno, ni PDVSA han informado al país como se perdió el control de nuestra participación en estos complejos refinadores.

Respecto a la Refinería Isla, con una capacidad de 335 mil barriles día, PDVSA perdió74 el control de sus operaciones por incumplimiento en el contrato de arrendamiento.

La pérdida de control de PDVSA, sobre nuestro circuito internacional de refinación, imposibilitan cualquier apoyo, aunque fuese temporal, en este momento de crisis de la gasolina en el país. Si bien falta voluntad política de las fuerzas políticas que ahora controlan CITGO para enviar combustibles al país, también es cierto que, si tuviéramos control sobre nuestro circuito refinador en el Caribe: Cuba, República Dominicana, Jamaica y Curazao, hubiésemos sido capaces de hacer frente a esta crisis aunque sea de manera temporal .

Ninguna autoridad del gobierno, ni de PDVSA, rinde cuentas de su actuación ante los organismos de control del Estado, ni a la Asamblea nacional, ni a la Asamblea Nacional Constituyente, ni a la Contraloría General de la República, ni a la Fiscalía.

Nadie rinde cuentas y nadie pide cuentas de la gestión del gobierno. Este es uno de los problemas fundamentales de la actual situación.

Mientras tanto los ciudadanos venezolanos en todo el país siguen sometidos al maltrato de la escasez de combustibles, largas colas de dias enteros para surtir sus combustibles, los abusos de las autoridades, el robo y la extorsión, el mercado negro y el bachaqueo de un recurso al cual no se tiene acceso, no por las sanciones norteamericanas, sino por la incapacidad del gobierno.

Mientras que el 80% de los hogares del país, que cocinan con GLP, hacen maromas para conseguir el preciado combustible, pues la producción de gas en el país, asociado a la producción petrolera, ha colapsado y las plantas criogénicas de extracción de Líquidos, en oriente y occidente, están paralizadas, así como las posibilidades de las refinerías de producir GLP, por lo que es insuficiente la producción de este combustible, lo que se traduce en escasez para la población que se ha visto obligada, sobre todo en el interior del país, a cocinar con leña.

Como hemos argumentado anteriormente, los aditivos y componentes necesarios para producir gasolina de alto octanaje se consiguen en el mercado abierto, pero además, países como Cuba e Irán, que están verdaderamente bloqueados y sancionados y sin embargo atienden las necesidades de combustibles de su población e incluso exportan.

Pero el desmantelamiento y entrega de nuestra industria petrolera no se traduce solo en el colapso de la producción de petróleo, gas y combustibles, así como el abandono y entrega de los activos de PDVSA, sino en el deterioro alarmante de las condiciones económicas y sociales de los trabajadores activos y jubilados de la empresa. A quienes se les mantiene en unas condiciones mínimas de subsistencia, condiciones insegura de trabajo, sin equipamiento adecuado, sin seguro médico, con salarios de hambre, violando la Convención Colectiva Petrolera, se le han escamoteado a los trabajadores avances y conquistas laborales obtenidas luego de décadas de lucha sindical. A los trabajadores jubilados y activos les robaron su Fondo de Pensiones, modificando los Estatutos del mismo para disponer de esos recursos a finales de noviembre de 2014.

Hoy día los trabajadores están en la calle, luchando por sus derechos,a pesar de la represión, cárcel, persecución y amenazas de la que son objeto por parte del gobierno y sus agentes sindicales, cómplices del atropello contra los trabajadores.

Como lo he dicho anteriormente, el problema de PDVSA y de la industria petrolera, no es un problema técnico, no hay ningún secreto o impedimento para que nuestras refinerías y campos petroleros estuviesen a máxima capacidad de producción como estuvieron durante más de diez años bajo nuestra dirección, entre 2004-2014, donde, diga lo que diga maduro, con nosotros NUNCA faltó la gasolina y el país era sostenido por una industria petrolera soberana y poderosa capaz de captar el ingreso petrolero para hacer una distribución popular y revolucionaria de la renta petrolera en beneficio de todo el país.

El problema de PDVSA y del petróleo, no es un problema técnico, repito, es un problema político. Solo retomando nuestra política de Plena Soberanía Petrolera, podremos rescatar y reconstruir el país, captar la renta petrolera, los ingresos provenientes de nuestra principal actividad económica, para ponerlos al servicio del pueblo, de todo el país. Solo una Junta Patriótica de Gobierno, revolucionaria y Bolivariana, lo puede hacer.

La Junta Patriótica es la propuesta política más Constitucional y patriota en un país donde el gobierno viola permanentemente la Constitución y los derechos del pueblo y la oposición clama abiertamente por una intervención extranjera. Solo volviendo a la Plena Soberanía Petrolera, solo volviendo al camino de Chávez, saldremos de este desastre, de la noche más oscura de la Patria.



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Rafael Ramírez Carreño

Ingeniero y político venezolano. Ex-embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante la ONU. Ex-ministro de Energía y Minas y expresidente de empresa pública Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) hasta el año 2014. Militante Revolucionario, Chavista y Bolivariano.

 @RRamirezVE

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