"No hay mucha diferencia entre el programa económico de la oposición y el del Gobierno"

“Venezuela ha realizado un ajuste ortodoxo a rajatabla,” afirma Luis Salas, ex-ministro de Economía Productiva

Luis Salas, exministro de Economía Productiva del primer gobierno de Nicolás Maduro.

Luis Salas, exministro de Economía Productiva del primer gobierno de Nicolás Maduro.

Si el objetivo secreto de los halcones de la Administración Trump al aplicar un embargo petrolero a Venezuela fue colocar a un gobierno en Caracas que realizase un ajuste tan duro como los del recetario latinoamericano de Milton Friedman, lo han conseguido. Pero no ha hecho falta un cambio de régimen.

Según explica en esta entrevista el exministro de Economía Productiva del primer gobierno de Nicolás Maduro, Luis Salas, se ha adoptado un ajuste de ortodoxia clásica en Venezuela: una contracción brutal de la masa monetaria venezolana –bolívares en circulación– del 99,9% en los últimos años. El salario mínimo mensual ha caído de 500 a solo dos dolares. De igual forma, la nueva ley antibloqueo dará luz verde a privatizaciones sin control parlamentario ni legitimidad constitucional. Es una auténtica terapia de shock. "Nadie ha adoptado una ortodoxia tan a rajatabla como Venezuela; no por convicción sino para sobrevivir en un marco de confortación permanente", dice Salas.

¿Tras una pérdida de un 74% del PIB existe un escenario de recuperación?

Históricamente, la economía venezolana tiene mucha vitalidad. En el 2012 teníamos un crecimiento muy superior a la media mundial. Desde la muerte de Chávez hemos vivido años de confrontación política y caídas del precio y la producción del petróleo. El bloqueo se ha convertido en un peso que complica todavía más la crisis. Pero los rebotes suelen ser fuertes en Venezuela. Tras el intento de golpe en el 2002 y el paro petrolero, el país se recuperó en el 2004 y el PIB creció, en un solo año, el 18%.

¿Que habría que hacer para recuperar la senda de crecimiento?

Básicamente tres cosas: desactivar el conflicto político, levantar el bloqueo y después iniciar un proceso de recuperación a partir de la destrucción, como Europa acabada la Segunda Guerra Mundial. Hay que empezar por el sector petrolero y energético. Tenemos un sector eléctrico cuya capacidad está a menos de la mitad de la que era necesaria para lograr el crecimiento del 2012.

Ya no estamos en tiempos de bonanza petrolera. ¿Es posible recuperarse con el precio petrolero actual?

Sí. Hay una especie de mito de que todo lo que se logró en la época de Chávez fue la consecuencia de que el precio del petróleo estaba por encima de los 100 dólares. Pero no fue así. Durante todos los años en los que gobernó Chávez, el precio medio del barril fue de 50 dólares. Más o menos igual que ahora. Venezuela está acostumbrada a los vaivenes del precio del petróleo. La cuestión clave no es el precio, sino el nivel de producción petrolera, que ahora se sitúa en niveles tan bajos como en los años 30, hace casi un siglo.

La caída de la producción empezó antes del bloqueo. ¿Por qué?

Mi experiencia en el Gobierno, aunque fue muy breve, es que en los primeros años de Nicolás Maduro se intentó implementar una política de estabilización interna, pero sin generar problemas externos. Por eso se siguió pagando la deuda externa pese a los costes. Venezuela pagó 80.000 millones anuales en intereses por deuda externa entre el 2013 y el 2015.. No cayó en default externo, pero sí cayó en default interno. Había poco dinero para invertir en el propio país en el sector petrolero. Luego hay cosas achacables a una mala gestión. Funcionarios que no tenía, experiencia, el éxodo de mano de obra cualificada en industrias estratégicas como la propia del petróleo o la eléctrica achacable a la caída de los salarios... Un trabajador especializado en el sector petrolero en el 2012 podía cobrar 4.000 o 5.000 dólares al mes. Y ahora igual no supera los 200 dólares.

¿Cual fue el origen de la hiperinflación que sufre el país?

Venezuela siempre ha tenido elevadas tasas de inflación. En los años 80 los precios subieron un 50% anual. Con Chávez, la inflación bajó al 25% anual como media. Creo que el origen de la subida tan fuerte que se dio a partir del 2013 fueron los ataques especulativos contra la divisa venezolana. Y luego las expectativas inflacionistas desataron la hiperinflación, como siempre suele ocurrir.

¿Cómo valora el ajuste realizado por el Gobierno para combatir precisamente esta inflación?

En el 2018 se dio un giro y se empezó hablar de reducir déficit fiscal para combatir la inflación y estabilizar la tasa de cambio. Y eso aplastó el crédito bancario. Es decir, que se adoptó un enfoque de monetarismo clásico , como en muchas economías de América Latina en las años 90. No distaba mucho de lo que hizo Mauricio Macri en Argentina. Nadie ha adoptado una ortodoxia tan a rajatabla como Venezuela; no por convicción, sino para sobrevivir en un marco de confrontación permanente. Una política de shock. En estos momentos todo el circulante en billetes en Venezuela solo tiene un valor de un millón de dólares. Trescientos cincuenta millones si contabilizas dinero electrónico también. Es decir, que el Barça, con la clausula de rescisión del contrato de Leo Messi, podría dolarizar toda la economía venezolana y aún le sobrarían unos 200 millones.

¿Ha funcionado para controlar la hiperinflación?

El Gobierno ha conseguido bajar la inflación del 100% mensual al 40% mensual, pero el coste es muy grande. Tenemos una economía paralizada con una desigualdad muy grande. Es más, tuvimos un apagón eléctrico generalizado en el 2019 que duró casi seis meses. Luego llegó la Covid y el confinamiento. Todo en medio de esta política de shock monetario. Creo que no se ha marchado más gente del país por el miedo que hay al contagio.

¿La dolarización compensa la contracción de la masa monetaria en bolívares?

No . Porque esto no es dolarización, sino desbolivarizacion. Y tenemos un ajuste más duro aún por la precaria cantidad de dólares disponibles. Un 30% de la gente ya vende servicios a los que pueden pagar en dólares. Ahora se paga en dólares. Los vendedores ambulantes en el metro ya gritan: "¡Chocolates, un dólar!".

¿Quiénes son los que pueden pagar en dólares?

Hay gente que siempre ha tenido dólares, porque es rica. O los que tienen lazos con Miami. Tenemos un nicho de consumo de lujo notable. Luego está la gente cercana al Gobierno, que recibe por esa vía ingresos en dólares. Luego están los dólares que proceden de la corrupción, actividades ilegales, contrabando... Y mucha gente hace servicios para el extranjero, cobran por internet. También las remesas procedentes de emigrantes, pero éstas se han visto fuertemente afectados tras la irrupción de la Covid-19.

¿Había una alternativa dado el bloqueo y el conflicto político?

Si tienes un bloqueo como el que tenemos lo que hay que hacer es crear un mercado interno de desarrollo endógeno, como fue el caso iraní. Para eso tienes que producir internamente, pero también tiene que haber una demanda interna.

La ley Antibloqueo parece gustar más a la oposición que a los propios chavistas.

No hay mucha diferencia entre el programa económico de la oposición y el del Gobierno. La ley Antibloqueo es fuertemente aperturista y prevé acuerdos con empresas privadas extranjeras sin rendir cuentas. La única diferencia con la oposición es que el Gobierno quiere alcanzar acuerdos con los rusos, los chinos o los turcos y la oposición con los estadounidenses y europeos. Son alianzas capitalistas, pero con socios diferentes.



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La fuente original de este documento es:
La Vanguardia (https://www.lavanguardia.com/economia/20201201/49811085902/venezuela-economia-luis-salas-nicolas-maduro.html)



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