Las contradicciones de los devaluacionistas

Recientemente, he visto en distintos medios de prensa la difusión de opiniones a favor de una nueva y considerable devaluación del bolívar, con la supuesta excusa de la existencia de una muy presunta sobrevaluación de la moneda. No obstante la pretendida calificación inicial de quienes así opinan, los argumentos que presentan no dejan de implicar notables debilidades y contradicciones. Ya antes, hemos argumentado en contra de estos "profetas del desastre" (El valor real del dólar en la economía venezolana - Por: Rodolfo Magallanes (aporrea.org), Analista prometen devaluación de tipo de cambio en Venezuela - Por: Rodolfo Magallanes (aporrea.org) ). En este artículo, trataremos de resumir nuestra oposición a sus opiniones, presentando nuevos y adicionales argumentos.

En primer lugar y de manera muy notable, destaca el hecho reconocido también por quiénes llamamos "devaluacionistas" acerca de que la economía venezolana está en gran medida "dolarizada"; esto quiere decir principalmente que, los precios de los bienes y servicios que se intercambian en la economía (con la muy interesante excepción del precio del trabajo) se encuentran expresados en dólares, al costo nacional de reposición de esos bienes y servicios; esto incluye también la ganancia o utilidad de los empresarios nacionales. Es decir, una mayoría visible de las transacciones actuales en la economía venezolana se hacen directamente en dólares y el resto (la menor proporción) cuando no se hace en dólares, se estima calculando el valor diario de éste al momento de la transacción. Así que, es ocioso reclamar una devaluación para bienes que se expresan ellos mismos en dólares y se fijan al costo exacto o actualizado de reponer esos bienes o servicios. Es decir, la devaluación tiene sentido únicamente para quienes recibiendo bolívares pretenden protegerse del riesgo de la devaluación futura o estimada. Sin embargo, para bienes cuyo precio se expresan ya en dólares y se intercambian directamente en dólares; incluso, cuyo precio -en caso de recibir bolívares- se calcula al valor diario de cotización del dólar esto es innecesario.

Es claro, entonces, que protegerse del riesgo de una devaluación esperada no es principalmente la intención de quienes solicitan o se pronuncian públicamente a favor de una devaluación.

Por otra parte, es igualmente notable que la cotización del dólar en el mercado no oficial o paralelo se comporta de manera similar al oficial. Es por ello, igualmente notable que, no parecen existir razones desde la perspectiva del mercado, para demandar una mayor devaluación de la moneda venezolana.

Adicionalmente, Venezuela ha venido ganando en estabilidad, se han recuperado variables de funcionamiento interno importantes en lo político, social, económico, etc.; es igualmente visible la existencia de un mayor control de la inflación (sin que haya dejado ésta de constituir aún un problema). Pienso que, hemos alcanzado un piso en la caída libre de la economía venezolana y que de hecho comenzamos a crecer. Así lo demuestran algunas cifras que se han hecho públicas, pero mucho más importante, la gente comienza a verlo poco a poco en las calles.

No quiero producir la falsa imagen de que los problemas han sido resueltos, pienso que persisten serios problemas (uno de ellos, para mi muy importante, es el del ingreso real de los hogares más pobres y de los trabajadores), pero sin lugar a dudas hemos logrado ciertos avances notables con respecto a momentos previos. Por ejemplo, del siniestro experimento de Guaidó & Cía., queda muy poco o nada que resaltar; Venezuela recupera poco a poco la capacidad de producción de petróleo y exportación del mismo; se recupera en alguna medida la actividad económica privada, también la exportadora, como ya hemos dicho. Es evidente que los daños ocasionados por la estrategia del interinato han sido muy costosos en términos de dinero, pérdida de ahorros y poder de compra, desempleo, pobreza y sufrimientos, en general, de la población venezolana; pero, hoy día podemos sentir algún respiro (pequeño quizás, pero un respiro).

En la medida en que la actividad económica y productiva venezolana se normalice y sobre todo en la medida en que esto se haga más rápido, no es un movimiento hacia la devaluación de la moneda lo que debemos esperar, sino más bien un movimiento de apreciación del bolívar y con él una mayor reducción de la inflación.

La economía venezolana, con la recuperación de su capacidad productiva y la normalización de las condiciones de funcionamiento de la misma, se beneficiará de una mayor estabilidad del tipo de cambio y de una apreciación relativa de su moneda. No debemos olvidar, que el nivel al que se fijó el tipo de cambio actual refleja más bien unas condiciones excepcionalmente difíciles de la economía venezolana, las cuales fueron resultado sobre todo de un ataque especulativo brutal contra las reservas y la moneda nacional y el deterioro económico igualmente brutal ocasionado sobre todo por las medidas de bloqueo económico, alentadas por sectores políticos violentos y antinacionales. Es decir, con la normalización ganaremos en control sobre el tipo de cambio, retornarán capitales y ocurrirá una apreciación relativa de la moneda.

Por otra parte, hay factores que otorgan un gran margen de maniobra para la economía venezolana, por ejemplo, lo niveles salariales actualmente son muy bajos, el esquema impositivo nacional es muy favorable a los empresarios, igualmente el costo de los servicios básicos… todos estos factores, hacen innecesario recurrir a la devaluación de la moneda para fomentar la competitividad de la producción local o nacional.

Nuestros "devaluacionistas" han señalado también la existencia de una inflación importada que ya se incorpora en los precios nacionales al momento de cotizarlos en dólares; pero, se trata de una inflación que en todo caso es menor que la inflación nacional. Por lo que más bien resulta necesario continuar haciendo planes para contener la inflación nacional no soportada en un alza de los costos (debido al alza por ejemplo de los precios de bienes e insumos importados en el extranjero) y que podemos llamar válidamente especulación.

Finalmente, quiero repetir lo que he dicho ya en otras partes, la recurrencia a la devaluación, para subsidiar las exportaciones nacionales, empobrece a quienes perciben ingresos en moneda nacional (notablemente, otra vez, los trabajadores y el Estado); esto es, la mayoría de los venezolanos. Y que la recuperación real de la economía venezolana pasa por la inversión productiva o reproductiva pública y privada, y de manera muy importante, por la recuperación de los salarios y la capacidad de compra de los trabajadores venezolanos.

Los planes de los "devaluacionistas" sólo contribuyen a generar miseria. Dejarse guiar por estos cantos de sirena sólo puede conducirnos al abismo. El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga.

Debemos recuperar el progreso económico y social de la nación. Sin justicia social no habrá paz.



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Rodolfo Magallanes

Profesor del Instituto de Estudios Políticos de la UCV

 magallanucv@gmail.com

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