¿Recibiré el año nuevo con mi muerte?

Tomándome un té de tilo para calmarme por el estado de nervios y pánico que he tenido durante las últimas horas que acaban de pasar, intento relatar el terrorismo al que fui sometida por parte de la propietaria del apartamento que alquilo desde hace 14 años. Este es el tercer evento de terror que vivo en casi seis meses, durante los cuales he sido amenazada y acosada casi diariamente.

El 21 de junio fue el primer evento de terror que viví, el 21 de julio fue el segundo y hoy, 14 de diciembre, el tercero. Tres eventos de terror, de amenazas de muerte, de escándalo, y de gritos e insultos por parte de la propietaria y su familia, sin yo haber hecho nada, absolutamente nada que lo justifique.

En los tres eventos la policía de Chacao estuvo presente. En los dos primeros los llamé yo. En el evento de hoy, la propietaria llegó al apartamento con cuatro oficiales de Polichacao con una denuncia en mi contra. Ellos, al verificar la información, se retiraron pues se dieron cuenta de que habían sido engañados por la propietaria y su familia. La policía se fue pero la propietaria y demás familiares no se retiraron del edificio y estuvieron amenazándome a punta de gritos tras la reja del apartamento. La propietaria estaba enloquecida, creo que porque no logró que la Polichacao actuara en mi contra.

Desde el 21 de junio hasta la fecha, la propietaria me ha acosado telefónicamente a la hora que sea, de día y de noche. Ha dejado mensajes de voz en la grabadora del teléfono amenazándome de muerte. Tengo casi seis meses que no tengo una vida normal. No duermo bien, he bajado de peso, y vivo con un hueco en el estómago pensando todos los días que vendrán otra vez a aterrorizarme. 

Denuncié este caso luego que ocurrió el primer evento del 21 de junio, por medios de comunicación como Aporrea, Ciudad CCS, Correo del Orinoco y en VTV a través del programa de Alberto Nolia en Dando y Dando, que se transmitió el 15 de julio.

Pueden ver mi denuncia publicada el 27 de junio en aporrea en el siguiente link: http://www.aporrea.org/ddhh/a125802.html

Intenté buscar el video del programa de Nolia del 15 de julio en la web de VTV para colocarlo en este artículo pero no obtuve resultados.

Bueno, apenas terminó el video sobre mi caso que transmitió Nolia en su programa, mi teléfono no paró de sonar. Me llamaron varias personas de algunas instituciones y organismos del Estado para atender mi caso, aparte de vecinos y amigos preocupados por mí al ver la denuncia en VTV.

En realidad, mi teléfono no paró de sonar. Como a las 10 pm recibí una llamada. Era el Vicepresidente Elías Jaua. Para ser sincera estaba asombrada. Hablé con él y me dijo que aunque no había visto la denuncia en el programa, el presidente Chávez lo vio, lo llamó y le pidió que atendiera mi caso. Me informó que iban a buscarme una vivienda para sacarme de este apartamento dada la situación de amenaza de muerte por parte de estas personas (la propietaria y su familia).

Agradecí inmensamente su llamada y su apoyo tanto en la protección de mi vida como en el otorgamiento de una vivienda, que pagaré por supuesto y con inmenso gusto. En vez de pagar alquiler, pagaré las mensualidades de mi apartamento.

Al día siguiente, 16 de julio, a las 9: am llegué al Ministerio Público para denunciar mi situación y ya se encontraban dos oficiales del Sebin en la entrada. Mientras esperaba mi acceso al edificio, suena mi celular. Al contestar había mucho ruido en la avenida y no podía oír bien. Difícilmente entendí que el que hablaba era un militar, porque dijo la palabra comandante y me pidió que esperara en el teléfono. Yo esperé. Unas cinco o seis veces me preguntó "¿Sigue en el teléfono?', y lo le respondí que si. Pensaba mientras esperaba y me preguntaba, ¿comandante? Sería el Comandante Rodríguez Torres que me había llamado la noche anterior entre tantas llamadas que recibí.

Luego de esperar como 8 minutos me dicen por el celular, "Ya le van a hablar, espere por favor". De repente oigo una voz que me dice: "¿es Ivana Cardinale?", respondí sí. Entonces escucho, "Te habla el presidente Hugo Chávez". Era Chávez, ¿mi presidente? ¿Era mi presidente? Creo que las palabras apropiadas para expresar lo que sentí en ese momento es que levité. Si, levité. Mis pies se separaron del piso. Se me salieron las lágrimas de la felicidad al escuchar su voz.

Para ser breve, mi presidente me ofreció su apoyo y me dijo que me iban a otorgar una vivienda que yo pudiera pagar y que debo salir de este apartamento pronto debido a lo que yo estaba pasando y por la maldad de esa familia. Ese día Chávez partía para Cuba para hacerse su tratamiento de quimio.

Juro que escuchar su voz en mi teléfono fue una de las experiencias más hermosas de mi vida. No hace falta que diga que lo amo con toda el alma, aunque se lo dije. Lo que yo siento por Chávez, por mi presi, no me cabe en el cuerpo, es más grande que yo. Y los que me conocen lo saben muy bien.

Lo cierto es que pronto me mudaré. No tengo la fecha pero el Estado me dará una vivienda. Fui citada en la Vicepresidencia de la República hace algunas semanas. Me atendieron bien y me dijeron que empezara a reecoger mis cosas pues la próxima llamada era para mudarme. No me dieron fecha pero si la seguridad. Salí del lugar con lágrimas de felicidad.

Luego de tantas cosas positivas, de hablar con el presidente y de saber que tendré mi propia vivienda pronto, tuve el segundo evento de terror el 21 de julio, y hoy, miércoles 14 de diciembre, el tercero.

En el evento de hoy, la propietaria y su familia, entre sus gritos, dijeron que me daban plazo hasta final de este mes para irme porque si no, reventarán la puerta como sea para sacarme del apartamento o me matan.

He sido aterrorizada, amenazada y acosada durante casi seis meses. Para la propietaria y su familia "las leyes no existen". El apartamento es suyo y lo quiere ya como sea, cuando nunca me entregó una carta de desalojo.

Muchos disfrutarán de esta Navidad menos yo pues debo seguir quedándome encerrada en el apartamento como lo he hecho en los últimos seis meses aterrada porque volverán para sacarme o matarme.

Pero me pregunto; ¿Quién paga por mis noches sin dormir, mi pérdida de peso, la paranoia y la alteración de mi vida diaria durante estos seis meses y originado por esta familia?

El terrorismo que he vivido no se lo deseo a nadie. Y creo que ya no tengo ni cuerpo ni mente para soportar un evento más de terror por parte de ellos. En verdad que ya no puedo más.

ivanka27@hotmail.com



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Ivana Cardinale


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