Salud Metal Decolonial

¿Odio o malestar hostil en la convivencia ciudadana actual? (I)

Nos encontramos en un laberinto político nacional y en un laberinto geopolítico global crítico de la tensión permanente entre el Norte Global Imperial, hegemonizado por los EE.IUU y sus aliados de la Unión Europea, las oligarquías, burguesías y gobiernos de Nuestramérica o Abya Yala, todo este laberinto político nacional y geopolítico internacional, se inscribe en una pre-texto histórico sociocultural, como pueblos conquistados, colonizados y colonializados hasta la actualidad, que es parte del sistema de opresión y muerte de mil cabezas del Imperialismo y sus aliados, del que no tenemos conciencia, pero que de todas maneras se expresa en el comportamiento colectivo de los pueblos.

Un con-texto político nacional desde hace cinco lustros, que luego del triunfo del Comandante Hugo Chávez Frías, procedió a cumplir su promesa electoral de refundar la República, convocando una Asamblea Constituyente Originaria, que al calor del debate democrático, redactó una Constitución que fue sometida a un referéndum consultivo, dando a luz la Constitución de la República de Venezuela con el "casi 73%" del voto favorable del patrón electoral y un 30% que votó en contra de esa Constitución. Desde ese pre-texto y con-texto, escribiremos el texto de cómo que estos 25 años de proceso bolivariano, ha impactado la Salud Mental de lxs venezolanxs.

La vida política de la República, a partir de la muerte del Libertador Simón Bolívar, ha sido turbulenta, a cada asunción de un Presidente de la República, le han sucedido períodos de turbulencia y transición, los últimos 25 años, no han sido la excepción. La única Constitución desde que somos República, que ha sido sometida a consideración del voto popular, coincidió esa votación con una catástrofe antrópica como herencia y preludio de lo que hoy conocemos como crisis climática, que acompaña la crisis civilizatoria de la modernidad capitalista globalizada, estrenó un gobernó nobel, con un acontecimiento que afectó todo el territorio nacional, de mayor gran gravedad en el litoral central de Venezuela, el estado La Guaira, que casi desapareció.

Esta situación puso a prueba al nuevo gobierno, que supo manejar la grave crisis humana, geográfica y material de la cual salió airoso y como nunca antes lo habían podido lograr anteriores gobierno, ante catástrofes similares, además dicha crisis brindó la oportunidad dorada al imperio y sus aliados, para con el excusa de la "ayuda humanitaria", intervenir en el devastado litoral guaireño y fortalecer su hegemonía geopolítica desde dentro de país y gobierno que avizoraban que no iba a ser dócil con dicha hegemonía, pero, la visión estratégica de Chávez, dio al traste con dichas pretensiones, al no aceptar esa ayuda, ese hecho pasó desapercibido para el pueblo, el mismo gobierno, quizás no, para la oposición político partidista del país.

El acertado manejo de la crítica situación, indudablemente dio gran popularidad al gobierno y al Presidente, pero, la ausencia de un análisis más profundo, visto retrospectivamente, posiblemente se convirtió en una gran debilidad en muchos aspectos dignos de analizar (que no son el propósito de este artículo), para formular políticas públicas, planes, programas y proyectos para formar a los servidores públicos y al pueblo en el ejercicio de la corresponsabilidad, el trabajo planificado y en equipo, desarrollar capacidades organizativas y de movilización en momentos de crisis, aprender a ejercer la contraloría social, identificar potencialidades o debilidades axiológicas de gobernantes, servidores públicos y el pueblo en general; organizar, formar y movilización, bajo el signo de la solidaridad, la ética y la moral.

El imperio hegemónico y sus aliados, continuaron con sus propósitos de domesticar al nuevo gobierno y sus intenciones autonómicas y soberanas en su política pública exterior e interior, luego de aprobarse leyes habilitantes alineadas con los propósitos antes enumerados, se iniciaron movilizaciones opositoras cada vez más frecuentes y numerosas, que culminaron con el golpe de estado de abril de 2002, por cierto, calificado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), como "vacío de poder", en 48 horas el pueblo en la calle reclamando el paradero del Presidente Chávez, arrastró a sectores leales de la Fuerza Armada a unirse a dicha demanda que restituyó el hilo constitucional de la República.

En dicho golpe de estado, el Imperio y sus aliados, mostraron en corto tiempo, sus dientes y garras, de "gobierno usurpador, ilegítimo", que derogó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se borró el calificativo de Bolivariana a la República, se derogaron todos los poderes públicos y se desató una persecución implacable a funcionarios del "gobierno derrocado", servidores públicos, líderes populares y pueblo en general, se autoproclamó un gobierno no elegido por el pueblo, espurio, Presidente de facto nombrado, que era el Presidente de FEDECAMARAS (patronal privada), como guion de lo que sería su accionar político durante estos 25 años, juramentar Presidentes no electos, juramentar Presidentes designados dedocráticamente en cualquier plaza pública, con la anuencia del Imperio y sus aliados nacionales, como traidores a la Patria, solicitar intervención militar imperial, anunciar y gritar fraude electoral sin demostrarlo, en cada proceso eleccionario desde entonces.

La oposición político partidista radical, recogió firmas en el ámbito nacional, para mediante un referéndum revocatorio al Presidente Chávez en el 2004, revocatorio contemplado en la Constitución aprobada en diciembre de 1999, más de 800 mil de dichas firmas eran planas (repetidas), fueron denunciados sus autores por el Presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) de entonces, ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Tribunal que las desestimó, se realizó el referéndum, que ratificó al Comandante Chávez como Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela.

Luego de la muerte del Presidente Chávez, se reiniciaron guarimbas y protestas callejeras violentas, ha continuado la injerencia del Imperio y sus aliados a nuestra Patria, tratando de vulnerar nuestra Soberanía Nacional Popular y al Derecho Internacional, este recuento histórico y contextual lo hacemos, porque somos olvidadizos de nuestra historia pasada y reciente, de memoria corta la oposición política, sus seguidores de siempre y coyunturales, que tienen "compulsión a la repetición" diría Freud, ahora, procederemos a una aproximación al comportamiento colectivo de lxs venezolanxs, para develar, comprender e interpretar ese comportamiento colectivo, que en mucho, es una consecuencia de esos acontecimientos vividos, porque las condiciones materiales de vida de los sujetos sociales, son los que configuran la conciencia y subjetividad de los seres sociales.

Hablar del odio como emoción-sentimiento humano, es ubicarnos en una compleja encrucijada científico categorial entre: la Filosofía de Baruch Spinoza, Ciencias Biológicas, como la Neurobiología de las emociones y sentimientos de Antonio Damasio y Humberto Maturana, Ciencias Sociales como el Marxismo, Antropología Cultural, Ciencias Humanas como Psicoanálisis, Psicología de las Masas, la hipercomplejidad de la condición humana, desde el pensamiento complejo de Edgar Morin, entre otros. No voy a reiterar, para evitar la "compulsión a la repetición" sobre mi concepción de Salud Mental Decolonial, expuesta en varios de mis artículos y en particular el de la semana pasada: La Salud Mental de la Patria Grande, bajo el signo de la balcanización. Interpelación geopolítica crítica urgente.

Los seres humanos, como seres vivos, biológicos, se encuentran capacitados para reaccionar emocionalmente (reacciones neurobiológicas y neuroquímicas) ante situaciones del contexto convivencial, esas reacciones emocionales, generan percepciones y sensaciones corporales, así como también representaciones mentales derivadas del aprendizaje cultural, como sentimientos de amor, ternura, alegría, pesar, envidia, celos, rivalidad y odio, existen bases biológicas de esos sentimientos, no muy bien comprendidos todavía por la ciencia, que son denominados por Damasio y Maturana, como emociones, propias de la biología del cerebro humano, órgano rector y protagónico de todo ser viviente animal y humano. En el siglo XVII, el filósofo holandés Baruch Spinoza definía a los afectos como la existencia de impulsos, motivaciones, emociones, y sentimientos fundamentales de la humanidad.

Antonio Damasio, profesor de neurociencias, neurología, psicología e investigador de la Universidad del sur de California, ha dedicado su actividad académica e investigativa a la neurobiología de la vida humana, además de ser un admirador y acucioso estudioso de la filosofía y teoría spinociana de los afectos, su concepción de los procesos mentales se fundamentan en la cartografía que el cerebro tiene del cuerpo, como acumulaciones de mapas neurales, que representan diversas reacciones y respuestas del organismo a personas, objetos o acontecimientos que generan emociones y sentimientos asociados, es decir, los acontecimientos que como singularidad o colectividad, conocemos, vivimos, experimentamos en nuestra cotidianidad, dejan una huella emocional, como sombra positiva o negativa en nuestros sentimientos, subjetividad y conciencia.

De ahí que, complementando las investigaciones de Damasio con investigaciones y conocimientos de la práctica psicoanalítica, en nuestra subjetividad y conciencia yoica, quedan grabados esos acontecimientos, como capacidades, potencialidades yoicas o incapacidades y carencias yoicas, que a la hora de reaccionar personal o colectivamiente a situaciones hostiles sean estas políticas, sociales, económicas, culturales, se expresan a través de comportamientos de ternura, amor o comportamientos hostiles, agresivos, violentos, de odio ante esos mismos acontecimientos. O lo que es lo mismo, según nuestras vivencias, conocimientos y experiencias axiológicas, discernimos y actuamos reflexiva o impulsivamente. De la psicología de las masas, hemos aprendido que el -ser singular- es y se comporta distinto, a cuando es -ser masa-, siempre las masas son menos inteligentes y más hostiles, violentas, odiosas en su comportamiento, que el comportamiento exhibido por sus integrantes singularmente.

Los sentimientos son la cimiente de la mente, la prosperidad o aflicción humana, la grandeza y solidaridad o la pequeñez y el egoísmo de todo ser humano, independiente de su sexo-género, etnia, condición socioeconómica, religiosa o política dependen de nuestras emociones-sentimiento. Las emociones son corporales, los sentimientos son mentales, es decir, desde la hipercomplejidad de la condición del ser humano, según Edgar Morin, de la unidualidad de lo biocultural emerge la mente, por tanto los sentimientos son bioculturales, mientras que de la unidualidad bioantropológica emergen los afectos en sentido filosófico spinociano, es decir, los impulsos junto a los sentimientos y la razón, generan el sentipensar, de igual manera de la unidualidad biosocial de la especie y el individuo todavía no subjetivado como sujeto de la cultura y la historia, surge la sociedad, la comunidad, la convivencialidad, tolerancia, respeto, alteridad entre otros afectos para una convivencialidad solidaria, tolerante y corresponsable, necesaria para la voluntad de vida en comunidad, o una convivencialidad, hostil, poco solidaria que se puede transformar en ciertas situaciones límite, en odio personal o colectivo.

De todo lo planteado hasta acá, es indudable la determinación social de los afectos -emociones y sentimientos-, basada en una estructura bioneuronal, neuroquímica y un entramado o red neuronal físico eléctrica cerebral, contenida en ese órgano rector y protagónico de todo ser viviente que se mueve y territorializa como seres gregario, - todos los animales que viven en manada- y -seres humanos comunitarios- que conviven comunalmente, todo ello, es producto de la evolución de centenares, quizás millones de años, ese órgano llamado cerebro, contiene las etapas evolutivas de la humanidad. El cerebro humano evolutivamente es triuno, tres cerebros en uno.

El cerebro más antiguo y primitivo de los animales, que raptan, se arrastran más que caminar, como las serpientes, lagartijas, caimanes, todos de la especie reptil, es el tallo cerebral que funcionalmente, contiene todas las funciones necesarias para vivir y sobrevivir en geografías de diversas características, como son respirar, latidos del corazón, comer, digerir, reproducirse, defecar y mantener el funcionamiento autónomo de todo el organismo, es el asiento de lo impulsivo, lo no reflexionado o pensado es el actuar impulsivo emocional.

El cerebro de los mamíferos de sangre caliente, como el ser humano, que nacen sin estar completamente desarrollados y necesitan, meses o años, para su completo crecimiento y desarrollo, requieren de cierto tiempo como seres dependiente de otros, de allí su condición comunitaria para poder sobrevivir, porque no se valen por sí mismos, este cerebro emocional llamado límbico, es más evolucionado que el cerebro reptil, es un cerebro de sensaciones y sentimientos, tienen una ubicación anatómica en el denominado hipocampo y sistema límbico, por debajo de la llamada sustancia gris, neocortex o cerebro más evolucionado y joven, el cerebro de la razón, la reflexión, más sin embargo estudios de neurociencias serios recientes, han encontrado que como seres humanos tomamos más decisiones con los cerebros emocionales, reptil y cerebro límbico, que con el neocortex, somos por naturaleza, más emocionales, que racionales… Esta narrativa continuará la próxima semana.



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Pedro Alcalá Afanador

Doctor en Ciencias Gerenciales - Doctor en Ciencias Sociales - Especialista en Salud Pública - Psiquiatra - Médico Cirujano

 alcalaafanadorp@gmail.com      @alcalaafanadorp

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