Salud Mental Decolonial: Crisis en la Cultura o Cultura de Crisis

Somos hijos, nietos y bisnietos de la crisis, cuando los pueblos de Abya Yala fuimos conquistados, colonizados y colonializados hace 531 años, en lo que Enrique Dussel (1994) denominó 1492. El Encubrimiento del Otro; allí comenzó nuestro largo historial de crisis de pueblos conquistados, colonizados, que luego de la gesta independentista, prosiguió con lo que conocemos como colonialidad del poder, colonialidad del saber y colonialidad del ser, hasta nuestros días, que requiere continuar las luchas para superar y transformar  la Cuestión Colonial, incrustada en nuestras instituciones y sociedad, que se evidencian periódicamente con las crisis  del capitalismo y la modernidad donde fuimos incluidos, sin ser invitados, lo contemporano es develar las dimensiones políticas, económicas y sociales de la crisis, las cuales son articuladas a través de la cultura.

La trama colonial que tenemos que desenrredar, develar es, a donde hemos sido conducidos con las crisis periódicas del capitalismo moderno occidental del que formamos parte y tanto anhelamos liberarnos. Hace ya cierto tiempo Mao Tes Tung dijo que no habria revolución política, sin una revolución cultural, creo que tenía razón, desde la perspectiva del pensamiento complejo de Edgar Moran, que es una de las voces visibilizadas que sustentan teóricamente lo que he llamado Salud Mental y decolonial, el citado autor nos señala que la hipercompejidad que nos caracteriza como humanidad, responde a la complementaridad de tres bucles de donde emrge nuestra mente, nuestros sentipensares y la convivencialidad.

A lo largo de más de cinco siglos, hemos desarrollado tres bucles que nos caracterizan como seres humanos: el bucle biocultural, la articulación de lo biológico con lo cultural hace emerger nuestra mente, nuestro psiquísmo, del bucle bioantropológico lo instintivo-impulsivo y la razón, generan nuestros sentipensares y desde el bucle biosocial, la especie y el nosotros como colectivo humano, genera a la sociedad. Lo cultural junto con nuestra naturaleza y condición biológica que origina la mente, la psíquico, muestra la importancia de la cultura, es crucial para modular la percepción, la explicación, la comprensión y la interpretación de lo que nos pasa.

Entonces los gritos de urgencia y emergencias decoloniales, son permanentes y develadoras, de nuestra comprensión e interpretación de la polisemia de la noción de crisis, que sufrimos hoy y que nos trata de imponer la cuestión colonial. Somos una República y una sociedad colonializadas por un patrón ideológico del poder como dominación vertical y poco democrática, una colonialidad del saber, manera de formar, investigar y hacer ciencia, que a pesar de los inmensos esfuerzos por lograr un saber, investigar y hacer ciencia decolonial, es mucho lo que nos hace falta por recorrer aún, como Estado democrático, social de derecho, cuyos fines esenciales son el desarrollo y la dignidad como pueblo. Continuamos imbuidos en la plusvalía ideológica, Ludovico Silva (1970), como reproducción social colonial y capitalista, que incide en nuestra subjetividad, cosificándonos, alienándonos, haciéndonos sujetos “sujetados”, que reproducimos la cuestión colonial y no logramos transformar las urgencias y emergcias decoloniales, en resonancias altersóficas. 

O asuminos la crisis como situación coyuntural, oportunidad o peligro superable para la transformación y libertad que nos conduzca al bien-estar colectivo, o asumimos la crisis como cultura, que naturaliza e institucionaliza y nos conduce a la resignación, esa es la encrucijada en la que nos encontramos lxs venezolaxs como pueblo. Asumimos la crisis como oportunidad o peligro coyuntural superable y transformador, o el peligro y oportunidad como una cultura de crisis. En los articulos de las dos semanas próximas pasadas, tratamos de aproximarnos desde la 20 tesis políticas de Enrique Dussel (2010), a la crisis del Caracazo y porqué a la crisis política, económica y social de una década que sufrimos, no ha desencadenado un nuevo “Caracazo o Venezolanazo”.

¿No será que, estamos transitando un camino hacia la institucionalización de la crisis como cultura? La cultura de la crisis, como normalización de las anomalías políticas, económicas y sociales; la crisis de los servicios públicos, la crisis de los indignos e inconstitucionales sueldos y salarios, la crisis ético política que hace que un escándalo de corrupción, sea olvidado por otro escándalo de corrupción más grande y ubicuo, la crisis electoral, cargada de incertidumbres y medias verdades, que nos confunden a la hora de votar ¿Porqué votar? ¿Por quién votar? ¿A quién debemos elegir en las próximas elecciones, estadistas que piensen en la generación actual y en las generaciones por-venir, o en políticos de oficio, pendientes de como ganar las próximas elecciones para los cargos de elección popular y seguir con la corrupción y la malversación de fondos públicos impunemente? Ese es el nudo gordiano que tenemos que desatar como pueblo para sí, con la responsabilidad ética y moral de elegir en las próximas elecciones del 28 de julio.

 
alcalaafanadorp@gmail.com


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