Emprendamos el debate, también cultural

La UNESCO, es la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (siglas en inglés: United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization), es parte de la ONU, con sede en Francia. La UNESCO ha propuesto su concepto sobre cultura como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupo social. Ello engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.

Resulta importante las consideraciones de los modos de vida de las sociedades o grupos sociales, siempre históricamente determinados, porque podríamos pensar el proceso histórico del concepto de cultura desde el siguiente planteamiento, insistimos indicando un transcurso histórico de la definición. La cultura es desde el punto de vista etimológico el cultivo. En primer término, el cultivo de la tierra, (agricultura). En segundo momento histórico, la cultura es el cultivo del alma, propia del modo de producción esclavista, llamada también la sociedad antigua, la Antigüedad. En un tercer momento histórico, la cultura es el cultivo del espíritu, propio del Medioevo, la sociedad feudal, el Feudalismo.

Quizás, un cuarto momento histórico viene expresado en la modernidad, el cual alcanza la sociedad contemporánea. La cultura es el cultivo del conocimiento, propio de la sociedad capitalista mercantil. A propósito del desarrollo de las fuerzas productivas, la cultura, dentro de ese mismo contexto histórico del capitalismo desarrollado, viene a ser una manera de asistir a la vida. La cultura es un modo de vida, específico e históricamente definitivo. Desde el cultivo de la tierra hasta el cultivo de una manera de existencia, se encuentra el hilo conductor de la historia del concepto y la definición de cultura. Todos los períodos entre los extremos son también vitales. El concepto en tanto producto de un contexto histórico-social ha tenido un desarrollo desigual y combinado; continuo y permanente, siempre ligado a las fuerzas productivas a los modos de producción de las formaciones económico-sociales.

La cultura podría ser producto, en principio, de dos factores intrínsecos, dialécticos e históricos: un contexto histórico-social y la necesidad y capacidad del ser humano de crear. Quizás, todavía esté pendiente- con todo su valor epistemológico- la eterna discusión sobre esas tres formas culturales: la cultura élite, la cultura popular y la cultura masiva. No es posible dudar de su dimensión y valor político-social; científico y de legado, así como construcción futura. Una práctica política cultura revolucionaria pasa por ese tan impostergable, necesaria e ineludible polémica. Emprendamos el debate. No dejemos de batallar sobre el mismo concepto per se y todo lo que implica las políticas culturales, su dimensión social de la gestión pública, así como su legado patrimonial. Se podría abrir con el concepto de la UNESCO para dar cabida a las variaciones, puntos de vista, opciones, propuestas y al mundo onírico de los saberes culturales. Avanti.



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Efraín Valenzuela

Católico, comunista, bolivariano y chavista. Caraqueño de la parroquia 23 de Enero, donde desde pequeño anduvo metido en peos. Especializado en Legislación Cultural, Cultura Festiva, Municipio y Cultura y Religiosidad Popular.

 efrainvalentutor@gmail.com

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