El microsabotaje y ministerios que atornillan al revés

Una estrategia sugerida por el Departamento de Estado y ejecutada por la oposición a través de sus militantes que ocupan cargos medios y bajos en la Administración Pública es el microsabotaje. Este consiste en pequeñas acciones de entorpecimiento de la gestión del gobierno, realizadas de forma masiva en las dependencias donde se atiende público, pasando desapercibidas por la dirección chavista. Se trata de generar sutilmente descontento y mellar a mediano plazo la gobernabilidad.

No es difícil darse cuenta, los ejemplos están de sobra; Los residentes de Parque Central son sometidos a la calamidad de los malos servicios que administra el Centro Simón Bolívar, consecuencia de algún funcionario de bajo nivel que no reporta a tiempo un ascensor dañado o no tramita a tiempo la cancelación de los salarios de los vigilantes, etc. Son miles las personas descontentas frente a la mirada “ingenua” de las autoridades.

Otra línea que ha bajado la oposición a los quinta columna en el gobierno es procurar que no se materialicen las órdenes del Comandante. Por ejemplo: basta que se firme un acuerdo comercial con un país, para que toda la permisología quede boicoteada. Esto tiene su máxima expresión desde el Ministerio de industrias ligeras. Es casi fijo que los CERTIFICADOS DE NO PRODUCCIÓN, requisito para la importación de materias primas y maquinarias, dejen de otorgarse posterior a que el Presidente firme algún acuerdo de integración económica con un país.

El ministro Ricardo Melendez, puede verificar como desde el viceministerio de industrias son negados los permisos de importación desde Bolivia, Ecuador, Brasil y Argentina, contrariando así las políticas del comandante para crear alternativas al comercio colombiano.

El sector textil  (uno de los sectores que más trabajadores emplea), sintió un gran respiro y una gran alegría al restringir la compra de ropa a Colombia, y pensaron que al fin iban a poder producir textiles en Venezuela sin esa competencia desleal y desigual, pero para poder hacerlo, necesitan adquirir materias primas y máquinas que no se producen en nuestro suelo, la cual ha sido boicoteada desde el propio gobierno.

No solo que de esta manera se sabotea la generación de empleo sino que neutralizan los beneficios de la medida de ajuste de la tasa cambiaria para el impulso de la producción nacional. ¿Será que desde esa dependencia se atornilla al revés?

Antonio.rodriguez749@gmail.com



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Antonio Rodríguez


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