Sin VOTO Directo No hay Democracia Directa

Reforma Constitucional: Oferta Engañosa

Reforma Constitucional: Oferta Engañosa

Sin VOTO Directo No hay Democrácia Directa

 

Dice un sabio refrán popular: “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Se refiere al valor que debemos otorgar oportunamente a todo aquello que ocupa un espacio importante en nuestra vida, aunque a veces pase desapercibido. Es éste caso nos referiremos al  derecho democrático del pueblo soberano a ejercer el voto universal, directo y secreto dn Venezuela. No solo para elegir gobernantes y representantes en el nivel nacional, regional y local, sino también, para influir y tomar decisiones trascendentes directamente convocando y  participando en los referendos establecido por la actual arta Magna, para revocar el mandato de un gobernante o representante que lo haya hecho mal , reformar o aprobar la Constitución, abolir o aprobar leyes y reglamentos, y opinar sobre asuntos de interés nacional del ámbito interno y/o externo. Éste empoderamiento, participativo y protagónico extraordinario del pueblo venezolano que le otorga la Constitución Bolivariana de 1999 nacida de un proceso constituyente inédito, se quedó pasmado por falta de voluntad política y en el fondo, por el terror que tiene la burocracia y las élites a la activación del poder constituyente, especialmente cuando se ejerce a través de la  democracia directa. Éste mecanismo de consulta popular solo se ha utilizado en el proceso constituyente de 1999, en la revocatoria fallida del mandato del presidente Hugo Chávez (2004) y recientemente en la consulta sobre el Esequibo, porque la iniciativa del revocatorio al presidente Nicolás Maduro (2016) fue obstaculizada por la acción de tribunales locales y por el propio CNE, al privarse de  su condición de Poder Público autónomo al alinearse con el partido de gobierno. A pesar de que la Constitución ordena la elaboración de una ley de referendos, sin embargo, en los 25 años transcurridos desde la entrada en vigencia de la Constitución, la Asamblea Nacional aún no ha promulgado una ley orgánica que regule los referendos. Es una nueva evidencia histórica que confirma la célebre sentencia del protector de los pueblos libres”, General, José Gervasio Artigas, solo el pueblo salva al pueblo.

La piedra angular de la democracia es la soberanía popular. Lo que significa que el poder reside en el pueblo de quien emana toda autoridad política. Según la Constitución éste poder se ejerce a través del voto “universal, directo y secreto”. No podemos perder de vista que ésta conquista es fruto de un largo y complejo proceso histórico el cual, parafraseando a Churchill, le costó al pueblo venezolano esfuerzo, sangre, sudor y lágrimas”. Dio sus  primeros pasos en 1811 en al promulgarse la primera constitución republicana con el llamado voto “censatario” exclusivo de los hombres, el cual estaba condicionado a la posesión de patrimonio económico, estatus social y educativo. Más que un derecho, fue un privilegio de las élites masculinas con bienes de fortuna, hasta  que la Constitución de 1947 le dio el carácter  que tiene hoy.

El principal aporte de la revolución bolivariana al fortalecimiento de la soberanía popular ha sido, además de haber traído a la Constitución el ejercicio de la democracia directa y referendaria, y los mecanismos de participación y protagonismo popular, la implantación de un sistema electoral automatizado, tecnológicamente avanzado, rápido, confiable, perfectible, transparente, auditable, de fácil programación y operación, administrado y operado por el propio Poder Electoral y no por terceros como suele ocurrir en algunos países. De hecho, ha logrado acumular una larga experiencia de más de dos décadas que lo acreditan como uno de los mejores, sino quizás el mejor del mundo. Atrás quedaron los procesos electorales manuales inauditables de la llamada IV República, que estaban estructurados alrededor de la lógica fraudulenta y opaca del “acta mata voto”. Además de las garantías legales y constitucionales se ha demostrado en la historia reciente del país, que éste sistema es la gran herramienta que posee el pueblo venezolano para ejercer la soberanía popular. Sin la cual quedaría desprovisto del instrumento fundamental del cual dispone, para hacer valer su voluntad y autoridad soberana. De ahí su importancia estratégica y la obligación que tenemos los venezolanos de defenderlo, preservarlo y mejorarlo, porque de su existencia depende en buena medida  la posibilidad de construir una democracia real, garantizar la paz y la integridad de la República.

Es por esa razón que el principal desafío que tenemos los venezolanos es evitar que el gobierno autoritario del PSUV-Estado, termine desmontando y destruyendo las fortalezas del Sistema Electoral Automatizado (SEA), tal como lo viene haciendo en los últimos proceso electorales, hasta convertirlo en una entelequia inútil, al tiempo que ejecuta su plan de cambiar la Constitución para supuestamente “democratizar el Estado y la sociedad” y al decir de ellos, avanzar hacia “una nueva democracia”, una  "democracia directa, vecinal y comunitaria". Expresiones eufemísticas manipuladoras y demagógicas, cuyo propósito real es constitucionalizar un modelo totalitario de férreo control social y político basado en la fusión del partido y el Estado, en el cual el poder está concentrado en la cúpula del gobierno y del partido que termina siendo la misma. En general, a un régimen de esa naturaleza y su cúpula dominante, no les gusta someterse periódicamente al debate político abierto, al control social y a la rendición de cuentas, y mucho menos, exponerse en los procesos electorales democráticos implementados mediante el SEA de acuerdo al principio de alternabilidad, especialmente cuando se está consciente de que en sana lid serían inexorablemente derrotado. Quieren eliminarlo porque los obliga a a jugarse cada cierto tiempo su presencia en el poder. De ahí que  prefieran el sistema de voto “restringido, indirecto y abierto”, y también, inutilizar al Sistema Electoral Automatizado. Porque de esa manera pueden mantener en sus manos el control, al reducir el universo de la consulta directa a entidades socio-territoriales  fragmentadas electoralmente (comunas, círculos comunales etc.), las cuales elegirían a sus propias autoridades y a sus representantes en un “colegio electoral” o asamblea, la cual elegiría las autoridades de la entidad local agregada y los representantes que conforman la tercera entidad y así sucesivamente hasta   llegar a la Asamblea Nacional, desde la cual se elegiría las máximas autoridades del partido-Estado. En éste proceso es determinante la orientación política y la autoridad hegemónica que ejerce el partido-Estado con todo el peso de su poder omnímodo.

De ésta manera el partido-Estado ha montado una oferta política engañosa para justificar un cambio de la Constitución, no precisamente para profundizar la democracia sino para todo lo contrario. para   arrebatarnos el sufragio universal directo y secreto, y eliminar la conquista de la democracia directa. La verdad es que la democracia directa y referendaria es una conquista del  proceso constituyente bolivariano de 1999 y su desarrollo no requiere de ninguna reforma constitucional, sino de su cumplimiento y desarrollo a través de la construcción de un andamiaje legal y político que le de forma concreta e institucional e impulsar una transformación política profunda, enfocada en la desconcentración del poder a través de la autogestión de las comunidades y la descentralización de la gestión pública. De hecho. el ejercicio de la democracia directa ya forma como parte del acervo de derechos políticos conquistados por el pueblo venezolano. Como lo es también el derecho al sufragio universal, directo y secreto, hoy amenazado por la susodicha  reforma constitucional.

En éste contexto,  el CNE viene actuando por la libre sin respetar la Ley electoral, el reglamento y su propia normativa. Proclamó a los candidatos ganadores en las elecciones de representantes a la Asamblea Nacional Constituyente, definió las preguntas ganadoras en el referéndum del Esequibo, proclamó el candidato ganador en las última elección presidencial del 28j de año pasado y los candidatos ganadores en las elecciones regionales y municipales del 27J de éste año, omitiendo la publicación de la totalización y desagregados de los resultados por mesa de votación. Con ésta conducta reiterada, injustificada e irresponsable del CNE, se demuestra la existencia de un patrón que responde a una política del gobierno-PSUV de avanzar en el desmontaje progresivo del Sistema Electoral Automatizado, “el mejor del mundo”. Pretenden “normalizar” en el imaginario colectivo la idea de que “ya no hace falta publicar los resultados numéricos detallados”,  para proclamar al ganador de un proceso electoral, permitiendo que por la vía de facto sea el  CNE quien decida lo que, según la Constitución, le corresponde decidir al pueblo soberano.

Así han venido banalizando y relajando los estrictos protocolos de un sistema electoral que se ha caracterizado por su confiabilidad, transparencia, auditabilidad y eficacia, porque quieren  convertirlo en un ¨elefante blanco¨ inútil. En el marco de ésta misma política antidemocrática y antipopular se inscribió también la aplicación, como globo de ensayo,  del reglamento electoral de nuestros hermanos indígenas aprobado por el CNE, a los cuales se les quitó el derecho al sufragio universal, directo y secreto que como venezolanos les garantiza la Constitución, sustituyéndolo por un sistema electoral restringido, indirecto y abierto, con el argumento falaz, y ofensivo a la inteligencia de indígenas y  venezolanos en general, de que supuestamente así se elevaría su “protagonismo, participación política y se tomaría en cuenta sus tradiciones y costumbres ancestrales”. Son señales claras que apuntan en dirección contraria al paradigma constitucional de profundización de la democracia que sirvió de ariete a la revolución bolivariana. Sin voto universal, directo y secreto, no hay democracia directa.

¡La Constitución no hay que cambiarla, hay que cumplirla!



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Gustavo Márquez Marín

Carabobeño, nacido en Valencia, ingeniero egresado de la Universidad de Carabobo donde también ejerció la docencia, durante la gestión del Presidente Hugo Chávez se desempeñó como Ministro de Industria y Comercio (1999), Ministro de Estado para la Integración y Comercio Exterior (2005-2007), Embajador en Austria y Representante Permanente ante los Organismos de Naciones Unidas en Viena (2001-2004), Comisario General del Pabellón de Venezuela en la Expo 2000 Hannover (1999-2001) y Miembro de la Comisión de Negociación con Colombia de las Áreas Marinas y Submarinas (1999-2001).

 gamarquez2@yahoo.com

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