En síntesis

Quiénes son los culpables de la crisis en Venezuela

Si  dejáramos al  lado el excesivo  culto a la personalidad, y a cada quien  atribuyéramos sus cuota de responsabilidad, ni siquiera Hugo Chávez escaparía a la crítica y auto crítica constructiva, pues humano al fin,  algún desacierto cometió   durante su prolongado   ejercicio del poder. Por ello,  a los errores del periodo puntofijista (1958-1998), también  debemos sumar  los que se produjeron   a partir de   del nuevo ciclo histórico  iniciado en  1998. De modo  que así   levante ronchas, y hasta  cualquier fanático nos tilden  de sospechoso, debemos decir  que  la gran verdad  es que  nadie está excepto de pecado para lanzar la primera piedra.    

Sin que sea necesario  aburrirnos  inventariando todos los  errores del pasado—que   fueron  tantos y largos como la historia del tabaco-- también deberíamos admitir con  hidalguía de  caballeros   que el país está envuelto en una grave crisis de gobernabilidad, lo cual explica porque ahora   esté latente  la posibilidad  de recurrir a la fuerza de la ley, como mecanismo institucional  para contener las consecuencias  de un creciente descontento que crece como bola de nieve.  Si al respecto  quedaran dudas, recomendamos leer  al periodista  José  Vicente Rangel,  cuando planteó la necesidad de hacer una posible  enmienda a la Carta Magna o crear una ley especial para reforzar la capacidad de defensa del Estado democrático ante los ataques de la extrema derecha  nacional  e internacional contra Venezuela.

Otro de los ingredientes disociadores que  afecta la homogeneidad en la línea de mando de la revolución, es la falta de autenticidad por parte de quienes juran lealtad a Maduro, pero en su interior  se consideran con igual o superiores méritos para conducir el proceso bolivariano. Y si fuera cierto que  la historia se repite de manera mecánica, entonces diremos que estamos en presencia de aquel  drama   que conmovió  al liberalismo después que mataron a Joaquín Crespo en la Mata Carmelera. ¿Acaso no fue  vacío de poder y  lucha entre  iguales lo que permitió que Cipriano Castro asaltara el poder con  apenas sesenta hombres mal armados? 

Aunque no  sea la única razón del   conflicto institucional  en Venezuela, también no es menos cierto    que sigue siendo una piedra en el zapato esa rancia tradición presidencialista que concentra todo el poder en un solo individuo, impidiendo así que la responsabilidad sea compartida  con  otros  venezolanos capaces de  aportar más luces para  la conducción de la Republica, sobre todo   en esta hora crucial de transición , en la que aún no precisamos  a dónde nos llevan . ¿O será  que muchas manos en el plato ponen el caldo morado?



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Freddy Elías Kamel Eljuri

Presidente del Instituto Municipal de Patrimonio Histórico de la Alcaldía Bolivariana del Municipio Miranda del estado Falcón. Vicepresidente de la academia de Historia del Estado Falcón. Escritor. Productor radial.

 kameleljuri@gmail.com

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