Corrupción, marchas y señalamientos de Manuel Isidro Molina

Lic. Manuel Isidro Molina:

Estimado periodista

He leído su nota (Manuel Isidro Molina: PRIMER CAFÉ / Dos marchas más...) y debo decirle que comparto en gran medida lo usted allí dice. La corrupción anda por todos lados y, al parecer, se utiliza como arma política por personajes de todos los bandos, con la mayor desfachatez…

Pero, me ronda una inmensa inquietud y me gustaría que todo su esfuerzo se volcara a desnudar a quienes allí usted menciona como los mayores capos de la corrupción del lado del oficialismo, por la vía de echar para afuera toda la información que usted posea de las andanzas de cada uno de esos señores, total usted tiene la gran ventaja que no la tenemos el resto de los venezolanos y es que su condición de periodista lo protege y por ello goza del privilegio de no tener la  obligación de divulgar la o las fuentes que le han suministrado recaudos y todo tipo de datos que le permiten escribir y afirmar que los señores J.V. Rangel, Nelson Merentes, Diosdado Cabello, etcétera, etcétera, son “pudrimillonarios” a costillas del erario público.

Su trayectoria en el mundo del periodismo todo el mundo la conoce. Es usted, además, un hombre curtido en el campo de la política, pues fue diputado en dos períodos en representación de MAS cuando éste partido dizque era de izquierda (1989/94 y 1994/99), por otro lado,  es un usted ya bien maduro en edad, de manera que tiene todos los atributos necesarios para echar el cuento completo, sin temor alguno y dejar a un lado esa estrategia de quedarse sólo con los señalamientos que a nada conducen…

Adelante, mi apreciado compatriota. Si lo anima el interés de adecentar este país, pues no lo piense más y comience ya a señalar casos y mostrar las pruebas y evidencias que tiene.

Soy un venezolano del común que me produce no solamente asco y repulsión todo aquel que roba los dineros públicos, sino inmensa rabia saber que algunos cuantos compatriotas andan estafando al Estado y que muchos lo saben y, al parecer, lo pueden probar y no se hace absolutamente nada. Eso no puede seguir siendo así…, ¡diga todo lo que sabe…!

Conozco al monstruo de la corrupción por dentro. Trabajé en la Contraloría General por casi 25 años (1961/85) y fui dado de baja durante el gobierno de Lusinchi (sin equivocarme creo que ha sido el gobierno más corrupto que ha tenido este país) porque me negué a darle el visto bueno a la compra de los terrenos donde hoy funciona el Criogénico de Oriente (Jose) “Antonio José de Sucre”, por un sobre precio escandaloso y porque, además, exigí que se revisaran los títulos de propiedad con lupa, pues mi personal investigación condujo a la convicción de que esos terrenos son baldíos o pertenecientes a comunidades indígenas y que los mismos habían sido forjados. Debo decirle que logré que no se pagara el altísimo precio que se había planteado, pero le pasaron por encima al punto tan importante de que esos terrenos no le pertenecían a quien el Estado (PDVSA) se los pagó. Desde entonces, he denunciado públicamente el caso a través del diario VEA y he ido a la Contraloría, sin mal no me equivoco, en tres ocasiones y nadie me ha hecho caso...¡ Claro, mi nombre nadie lo conoce…!

De manera que, mi distinguido periodista, no se quede sólo en la conseja, siga adelante, a usted si lo conoce el país, vaya a la Fiscalía General y denuncie todo cuanto sabe en el tema de la corrupción y paralelamente muéstrele a los venezolanos las pruebas que tiene en su poder para hacer tan graves señalamientos.



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Iván Oliver Rugeles


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