La sonda espacial europea Venus Express, lanzada en noviembre de 2005 mediante el vehículo impulsor ruso Soyuz Fregat, ha alcanzado la órbita de Venus tras 153 días de vuelo y procedió a su misión exploradora. Tres aparatos científicos de los siete instalados en la sonda han sido desarrollados con la participación de investigadores rusos.
A 45 años del vuelo de la sonda interplanetaria soviética Venera-1, los
terrícolas han vuelto a prestar atención al planeta vecino. ¿Qué más puede
interesar a los científicos en Venus, un planeta ya explorado minuciosamente?
Junto con Marte y Mercurio, Venus es uno de los cuatro planetas del llamado
grupo terrestre: todos tienen dimensiones no muy grandes y están formados
principalmente de material pedregoso y metales. En cuanto a las condiciones
climático-naturales, las diferencias son enormes.
Dejemos a un lado a Mercurio, que no tiene atmósfera, y comparemos los otros
tres planetas. Venus queda envuelto en una densa capa de gas y en su superficie
impera una temperatura infernal. Marte, en cambio, se destaca por una atmósfera
enrarecida y un frío crudo. La Tierra ocupa un lugar intermedio, pues aquí la
temperatura oscila entre -50 y +50 grados centígrados. Lamentablemente, ese
clima tan favorable va cambiando a ojos vistas en los últimos años.
El sistema de la Naturaleza en la Tierra es bastante complicado -no lineal, como
suele decirse- y está influido por un sinnúmero de factores. A veces, la más
pequeña influencia en ese sistema no lineal puede provocar consecuencias de gran
escala. Los sistemas climáticos de los planetas vecinos de la Tierra son más
simples, pero, al mismo tiempo, son ejemplo de extremos: el gélido Marte y el
ardiente Venus. El comparar esos sistemas climáticos y determinar las causas de
las diferencias permitiría comprender más a fondo las leyes que rigen la
evolución de la Tierra.
La Unión Soviética había explorado Venus con ayuda de sondas espaciales desde
1961 hasta 1985 (programas "Venera" y "Vega"). La sonda Venera-4 había
determinado que más del 90% de la atmósfera de Venus era gas carbónico. Los ocho
aparatos Venera y los dos Vega habían funcionado en la superficie del planeta un
total de 11 horas 33 minutos. Venera-7 fue la primera en posarse en la
superficie de Venus y medir su temperatura (casi 500ºC). Venera-8 había medido
la velocidad del viento en la atmósfera, el nivel de iluminación de la
superficie, la densidad del terreno en la zona de aterrizaje y otros parámetros.
Las sondas Venera-9 y Venera-10 habían transmitido a la Tierra los panoramas de
la superficie del planeta y determinaron la composición química de su atmósfera
y la velocidad del viento en la superficie.
En 1982, las sondas Venera-13 y Venera-14 transmitieron por primera vez los
panoramas de la superficie en color, tomaron muestras del terreno y efectuaron
su análisis químico. Venera-15 y Venera-16 habían obtenido vía radar imágenes
del hemisferio norte del planeta con un poder de resolución de 1 a 2 kilómetros.
Los ingenios espaciales multipropósito Vega, lanzados hacia la cometa Halley, se
habían acercado "de paso" a Venus para dejar sondas de investigación en la
atmósfera y en la superficie del planeta.
Con todo, aún quedan muchos interrogantes sobre la naturaleza de Venus. Ya se
había comentado que en su atmósfera predomina el bióxido carbónico (96,5%). Pero
también la componen otros gases (centésimas por ciento y menos), lo que crea un
complejísimo sistema químico incomprensible para los científicos.
Una particularidad notable de Venus consiste en que no tiene campo magnético
propio. Es un fenómeno investigado sólo teóricamente. Los científicos saben muy
poco sobre la naturaleza de Venus a pesar de estar explorándolo durante tantos
años. De allí la necesidad de continuar las investigaciones para poder
comprender las especificidades de la evolución de ese planeta.
En cuanto a Venus Express, deberá llevar a cabo investigaciones íntegras de la
atmósfera, de la capa de plasma y de la superficie incluido el sondeo por radar
de la parte superior del subsuelo del planeta. El mayor interés representa la
estructura de la atmósfera -especialmente sus capas más profundas-, así como su
composición química, su dinámica, el nivel de radiación y la capa de nubes.
También se intentará descubrir actividades sísmicas o volcánicas en Venus.
Los científicos rusos habían participado en la creación del magnetómetro
instalado a bordo de la sonda: sirve para medir la tensión y dirección del campo
magnético de Venus. También han creado el espectrómetro planetario Fourier (Planetary
Fourier Spectrometer) para registrar con alta precisión la temperatura de la
atmósfera en altitudes de 55 a 100 kilómetros, y el espectrómetro SPICAV (Spectroscopy
for Investigation of Characteristics of the Atmosphere of Venus) para estudiar
la atmósfera del planeta y pronosticar su evolución.
La misión de Venus Express se extenderá por tres años, pero durante ese tiempo
en Venus transcurrirán sólo cuatro días por ser muy lenta la revolución del
planeta en torno a su eje. Como resultado, los equipos científicos de la sonda
investigarán el ciclo diario del planeta cuatro veces.
De manera que los instrumentos creados por los ingenieros rusos ya van
instalados en la sonda espacial europea, y se espera que los especialistas
europeos también procedan a instalar equipos suyos a bordo de sondas
interplanetarias rusas. Por cierto, serán ingenios espaciales nuevos en
principio capaces de funcionar durante más de un mes en la superficie de Venus
con 500 grados centígrados de calor y bajo una presión colosal que no existe ni
siquiera en el más profundo océano de la Tierra. Todo ello posibilitará
acercarse más a la solución de los enigmas que encierra el misterioso y
atractivo planeta Venus.