14 de febrero de 2020.- Así lo expresó el activista y afroepistemólogo afrovenezolano Jesús Chucho García, en el foro sobre "Inmigración en el siglo XX y la Permanente solidaridad venezolana", organizado por el Doctorado de Arte y Cultura del Instituto Pedagógico de Caracas, dirigido por la doctora Noemi Frías.

"La humanidad siempre a migrado y migrar no es un delito, dice García, pero cuando el país receptor pone en practica la xenofobia y sus formas conexas tales como crear policías especiales como esta haciendo Perú, para presumir venezolanos, o crear bandas xenófobas como en Ecuador o prácticas racistas xenofobicas como las que implementa Estados Unidos, Colombia y Brasil contra venezolanos y venezolanas, estamos ante una violacion de la Convención de la ONU titulada CONVENCION DEL TRABAJADOR MIGRANTE Y SUS FAMILIARES. Esas prácticas recuerdan las políticas implementadas por Hitler, en la Alemania Nazi, contra los judios o los tiempos del Apartheid con sus prácticas xenofóbicas internas hacia los Zulu, Koisan y los migrantes hindúes.

La migración lejos de criminalizarse es más bien un instrumento de complementarierdad entre los pueblos, con intercambios de conocimientos, espiritualidades y solidaridad como lo ha practicado Venezuela después de la guerra de independencia cuando recibió a españoles y alemanes (Caso Colonia de Turen en Portuguesa o Colonia Tovar, Estado Aragua), o los españoles en la Candelaria, los portugueses con su virgen de Fatima, la migración Arabe por poner unos ejemplos.

En su historia, Venezuela, ha sido un país de diálogo con los migrantes que incluso aun con la crisis que vivimos y por trabajo de investigación que adelanta la Fundación Afroamérica, los migrantes europeos, latinoamericanos y caribeños prefieren quedarse en Venezuela ya que este país es otro género humano como lo había dicho Bolívar en el Congreso de Angostura en el siglo XIX.

Repito, expresó García, migrar no es un delito, es un derecho y se deben evitar frases despectivas hacia los migrantes venezolanos pues hacen coro lamentablemente a la xenofobia de los países del cartel de Lima, Europa y Estados Unidos. Venezuela desde el final de la guerra de independencia hasta el boom petrolero de la primera década del proceso Bolivariano recibió mas de cinco millones de migrantes y que recuerde nunca hubo brotes de xenofobia.

La migración para un sector de la oposición y gobiernos como Colombia, Perú y Ecuador se convirtió en un negocio redondo, el año pasado cerca de mil millones de dólares fueron destinados para atender humanitariamente a los migrantes venezolanos, pero eso no a llegado a nuestros migrantes, solo Juan Guaidó el autoproclamado recibió recientemente de USAID 120 millones de dólares y Julio Borges tenia bajo su control 600 millones de dólares, el gobierno del subpresidente Colombiano Ivan Duque es el tercero en gozar de esos beneficios de la Supremacia blanca dirigida por el presidente de Estados Unidos Donald Trump, así también lo ha hecho el presidente de Ecuador Lenin Moreno. La migración se convirtió en negocio para la oposición blanca racista venezolana y los secuaces del Grupo de Lima.