James Petras: En Siria no hay una guerra civil

Siria y los juegos del poder

Siria y los juegos del poder

Credito: Archivo

Según el intelectual estadounidense James Petras, en Siria, hay una intervención imperial utilizando Al Qaeda y otros extremistas y mercenarios armados, que desde hace mucho tiempo han utilizado métodos terroristas.

Así lo mencionó el reconocido teórico a través de una entrevista con CX36, Radio Centenario desde Montevideo, Uruguay a través de www.radio36.com.uy.

Efraín Chury Iribarne: Le damos las bienvenida a James Petras, desde Estados Unidos. Se anuncia como un hecho la ‘guerra civil’ en Siria, si te parece comenzamos por allí.

JP: Si. En Siria hay una situación muy compleja en algunos aspectos y otros muy claros. Lo que está muy claro es que los países europeos, particularmente Francia, Alemania e Inglaterra, junto a Estados Unidos están muy activos tratando de derribar el régimen sirio de Al Assad.

Tienen el respaldo de las monarquías absolutistas del Golfo, en particular de Arabia Saudí. De eso, debemos entender que han utilizado muchos terroristas de otros países como Libia, Irak, Afganistán. Han pagado por sus servicios y utilizan métodos terroristas, incluso torturas, coche bombas.

Eso para enfatizar que más allá de lo que son los conflictos políticos internos, hay una intervención imperial utilizando Al Qaeda y otros extremistas y mercenarios armados. Que desde hace mucho tiempo han utilizado métodos terroristas infiltrando barrios y utilizándolos para protegerse, forzando al gobierno en medio del conflicto armado a entrar a lugares donde hay civiles, y como consecuencia, hay civiles muertos.

El otro aspecto, que es más complicado, son las divisiones políticas. Más allá de los exiliados, de los terroristas e imperialistas, hay dentro de Siria posiciones diferenciadas. Pero el conjunto de la oposición civil en Siria no busca una solución violenta. Hay grupos importantes que están criticando a Al Assad hace mucho tiempo y buscan una transición hacia un régimen más democrático. Pero junto con los simpatizantes del régimen, forman una mayoría en contra de la intervención y la violencia de los grupos externos.

Entonces, tenemos la intervención imperial, tenemos diferencias políticas internas y tenemos casi la mitad del país que apoya las reformas que propone el gobierno para democratizar el país.

En este panorama, debemos anotar que las Naciones Unidas hasta ahora no han reconocido a la oposición democrática interna. Para ellos la oposición son los terroristas respaldados por occidente. Ban-Ki Moon, el secretario general de ONU, no es un funcionario neutral, no busca la mediación y tampoco Annan reconoce que la mitad del país en Siria busca una transición democrática. Siempre pone condiciones unilaterales condenando al gobierno, exigiendo el desarme.

Los terroristas externos, ante cualquier desplazamiento del gobierno, entran con armas y aterrorizan a los simpatizantes del gobierno, con muchos asesinatos sumarios.

Es una situación muy dramática, en el sentido de que hay muchas partes armadas en Siria, pero no es una guerra civil. Es una guerra imperialista en apoyo de grupos armados, la mayoría externos, que tienen una resonancia entre una minoría violenta en el interior del país.

Los medios de comunicación de masas son poco fiables porque son partidarios de toda la propaganda occidental, en particular de Hillary Clinton, pues hay una amplifición de sus declaraciones de condena, de su histeria. Los que buscan una reconciliación, o por lo menos una salida pacífica, son los rusos, los chinos y los iraníes, que exigen que los países occidentales dejen de armar a la oposición, dejen de permitir la intervención terrorista desde Turquía, desde Líbano. Y es uno de los grandes dramas, cómo Washington dice por un lado que está luchando contra Al Qaeda, pero por otro está financiando y armando a Al Qaeda en Siria. Es un doble juego: utilizan a su ‘enemigo’ para destruir a otro enemigo, pero mas tarde vuelven a la carga contra los primeros.

ECHI: Una consulta ya que la nombraste. Aquí se supo que Hillary Clinton menudea su apoyo a lo que surgió como gobierno en Egipto. ¿Es así?

JP: El proyecto norteamericano en Egipto los venimos diciendo –desde hace tiempo, hace un año más o menos desde que empezamos a discutir este tema-, que los Hermanos Musulmanes han buscado acomodarse con los militares firmando pactos con Washington para tener una porción del poder, compartido con los militares en función de una economía bajo el tutelaje del Fondo Monetario Internacional.

Los llamados musulmanes moderados no tienen ninguna vergüenza. Por ejemplo, ayer Mohamed Morsi anunció que va a acatar el trato con Israel que favorece el bloqueo a los palestinos. No hay un traidor más grande que el supuestamente nuevo presidente de Egipto.

Ahora, el acuerdo, este matrimonio que Clinton quiere arreglar, entre los militares de la Junta Militar y los Hermanos Musulmanes, es precario porque los militares quieren mantener la última carta. Segundo, quieren proteger el enorme imperio de negocios porque reciben buenos ingresos a partir de la corruptela; eso –por otro lado- va a limitar el presupuesto del gobierno musulmán que busca hacer algunas inversiones para mantener la lealtad con sus votantes pobres.

Entonces, a pesar de que hay acuerdos en la macro política, en los detalles no; este acuerdo no está firme y Clinton quiere asegurar esta combinación: que los militares se queden como la última reserva del imperio pero con sus propios intereses y políticas. Y por otro lado, lo que le gusta a Washington es que los musulmanes en el poder neutralizan los movimientos populares, limitan la protesta contra el imperialismo y limitan la solidaridad con los palestinos. Por esta razón Clinton está allá para forzar un acuerdo de división de poderes y no se en qué grado Morsi está dispuesto a acomodar y sacrificar las aspiraciones de su base.

En todo caso, la situación queda con muchas tensiones, a pesar de que las reuniones de Clinton con Morsi y Mohamed Tantani –el comandante de la Junta- fueron bastante positivas. Ahora Clinton, como mensajera de Israel, volvió directamente a Israel para contarle a sus amos –Benjamín Nethanyahu y Simon Peres- todo lo que pasó. Y va a contar cómo ‘está arreglando’ Egipto para volver a servir de cipayo asociado a Israel. Esta es la principal tarea de Hillary Clinton. Tanto es así que le dice a los egipcios que no van a recibir ayuda financiera si Egipto declara una política independiente de Israel o pone fin al bloqueo de los palestinos.

Esa es la situación entre Washington, los musulmanes, los militares e Israel. Es el rectángulo que está funcionando, no están tomando en cuenta para nada a las masas populares, que en algún sentido por la coyuntura están neutralizadas por el poder que tienen los musulmanes sobre la calle.

ECHI: ¿Qué otro tema tenías para hoy?

JP: Lo que quería comentar es sobre España y algo muy importante que no ha recibido mucha atención, es que sectores de los militares y policías han declarado públicamente un repudio a la política antipopular del gobierno de Mariano Rajoy. Diciendo incluso que no se van a quedar de brazos cruzados frente recortes de los servicios públicos, los salarios públicos. Porque los está afectando a todos, desde soldados a coroneles con los recortes de este Presupuesto. Eso es interesante porque nos recuerda cómo en Portugal, en el año 74-75 los militares se levantaron junto con los movimientos populares para derrocar la dictadura salazarista (conocida como la Revolución de los Claveles). Eso es una indicación de cómo la crisis en España no sólo toca a la juventud, a los mineros, a los trabajadores públicos y privados, sino también a la institucionalidad que sirve como principal apoyo a esta política extraordinariamente perjudicial para las grandes mayorías. Hay fisuras ahora en toda la institucionalidad en España, que han tocado hasta a los militares.

Lo que me pregunto es, si esta política continúa, hasta qué punto pueden mantener la integridad del aparato represivo. Porque en el momento actual Rajoy y el PP han perdido un enorme apoyo electoral, incluso sectores conservadores que apoyaron y votaron por Rajoy lo están abandonando. Es una gran fuga porque están afectados. Y esta situación deja al régimen sin ningún respaldo popular y han perdido legitimidad en el sentido de que han traicionado sus promesas de no subir los impuestos, en particular el IVA.

En este sentido, si la institucionalidad quiebra, ¿qué queda para Rajoy? No le queda mucho. Eso puede provocar un retiro anticipado del régimen porque no podrá implementar la política que está declarando, y eso me parece –más allá de todo- una crisis institucional. Por ese lado me parece que es por donde está marchando Rajoy.

Además, ¿en qué momento puede ocurrir este quiebre? La huelga general convocada el jueves era masiva. Con una convocatoria organizada -creo que más de un millón de personas participaron de alguna forma- la situación se encamina a un punto sin retorno.

La gente se siente desesperada y cualquier medida que termine con este castigo masivo, drástico y severo puede recibir respaldo. El peligro es que algún sector militar, golpista, utilice el descontento popular para tumbar el gobierno y establecer un gobierno autoritario popular. Eso no hay que descartarlo en este contexto caótico que está sembrando el gobierno.

Pero más allá de eso, no debemos decir que todos los militares que han tomado posiciones son golpistas o antidemocráticos, porque ellos sienten el mismo castigo que los ciudadanos, y particularmente en los niveles más bajos; y son los que están además, identificados con el pueblo, desde sus familias, sus barrios y sus condiciones de vida.

ECHI: Y la crisis esta instalada en España a nivel social y económico.

JP: Si, los últimos recortes son brutales. Terminaron con los aguinaldos de fin de año, con el pago de licencias, con recortes en la subvención a los desocupados, redujeron las pensiones a un nivel de miseria, no hay ningún sector –ni publico ni privado- que no esté afectado; jubilados, trabajadores, desocupados, todos afectados, porque además subiendo el IVA suben todos los productos de la canasta básica y mientras tanto, reducen los salarios. Es una doble presión y no se ve una luz al final del túnel.

Hemos visto un recorte atrás del otro y no termina, no hay punto final y a partir de eso esperan que empiece un relanzamiento de la economía o posibilidad de mejoramiento. Es una espiral hacia abajo y sin esperanzas. Creo que con este gobierno muchas más personas están dispuestas a arriesgar todo para todos. El viejo eslogan de ‘patria para todos o patria para nadie’ puede tener resonancia entre una gran masa creciente en España.

ECHI: No hay una luz al final del túnel, sería la frase que lo define.

JP: Exactamente, cada vez más oscuridad, más castigo. Finalmente quiero enfatizar que el palo se está convirtiendo en boomerang, en el grado que los sectores represivos se sientan afectados por las mismas medidas es un problema para el gobierno. Lo que se llama la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) han declarado públicamente que ellos van a tomar partido en las luchas contra el gobierno, no indican cómo ni dónde, pero es una adición en esta ecuación de lucha.

Extractado por La Haine


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