El Buque Escuela Simón Bolívar arriba a Cartagena

Buque Escuela Simón Bolívar

Buque Escuela Simón Bolívar

Credito: Prensa Embajada de Venezuela en Uruguay

Cartagena-Colombia 19 de mayo de 2010.- El Buque Escuela Simón Bolívar,  insignia de la Armada Bolivariana, comandado por el Capitán de Navío Ramón Costero, arribó a la Ciudad de Cartagena de India el 19 de mayo, en el marco de su participación en la regata “Velas Libertadoras”. A su llegada fue recibido por una comitiva encabezada por el embajador de la República Bolivariana de Venezuela Gustavo Márquez Marín, la Cónsul de Cartagena, Olga Díaz, el Agregado de Defensa General Gilberto Hernández, el Agregado Cultural Marcos Salazar.

El embajador ofreció  una recepción a la tripulación y al cuerpo diplomático y consular acreditado, y en el acto dirigió unas palabras de bienvenida a los guardiamarinas y oficiales del buque, en las cuales se destacan los señalamientos siguientes:

“En estos tiempos, en que se ciernen densos nubarrones en el horizonte que amenazan  la soberanía y la paz, es cuando se hace más imperativo para nuestros pueblos, hacer una reflexión conjunta y panorámica de nuestros antecedentes históricos comunes. Debemos dejar de lado las “casillas parroquiales” en que han pretendido circunscribir la historia de nuestros países, presentándola fragmentada e inconexa, en lugar de presentarla como una totalidad, como la expresión que es de un solo y mismo proceso del cual nacieron nuestras repúblicas y el cual  no puede comprenderse sino desde esa perspectiva. Es necesario que vayamos al pasado profundo, sin miedo, con el alma encendida por el deseo de encontrarnos con nosotros mismos, para armar el rompecabezas que finalmente nos permitirá superar la desmemoria en que nos han sumido por siglos, a través de una educación vacía, cronológica, descontextualizada del entorno geopolítico,  con la intensión  de mantenernos separados, de espalda él uno del otro, alimentados con la ilusión de que solos y no en racimo, venceremos la dependencia neocolonial y el subdesarrollo que aún subyuga a nuestros pueblos.

La celebración del bicentenario debe servir para saldar la deuda de esa desmemoria histórica y proclamar el derecho que tienen nuestros pueblos a rescatar la memoria histórica, documental y crítica. Solo en el reconocimiento del pasado es posible encontrar las raíces que sustentan  la identidad de los pueblos, allí están las claves de la realidad de hoy y las oportunidades para impulsar el proyecto de la sociedad del futuro, por el cual tiene sentido luchar y entregar nuestra vida si es necesario.

“Estamos frente al desafío de convertir la celebración del bicentenario,  en una oportunidad para replantear críticamente el proceso independentista  a la luz de la realidad actual o, de sucumbir a la superficialidad de un  jolgorio sin contenido histórico ni propósito político alguno. Frente a esas dos visiones y modos de celebrar el bicentenario, sin vacilar debemos rechazar la segunda porque en ella está implícito un sesgo distractivo y una voluntad perversa orientada a  desdibujar el verdadero sentido  de la celebración. Esta debería organizarse a partir de tres temas transversales: independencia, integración y paz.  Los tres están vinculados porque, tal como lo pensó y lo luchó El Libertador, solo a través de la unión de los países de Nuestra América en un gran bloque geopolítico será posible tener y sostener la soberanía y la paz en nuestra región. Divididos, con proyectos nacionales excluyentes, no tenemos futuro como pueblos soberanos y libres, porque siempre estaremos sujetos a la dominación de las grandes potencias de hoy o de mañana”.

Al acto asistieron el embajador de México Florencio Salazar Adames, el embajador de Argentina Martín Antonio Balza, el embajador de Uruguay, Hugo Cairus Maurin, el encargado de negocios de Ecuador, Andrés Terán y diferentes autoridades militares y representantes del cuerpo consular acreditado en Cartagena.

Finalmente el embajador se dirigió a los guardiamarinas:

“Vayan presurosos a extender las velas blancas del buque insignia de la Armada Bolivariana, embajador sin fronteras,  hacia un horizonte de esperanza. Vayan portando  un mensaje de paz y unión de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños, aún ansiosos por conquistar la soberanía y la independencia plena, la misma por la que entregaron sus vidas nuestros libertadores. Ustedes que hoy  tripulan esta nave de los sueños libertarios, son la expresión de una juventud consciente de su responsabilidad histórica,  protagonista de un proceso revolucionario humanista, que tiene como norte completar la gesta libertadora que encabezó Simón Bolívar.

El proyecto bolivariano de la unión de nuestros pueblos y países en una gran  confederación de  repúblicas soberanas y libres de toda dominación imperial, es la única garantía de que sea sostenible la independencia. De otra manera, seremos presa fácil del imperialismo neocolonial que nos acosa con su maquinaria de guerra, sustentado en la ideología globalitaria neoliberal para justificar sus designios de dominación oprobiosa. La tarea que tenemos por delante es la de luchar contra viento y marea, para hacer viable la unión por la que luchó y murió El Libertador.

Independencia y Soberanía fue el hilo conductor que en el siglo XIX y  XX conformó  la voluntad de los héroes y heroínas de la patria grande, que enfrentaron sin tregua las intervenciones abiertas o encubiertas del imperio español y del estadounidense también, regando su sangre en tierra fértil, la semilla que sembró Bolívar, Miranda, Sucre, San Martín, Artigas, Ricaurte, Girardot, O’ Higgins, Sandino, Morelos, Zapata, Farabundo Martí y el Che Guevara entre otros.  En el Siglo XXI la lucha por la independencia continúa, a través de la construcción de un proceso auténtico de integración, fundado en la justicia, la igualdad, la democracia participativa y protagónica y, en el respeto a la soberanía de los pueblos y estados. Soportada en una ciudadanía común como corresponde al hecho de que constituimos una sola Nación.

Al interior de cada uno de nuestros países y bajo la conducción de cada pueblo y de sus gobiernos soberanos, la gran tarea es profundizar la democracia, para que realmente sea el pueblo el que gobierne y decida su destino, rompiendo la caricatura de democracia que encubre un sistema capitalista que le niega a la mayoría el bienestar, subordina el trabajo al capital y hace que una minoría capitalista se apropie del excedente social del trabajo de esa mayoría. 

Recordemos el llamado de Bolívar con el que concluyó  su Manifiesto de Cartagena aquel 15 de diciembre de 1812: ““Id veloces a vengar al muerto, a dar vida al moribundo, soltura al oprimido y libertad a todos”

Leven  ancla y naveguen  a puerto seguro, porque el futuro les pertenece!!!

Bolívar Vive y la lucha por la independencia continúa!!!

Viva la Patria Grande!!!

 


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