09/02/10.- “Oro, oro, oro se compra oro, monedas, dólares, euros”, este pregón se oye diariamente en las inmediaciones del edificio La Francia donde, además de las tradicionales joyerías, funcionan casas de empeño y compra de oro usado.
Este domingo el presidente Hugo Chávez y el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, anunciaron la expropiación del edificio que alberga 90 joyerías desde 1946 y ha sido una referencia en la compra de oro en el país.
Sin embargo, a expensas del negocio legal, funcionan mafias de estafadores y vendedores de dólares falsos y promotores del mercado ilegal de divisas.
A pesar de que en Venezuela está restringida la venta de moneda internacional, estas personas pregonan a los cuatro vientos la compra y venta de dólares, euros y todo tipo de divisas, las cuales pueden cotizarse hasta en 6000 u 8000 bolívares. Pero el problema no es sólo el mercado paralelo de divisas, sino la circulación de dinero falso. Informó el comisario Renny Villaverde, director de la policía de Caracas, que diariamente procesan e investigan “innumerables” denuncias de personas estafadas por algunos de estos compradores de oro.
“Las personas son utilizadas, son estafadas porque entregan su oro y reciben dólares falsos”,.Otro de los modus operandi es “marear” al usuario que acude a vender su oro usado, explicó. “Ese edificio parece un laberinto, entonces le exigen a la persona que le entregue las joyas y le dicen que los acompañen y comienzan a darle vueltas por el edificio hasta que se le desaparecen con el oro”.
Cayeron en la trampa
Pedro Torrealba, empleado público, fue víctima de estas mafias.
“Tenía la necesidad de pagar el arriendo y sólo contaba con 100 dólares ahorrados. Fui al centro de Caracas donde abundan personas que compran oro, brillantes, euros, dólares y pare de contar. Abordé a uno de ellos y le pregunté: ‘Pana,¿en cuánto tienes el cambio para cien dólares?’ Me respondió: ‘por los cien te doy BsF 600’. Lo acompañé a un local, al llegar, me preguntó de qué denominación era el billete y yo le contesté, ingenuamente, que era de 100 dólares, me dijo: ‘espérame aquí que voy a buscar al dueño del local. Llegó el presunto dueño acompañado de dos personas. Me pidieron que les entregara el billete para verificar su autenticidad, se lo di al dueño y éste se lo pasó a un empleado quien dijo que era falso y yo le dije: ¡no, es bueno! Entonces me dijeron que el dólar había bajado y que sólo me podían dar 500 bolívares fuertes. Les pedí que me devolvieran mi dinero que ese no fue el trato, tomé mis 100 dólares y cuando fui a cambiarlos en otro lugar, me dijeron que eran falsos, o sea me habían cambiado el billete y me quedé estafado con los dólares chimbos”.
Carlos Pérez, turista argentino requería cambiar 1000 dólares. Acudió a uno de estos compradores que le solicitó le entregara las divisas para verificar que fueran auténticas. Al rato, vino y se excusó con que no tenía suficiente efectivo para cambiar los dólares, le regresó a Pérez unos billetes, pero no los mismos que el turista había entregado, sino otros: unos falsos.
María Fernández, estudiante universitaria también contó su historia. “Por Capitolio una señora con dos niños estaba muy exaltada y gritaba ‘son ladrones, son ladrones’. Dijo que a ella le pidieron sus dólares, pero había marcado los billetes. Cuando volvieron con el cuento de que no tenían efectivo ella se dio cuenta de que no eran los mismos billetes que había marcado, armó un escándalo de tal magnitud que se los devolvieron”.
Carolina Hidalgo/Ciudad CCS
