Ayer falleció en La Habana el extraordinario músico Rubén González, quien
fuera pianista de Mongo Santamaría y de Enrique Jorrín cuando éste último
creara el cha cha chá.
En tiempos recientes obtuvo resonancia internacional como pianista del Buena
Vista Social Club, pero eso no quiere decir, que obtuviera la fama por ello
ya que el prestigio de González siempre fue reconocido por quienes aman la
música más allá de los grandes proyectos comerciales.
Contaba con 84 años de edad.
Su fallecimiento se debió a una complicación de salud: Riñones, pulmones y
artrosis.
Maestro de escuela primaria en su juventud, cambió el piano clásico por la
música popular. Fue estudiante de medicina pero en 1941 se decidió
definitivamente por la música.
En Venezuela tuvimos la oportunidad de verlo y aplaudirlo cuando vino en
plan estelar con las "Estrellas de Areito".
Rubén acompañó a grandes luminarias musicales y su estilo depurado siempre
causó admiración entre los pianistas del mundo.
El año pasado fue distinguido con la Orden Félix Varela, la más alta que
otorga Cuba a sus artistas.
Hay gran consternación en los músicos y el pueblo de Cuba y en el
sentimiento de todos los latinoamericanos amantes de la música, quienes
hemos tenido que soportar el fallecimiento de otros grandes este año, como
Compay Segundo, Tite Curet Alonso, Celia Cruz, Nano Grant, entre otros.