¿Cuándo llegará la justicia?

De aquellos tiempos, de aquella gente, de aquella libertad

  Eran los tiempos en los cuales el estado del tiempo no importaba.  Si era lluvia, se disfrutaba la lluvia, si era sol, se gozaba del sol. La congestión del tráfico y la inseguridad no eran motivo de preocupación. La figura del policía, del ladrón, del juez, del fiscal, del abogado, no contaba, ni siquiera se conocía su existencia y su necesidad de ser. Las pocas enfermedades; se curaban con las mismas plantas que convivían en el entorno; si,  digo convivían, por que se les respetaba su espacio y su existencia misma, se les agradecía por la bondad de dar curación, sin tener que pagar patentes, ni recetas ni estafadores que traficaran con el dolor para hacer fortuna y lucir unas apariencias degradantemente vanidosas y lujosas. No existía la discriminación, todos los seres vivientes se respetaban mutuamente y cada cual iba a su función, sin pretender por ello ser más que los demás ni menos que los otros. La preocupación por los servicios de agua, aseo, electricidad, alimentación,  vestimenta, fuente de empleo, transporte y educación; era inexistente.

    Un día,  llegaron unos barbaros a esas tierras soñadas y, de realidad palpable. Ellos no conocían de la existencia de esos territorios,  creyeron estar en otro paraje. Mas cuando vieron el esplendor, la variedad y las riquezas de ese paraíso, procedieron a exterminar a los habitantes originarios, les despojaron de todo lo poseído y los llamaron salvajes, flojos e ignorantes, les mataron su fe y su religión, les inculcaron por medio de la tortura y el maltrato extremo, un nuevo dios, que exigía sumisión absoluta, entrega total y no les retornaba ni una gota de agradecimiento. Se auto nombraron dueños de las tierras y se las repartieron con títulos en el nombre de un rey que no tiene más derechos, que los que la sanguinaria mano y armas le dan. El resto de esta historia todos la conocemos.       

     Pero hoy, lo que se oculta, lo que se esconde entre avisos de publicidad de la gran prensa y de los medios audiovisuales, es que en los territorios de la guajira, vive un pueblo, que sobrevivió al genocidio que empezó alláaaa… En 1492. Ese pueblo es bautizado como los “Yukpas”.  Como es natural en la sociedad que nació por imposición de los invasores españoles del pasado, el Yukpa, no merece tener justicia. Son asesinados  sus hombres mujeres y niños, y los encarcelados son ellos. La terrofagia heredera de los despojadores colonialistas, les arrebatan las pocas tierras que les quedan monte adentro, a donde fueron empujados a sobrevivir en condiciones de precariedad, por la pujante civilización capitalista, los tratan como animales, en ocasiones las fuerzas que deberían en el papel; garantizar los ¿derechos? De los sobrevivientes Yukpas, se convierten en cómplices de los ilegales y sirven de apoyo a la injusticia.

El colmo es que eso está pasando en una Venezuela que se dice revolucionaria y que aprobó una constitución nacional que garantiza a los indígenas sus derechos humanos inalienables ¿Por qué no se les hace justicia a los perseguidos inocentes Yukpas? - http://www.aporrea.org/ddhh/n154534.html - ¿cuando cesará la persecución que se inició en 1492 contra los legítimos propietarios de estas tierras? ¿Donde están los asesinos de la familia de SABINO ROMERO IZARRA?   ¿Por que no están presos? http://www.aporrea.org/ddhh/n154479.html ¿Hasta cuando se tuerce la justicia para sancionar al débil jurídico y económico, y favorecer al poderoso explotador? ¿Existe o no estado de derecho? Será que el debido proceso solo existe para quienes pueden pagarlo y no tienen una estigmatización social. Compatriota Luisa Estela Morales, Ud. conoce de las injusticias que se cometen en Venezuela desde la cuarta república y  lamentablemente ahora en la quinta, en contra de los débiles, Ud. ha sido victima de esa injusticia, Ud. conoció la injusticia en contra de los campesinos y luchadores sociales de Los cañizos -  palo quemao, estoy seguro que su condición de ser humano al servicio de la justicia, no va a permitir que se les siga violando sus derechos a los hermanos SABINO ROMERO IZARRA , Cacique de la Comunidad de Chaktapa de la Sierra de Perijá, ALEXANDER FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ , miembro del pueblo Wayúu, y a OLEGARIO ROMERO , Cacique de la Comunidad de Guamo presos injustificados. Las prisiones deben ser para los violadores de las leyes y asesinos de inocentes, no para los pobres o los pueblos discriminados socialmente. En Ud. confió compatriota que se hará justicia en Venezuela a favor de quienes tienen la razón y lamentablemente son los encarcelados hoy en un cuartel venezolano.

  javierdelvallemonagas@gmail.com



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Javier Monagas Maita


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