Devaluación, masaje a las almas

El Estado, único dueño de la plata y cualquiera sea el equipo que esta en el poder y el estilo de su ideología, tiene que ser serio y poner en orden la economía reduciendo los despilfarros y la inflación alimentaria, actividades de lujo. No se puede acusar a los muertos de sabotaje.

Se puede prever con seguridad que la especulación aumentara porque el control dura lo que el presidente ordena, se hablara menos de la desgracia de ser obligado a consumir alimentos importados que no podrán ser vendidos a la adquisición anterior sino a la actual para no quedarse sin reservas. Luego el pueblo, se dará cuenta que los sudores y las preocupaciones de la economía no han desaparecido con la devaluación, que el trabajo tiene menos rendimiento como en el régimen capitalista, y que las preocupaciones del abastecimiento pasan por el costo del transporte al traer los productos de más lejos. Y que la escases seguirá sujeta a los tramites de las importaciones y serán tan obsesivas como el desarrollo industrial y, ¿Cuándo nuestra producción?

Los jóvenes intelectuales descubrirán que los móviles económicos no han desaparecido de quienes rodean al presidente Chávez. Estarán muy sorprendidos tiempo después de no ver aparecer al hombre y mujer nuevos, continuaran con la plata de bolsillo entregada por un Estado paternalista. Todo esto es tanto más difícil de prever cuanto no es una previsión, sino una descripción, de lo que todo el mundo puede observar.

La huida fuera del presidio económico representa la devaluación, hacia el paraíso del sector terciario y del funcionarismo. Esta huida obligada es señalada por la inflación y por la propaganda que se nutre de si misma, por la cultura de las actividades consumistas que no podrán ser reguladas solo con advertencias. El petróleo todavía evita escapar al reino de la dura necesidad de pueblos hermanos que no lo tienen o al menos en la cantidad que hace gala Venezuela. Cuando además se da oficialmente el titulo de buena conciencia a esta huida con los temas convenidos contra la sociedad de consumo, pero que en realidad es, contra la sociedad de producción, hacia una civilización de distracciones políticas, económicas y culturales, la huida se convierte en una oleada irresistible.

La crisis revolucionaria es económica muy diferente a las previstas por Marx. Es económica por la incapacidad del gobierno de hacer la guerra total a la inflación, conducidas por políticos que no dejan que la masa sea consciente de tales contradicciones. Llevamos años con las contradicciones entre el incremento salarial y la especulación y sobre la diversidad en la producción con la inflación, ligada al desempleo, esta relación cuantitativa, exige como condición para la revolución masajear las almas, porque esta no cambiara mientras sostengamos la importación alimentaria. Inflación la más alta de América Latina en el 2009.

Sin un pensamiento correcto el pueblo no puede ser consciente de su situación socio-.económica, corre el peligro de seguir a tientas en el proceso, de tal suerte que no puede ayudar a destruir las relaciones capitalistas de sus relaciones económicas y culturales, por el escasísimo conocimiento sobre economía social de los funcionarios ejecutivos del gobierno.

La relación entre economía y desarrollo social es tan antigua como el mundo. El dinero es la dura necesidad que hay que suprimir sugiere el gobierno, sin mucho se puede tener una mejor vida. Sin embargo, desde el gobierno no se ha podido controlar la inflación y la corrupción, para devaluar el bolívar que, nunca fue fuerte, sobre un dólar que cae en picada y es la moneda mas devaluada del mundo. Utilizada para especular y hacer trizas las monedas locales. ¿No que éramos autónomos e independientes?

El juego político- económico ante la especulación y la inflación cansa, destruye las expectativas socialistas, no importa la nobleza de las decisiones políticas porque sabemos que están llenas de imprecisiones. El esqueleto de toda sociedad es económico, es visible bajo la piel o el plumaje, así como la sociedad es religiosa. La rebelión contra el dinero no tiene fundamento real ni científico. La producción, la rentabilidad, la comercialización, forman parte de todo gobierno, lo que cambia es la forma de distribución de las riquezas del país con equidad social, es lo que distingue a un proceso revolucionario camino al socialismo.

En una situación pre socialista, el Estado sintiendo el aumento incesante de sus necesidades políticas, lucha contra la baja tendencia de sus propias ganancias. Hace extracciones cada vez mayores sin poderse apartar del neocapitalismo; aumenta por una parte los sueldos, promete por otra parte a los obreros ser parte de la participación, sin producción alternativa y sin poder controlar la inflación y el desempleo. El resultado es exactamente igual a las contradicciones económicas del capitalismo. En realidad es una situación de auto contradicción agravada por la situación internacional.

No necesariamente la expropiación como la devaluación es la terapia apropiada cuando no hay una economía actualizada ligada a la actividad productiva diferenciada que contrarreste el desempleo para mejorar la inflación. En economía los buenos sentimientos no siempre identifican a los adversarios. Detrás de la cortina de humo de la economía, no son solo los capitalistas los que están escondidos.


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Raúl Crespo


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