Si son ciertas las predicciones de los expertos en la materia, estamos a las puertas de una sequía considerable, que originará, en los próximos meses, una crítica escasez de agua en La Gran Caracas. Los embalses que surten la ciudad  no se han llenado lo suficiente durante el escuálido invierno que afrontamos y amenazan con permanecer vacíos durante el verano que se avecina. 

Por lo tanto enfrentamos en esta región un potencial racionamiento de agua, a partir de esta fecha, el cual ya se ha anunciado por las autoridades respectivas, que debe ser analizado con detenimiento, en vista de la gran cantidad de personas que serán afectadas por el fenómeno. 

1. Si el fenómeno es climatológico, como en efecto lo es, no hay nada que podamos hacer para evitarlo. Sencillamente ha llovido menos de lo previsto y por lo tanto los embalses que surten de agua a la capital del país  no se han llenado lo suficiente.
2. Ante esta circunstancia, irremediable hasta el próximo invierno, mes de mayo del 2010, no queda otra cosa que administrar con eficiencia el agua que tenemos.
3. Una gran parte de la población de la Gran Caracas, los más pobres por cierto, ubicados en las barriadas populares, han venido padeciendo de escasez de agua desde tiempos inmemoriales, por supuesto serán los mas afectados ante la sequía que se avecina.
4. Por lo tanto, es de considerar como un hecho positivo, que esos habitantes de los barrios saben que hacer para remediar la escasez de agua, por lo que no hace falta regañarlos, ni increparlos para que tomen medidas que ellos aplican desde toda su vida, como pretenden hacer algunas autoridades.
5. Si el agua se derrocha, no es precisamente en las barriadas populares, Se derrocha por ejemplo en los auto lavados que no recirculan el agua como dicta la norma. En el riego de jardines y áreas verdes de la ciudad y de las viviendas, en las fugas de agua por tuberías del sistema de distribución obsoleto y falta de mantenimiento, en los clubes privados y del gobierno, donde se deben mantener, las piscinas, los campos de golf y los enormes jardines, a fuerza de mucho agua.
6. En los edificios de la clase media caraqueña, también saben que hacer cuando se anuncia un corte agua; los condominios en su gran mayoría están preparados para ello y basta con que el conserje cierre el hidroneumático bajo un plan establecido por los propios vecinos y se evita de inmediato cualquier despilfarro de agua que los afecte a todos.
7. En cuanto a los comercios, principalmente restaurantes y hoteles, no me queda la menor duda que sus gerentes establecerán los programas que permitan la menor perturbación posible de sus operaciones.
8. Entonces nos quedan las autoridades, quienes son los que tienen que administrar todo el proceso de racionamiento, establecer las normas claras y sin privilegios y sin echarle la culpa ni regañar a nadie y menos aún dudando de la iniciativa y experiencia de las personas recomendándoles soluciones baladíes y anecdóticas que en nada ayudan a la solución del problema. De la eficiencia de sus actividades y de la claridad con la que se le hable a la población, dependerá que un fenómeno climatológico no previsible, podamos manejarlo sin grandes traumas, o por el contrario que se convierta en una tragedia nacional, si no se toman las medidas adecuadas. Todo está basado en la selección de las personas que se encargarán del asunto: con poca eficiencia y experiencia, un problema que enfrentan otros países sin muchos traumas podría ser, conjuntamente con la escasez de energía eléctrica, el talón de Aquiles de las autoridades.
9. Sin embargo, no está demás utilizar algunos trucos de nuestros abuelos: rezar a San isidro, y apelar al brujo del barrio, pudiera traernos una buena lluvia de última hora.