Del nuevo poder constituido al poder constituyente

Para 1998, en medio del debate electoral y la propuesta del comandante Hugo Chávez Frías de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, se incorporó al discurso impugnador de las corrientes populares, la necesidad ineludible de derrocar el viejo, corrupto y putrefacto Poder Constituido de la Cuarta República, como condición necesaria para avanzar en la refundación de República.

Tiempo después, el mismo comandante Chávez, acerado en el duro combate contra la ofensiva burguesa-imperialista de 1999-2003 y, esclarecido, aún más en sus lecturas y debates con revolucionarios y pensadores de diversas corrientes, acerca del carácter del Estado de la Transición y su papel en la construcción del Socialismo, propuso a la vanguardia revolucionaria y al pueblo bolivariano, no “refundar”, sino construir, una nueva República, afirmando que, toda refundación suponía, de suyo, una versión “modernizada” del mismo orden capitalista opresor, por lo que, la dirección histórica de este proceso debía dirigirse a la construcción del Estado de la Libertad, la Igualdad y la Justicia, es decir: El Socialismo.

Todo el esfuerzo político desarrollado en el marco de las coyunturas favorables que se presentaron durante la segunda etapa de la revolución bolivariana, (2004-2008), han permitido avanzar en el desmantelamiento del viejo Estado, pero se hace evidente la pérdida del impulso de destrucción del viejo Poder Constituido y la aparente consolidación de valores e instituciones políticas de la Cuarta República que, anudadas en el nuevo aparato del Estado de la Transición, intentan desviar o retardar el tránsito hacia el objetivo histórico de los pueblos: El Socialismo.

Ello es posible porque se ha perdido el espíritu constituyente de 1999, reemplazando el “poder movilizador del pueblo y de las ideas”, por decisiones “bienintencionadas” de responsables de los órganos del Estado, frenándose así, el Poder Constituyente del Pueblo Soberano, que tiene la responsabilidad política de destruir las bases ideológicas e institucionales del Poder Constituido de la Cuarta República y del nuevo Poder Constituido que se haya impregnado de sus valores.

La muestra más de esta renuncia a impulsar el Poder Constituyente del Pueblo Soberano, se expresa en los espacios municipales y estadales, en donde el viejo orden jurídico burgués sigue intacto, donde no se convocan procesos constituyentes para adecuar sus normas a la nueva Constitución e, incorporar, las nuevas instituciones surgidas de las victorias populares del periodo 2004-2008, por lo que la participación democrática y protagónica del pueblo es reducida a algunas pocas “consultas” que legitiman las decisiones tomadas por el aparato del nuevo Poder Constituido.

En estas circunstancias, es correcto el llamado del comandante Chávez a retomar el Proceso Constituyente, uno de los aportes fundamentales de la revolución bolivariana al proceso de cambio en Nuestra América, con el fin de derrocar los vetustos edificios del viejo Poder Burgués y avanzar, con la participación democrática y protagónica del Pueblo Soberano, en la construcción del Estado de la Libertad, la Igualdad y la Justicia: El Socialismo.

El próximo Congreso del partido, PSUV, deberá dirigir el nuevo rumbo Constituyente, abriendole espacios del pueblo bolivariano en la construcción de su proyecto histórico.

yoelpmarcano@yahoo.com


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Yoel Pérez Marcano


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