La solidaridad internacional
del G7, se reforzó, en el curso de una lucha sin cuartel contra la
intriga de la misma burguesía capitalista. Los imperialistas están
divididos, al mismo tiempo están más unidos por el odio a los revolucionarios.
Absueltos los villanos del
G7, causantes de la crisis financiera que se transformo en una crisis
del sistema. Después de la reunión del G20 en Londres, continua el
imperialismo económico, subordinando a los pueblos mediante programas
de ayuda, sosteniendo el fascismo político y la economía de guerra.
El G20 integra el régimen capitalista mundial, pero no forma parte
del exclusivo club imperialista mundial del G7. Londres, desnudo las
flaquezas de Brasil y Argentina y las bajezas de China y Rusia, esos
países hablan de seguir su propio camino…con el nuevo capitalismo
en su desarrollo. Supuestos gobiernos camaradas, no entendieron la magnitud
de su oportunidad, para cumplir su deber con altruista convicción social.
La agresiva política desplegada
por Estados Unidos, un mes antes de la reunión del G20 en Asia y Latinoamérica,
dio sus frutos. EEUU continúa respaldado por Europa y China, economías
interdependientes. Destinan el 2% de su PIB para salvar al mundo, ridícula
cantidad cuando han invertido más de 4 billones desde los orígenes
de la crisis para salvar la arquitectura bancaria de EEUU, este se ve
obligado ha endeudarse, Europa a pesar del euro, es el eterno dependiente
de la protección nuclear norteamericana, pero ofrece expansión con
la OTAN. China mientras tanto, necesita sostener su crecimiento sobre
el 8% para generar empleo y satisfacer las demandas de su mejor socio
comercial, los norteamericanos, estos a su vez, les vende papeles del
tesoro. Vicioso sistema, principal fuente de tensiones a nivel global.
Súbita sensación, que no
hay lugar en la tierra para toda la humanidad y el socialismo. Quieren
convertir a Irán, Venezuela, Corea del Norte, en barriles de pólvora,
para presionar con negociaciones tipo ultimátum. Con esa diplomacia
impuesta, inclusive para China y Rusia, Washington, da al “mundo libre”,
la vara, para medir las amenazas subsiguientes. Es una diplomática
y sistemática forma de agresión. Viejas estrategias de amenaza con
otro diseño, abren una renovada ofensiva de propaganda. Sus blancos,
los gobiernos progresistas, los norteamericanos insisten en protegerse,
con la típica historia de seguridad nacional que hace opción de la
fuerza, para frenar el antiamericanismo en aumento. Desde Londres, se
fortalecieron las andadas imperialistas para reducir a la servidumbre
a las naciones débiles.
No podemos olvidar a los revisionistas
rusos, reducidos a tratar exclusivamente la reducción del armamento
nuclear, sainete que se viene dando desde los años 70 del siglo pasado
que nadie cumple, para expresar los intereses de la paz y la guerra.
Política incorrecta de Rusia en las actuales circunstancias por la
división que acarrea en la orbita socialista, agravando la integración
internacional, porque con China se disputan los favores norteamericanos.
Política cómplice de Hu Jintao, respecto al satélite norcoreano manifiesta,
que ellos abogan por el equilibrio en la región. Y, Dmitri Medveded,
dice, no querer continuar con la guerra fría, cuando le instalaron
en sus narices elementos misilisticos, además de estar cercado por
la OTAN en su mismo perímetro. A los chinos, les tratan en Londres
como una economía emergente. Al momento, no podemos contar ya, con
la solidaridad de estos dos grandes, otrora independientes, libres y
dignos, convertidos en lacayos serviles del capitalismo.
El G20 avalo la política económica
levantada para la reconstrucción del capitalismo. Reservas en oro de
varios países y un billón de dólares para el BM-FMI, con ganancias
futuras al campo neoliberal, es decir, continuara el sectarismo, negativo
y rígido a solucionar problemas de pobreza de 3000 millones de personas,
y continuara con la industrialización en base al petróleo y carbón.
La emisión de gases de invernadero hacia la atmósfera seguirá, sin
pronta solución por obra y gracia del G8. Las otras naciones al ser
emergentes, son tratadas como tal. Colaboran con la expansión de la
OTAN y de los EEUU, con lo proporcional al billón de dólares, mientras
la OTAN y el pentágono, dedican el grueso de sus inversiones a proyectar
y consolidar la nueva campaña militar en Afganistán y Pakistán,
y Corea del Norte. Con seguridad en poco tiempo veremos una escalada
de conflictos, en donde India y Japón con Corea del Sur se verán comprometidos
a través de Pakistán y Corea del Norte. Esa la jugada de EEUU, en
ese lado del mundo. El capitalismo necesita de conflictos para sostenerse.
Nuevo despliegue del imperialismo
económico, con nuevas constelaciones de estrategias informativas, encargadas
de hacer aparecer a Obama, en un nuevo papel de pacifista conciliador.
En ese aspecto, no es una prolongación de la política anterior.