¡Venezuela libre de drogas!

La tecnología de la prevención no avanza tan fácilmente como la tecnología de la recuperación, sobre el consumo de drogas, porque amenaza demasiados intereses ocultos.

Son muchas las personas e instituciones que planifican y re planifican métodos para combatir la inseguridad, llevan a cabo cambios y creen descubrir mejoras en los índices de violencia. A la larga, las cosas continúan igual o peor. ¿Por qué? Porque, el factor político de resultados inmediatos es decisorio. Las cabezas visibles de las instituciones requieren resultados inmediatos para salvar sus puestos. No le dedican demasiado tiempo e investigación a la palabra prevención, la manipulan ante la complejidad que presenta, la utilizan comparativamente como bueno, para reducir la violencia este fin de semana o mes, así engañan a la gente en sus problemas. Sin profundizar, en donde realmente nace el problema que lo alimenta, para que siga existiendo. El negocio de la droga, es utilizada muchísimas veces en la guerra sucia contra intereses geoestratégicos. Por eso la droga es un arma de guerra. Así hay que verlo, para superar la indiferencia y conformismo cultural respecto a la prevención.

El efecto preventivo consiste en que la gente no consuma drogas no solo en un ambiente en que no puedan hacerlo, sino, que en otro ambiente no lo hagan, aunque pudieran hacerlo. Es algo que no tiene nada que ver con la actitud de saberlo todo, de quienes fungen como directores o presidentes de institutos de drogas. En todo lado hay expertos, Ud, habla con ellos y de la A a la Z conocen la teoría. Sus prejuicios, evitan dar una interpretación eficaz de la conducta humana y de la cultura social. Llenos de detalles irrelevantes y discriminatorios. Por muy dramáticos que puedan parecer sus argumentos, el énfasis en aquellas características siguen siendo triviales, así como las referencias de los índices, siempre manipulados, no sirven para prevenir ni impactar.

Nadie está en posesión de un mejor método para recuperar al adicto, peor para prevenir el consumo. El estudio de los sentimientos y los estados mentales acaparan la atención de quienes preparan a los psicólogos, sin dar paso a las alternativas de masa. Y, esa no es forma de prevenir cuando se discute como enfrentar el negocio de las drogas que afecta nuestras sociedades. Por una parte, porque han prevalecido durante mucho tiempo ocultas en las universidades. Individualmente, es muy difícil observar la conducta de la adicción como tal, porque esa es una acción de ambiente. Así, la prevención ha permanecido oscura por ignorancia de su misma naturaleza, para poder descubrir el significado de las contingencias sociales y las contingencias del ambiente permanecen fuera de los parámetros de la prevención. Contingencias preparadas en las universidades por profesores ignorantes de la complejidad de la vida cotidiana. Desde ese laboratorio, no se puede ver lo que sucede en el cambiante negocio de la droga, del cual el ambiente y sus contingencias son su territorio y su economía.

Los esfuerzos aislados nunca darán resultados. Sin embargo me llamo la atención, la preocupación de la fundación Hombre Nuevo y del Núcleo Simón Bolívar, por la prevención. El titulo de este artículo corresponde al Sr. Raúl Bracho, quien escribe para aporrea y muestra sensibilidad por la ignorante, indolente, egoísta y sectarista, posición del burocratismo público. Son personas que no quieren claudicar, aun al ver, como las instituciones encargadas de asumir este problema, no lo hacen porque no saben lo que implica prevención y sus implicaciones de desequilibrio psíquico masivo, que repercute en los valores producidos por el ambiente. Situación enfermiza esta.

Cada país debe estudiar su propio caso, por sus peculiaridades, para prevenir de mejor manera el efecto de las drogas. Si es productor o es utilizado como transito. Si el sistema político del país vecino es a fin con la nación que proyecta a escala nacional la prevención, o por el contrario, dispone de un plan para desestabilizar a sus vecinos como es el caso de Colombia. El mayor productor de cocaína del mundo, negocio rentable que los Estados Unidos quieren acaparar no destruir, son entre otros elementos, los que se deben considerar antes de entrar a la prevención, con lo mas primario y discutible, en las escuelas y colegios, entre otras facetas porque llaman más la atención del adolecente, por la curiosidad, ya que no se considera en esa prevención, la situación real de su hogar y su ambiente.

La prevención debe estar más allá de la interpretación, es una acción práctica accesible para llegar a entender las relaciones entre la conducta y el ambiente, la prevención ayuda a descubrir nuevas formas de cambiar la conducta. Estas, las líneas maestras de la prevención, se proyecta un trabajo de producción para modificar la conducta, y, a partir de ello, la preparación de contingencias relevantes y duraderas. La tecnología preventiva ha sido más eficaz donde la conducta puede ser especificada con mayor facilidad y las contingencias apropiadas efectivamente construidas. Existen muchas variables y muy diferentes formulaciones, pero todas deben coincidir en lo esencial: la conducta puede cambiarse cambiando las condiciones de las cuales esa conducta es función.

Estímulos temporales, utilizados de manera temporal por quienes ejercen el papel preventivo, para justificar un ambiente falto de valores morales. Lo que la adicción nos dice respecto a sus experiencias sensibles, no es utilizada en la prevención, no pasan del oído del psicólogo, como estrategia de tratamiento. Solo proyectan conjeturas, ni siquiera verosímiles acerca de lo que anda mal en las contingencias sociales, pero, debemos acudir a las contingencias si queremos prevenir, ya que son las contingencias las que deben cambiarse, si es que queremos cambiar la conducta, con ella, promover la cultura preventiva.

rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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