Antes de que usted fuera usted

Pese a que en los últimos meces se han publicado infinidad de artículos e informes sobre la crisis, estos siguen siendo temas en que la gente prefiere no pensar. No obstante la cruda realidad nos obliga a hacerlo tarde o temprano.

La vida humana en el sistema globalizado casi no vale nada. Tiene una identidad donde todos sus datos constan en la cedula, pero el papel en la vida que usted debe cumplir es impuesto por un sistema globalizado que no lo considera para nada, en este segmento esta la gran mayoría de los seres humanos, excepto para estadísticas lamentables por estar sujetos a la ley del capitalismo y a sus modelos de muerte, pobreza, guerras, analfabetismo, exterminio, desigualdad, realidad que infunde temor al sufrimiento, al dolor y, a las consecuencias de no tener otra opción salvo la de dejar de existir para aliviar la frustración. Sin importar cuales son las convicciones la idea de que la crisis se agudice y todo se termine de complicar extrémese a millones. Para colmo, la ciencia siempre fue absorbida por el capital poco o casi nada ha hecho para resolver la pobreza. Ningún biólogo, químico, físico, ha podido despertar una expectativa que alivie el dolor al pobre. En esa clase social usted no es usted.

Es probable que no exista una expectativa más activa, inclusiva, desconcertante y persistente que la revolución bolivariana, donde el pobre es tratado como un ser humano, digno, con derechos y deberes, tan importante es, que de el depende que la revolución se sostenga. Su participación es fundamental para la construcción del socialismo.

Durante milenios mentes brillantes de todas las civilizaciones han planteado al socialismo como un paso al comunismo quitándole la identidad ideológica propia al socialismo. Grave error del manifiesto comunista escrito hace 200 años, por cierto muy importante para esa época, pero la realidad es que los comunistas solo han producido una maraña de teorías y mitos imposible de construir y sostener a lo largo del tiempo. Siendo fiel a la verdad que no le pertenece a nadie, la confusión es de la multitud de interpretaciones que han ensuciado con mentiras y leyendas el camino a la igualdad. La verdad es esta, no hay un comunismo o socialismo que recordar. Antes de que nuestros padres nos engendraran no existíamos como tampoco un modelo de izquierda en el cual basarnos. La conclusión lógica es que las revoluciones nos devuelven la esperanza en un estado de conocimiento y conciencia de vida, de desarrollo, del cual nunca debimos apartarnos, porque los seres humanos no son distintos. Los sistemas del capital nos hacen desiguales.

Como consecuencia, en el capitalismo la muerte miserable es para los pobres y no podemos seguir pensando que es una parte normal de la vida cuando hay monarquías que antes de que sus hijos nazcan ya tienen asegurado su futuro de opulencia y mueren siendo ricos. En revolución eso ya no tiene nada de normal ¿Por qué? Porque el deseo natural de vivir es desarrollarse en una vida de crecimiento digno, y libre de conciencia gracias a la salud y a la educación en un sistema justo y soberano. El hombre y mujer no solo desea la vida, quiere y busca la igualdad de oportunidades para mantenerse ocupados y ser productivos. Su capacidad de aprendizaje no tiene límites, esa su superación en una revolución. La capacidad de adaptación a cuanta complejidad se presente esta demostrada por todos los pueblos revolucionarios en el transcurso de estos últimos años. La creatividad, la reflexión, son baluartes para construir un socialismo.

Mucho de ese potencial se mantiene intacto cuando el sistema permite que usted sea usted, por el estimulo intelectual que te responsabiliza por tu futuro con salud, educación y en paz, deseo innato de toda persona, el crecimiento y la seguridad del desarrollo para todos. La participación es fundamental para que las personas desarrollen sus capacidades por completo ejercitando su derecho revolucionario a participar en cuestiones públicas al tiempo que promueven la equidad y la autonomía, aspectos importantes para alcanzar un socialismo sostenible logrando los acuerdos pueblo-gobierno basados en superar la pobreza, la discriminación y la falta de soberanía.

Encontramos repulsiva la idea de continuar con un sistema fracasado e impuesto. Morir en esas circunstancias nos resulta difícil porque toda revolución indica vida más allá de la muerte capitalista. ¡Que enemigo tan implacable por su crueldad es el capitalismo¡ Una revolución te permite vivir en una nación restaurada.

rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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