Modorra astral de la derecha

En varios escritos ya hemos sostenido que la lucha política y por el poder en Venezuela tiene una profunda carga ideológica, que ha venido ensanchando los espacios para enfrentamientos de extraordinaria dureza entre partidarios del proyecto revolucionario y los seguidores de la derecha fascista. Ahora bien, no es esta una lucha que se inicia con el ocaso del puntofijismo sino que viene de mas atrás, particularmente de las fuertes tensiones acumuladas en el seno de la sociedad venezolana que desde el Siglo XIX sufre desigualdades económicas, políticas y sociales, marcadas por el desequilibrio entre las elites y el resto de la població

El fracaso del proyecto puntofijista no sólo representa el fiasco de un modelo político, sino también el de la democracia representativa y, sin lugar a dudas, también el de una casta de dirigentes que fracasaron cuando dirigieron el poder y que hoy se presentan con la misma perorata pretendiendo dar cátedra en el ejercicio de gobierno. Lamentablemente muchos de ellos han logrado espacios de poder, cuando su discurso es que vivimos en Venezuela una feroz dictadura.

Precisamente, la proclamación de la Quinta República a partir de la Constitución Bolivariana de Venezuela de 1999, llevó al poder a una nueva generación de hombres, mujeres, intelectuales y gente del pueblo, animados todos por una visión planificada del país y una nueva orientación de la sociedad para construir lazos de hermandad más fuertes y más solidarios. A partir de entonces la mayoría adormecida y excluida, que abarcaba a millones venezolanos y venezolanas, despertó y el con ello el alma de la nación recobró aliento para salir del aislamiento e insertarse en un auténtico proceso de cambio y transformación.

Demolida la estructura puntofijista e instalado el nuevo sistema político, la República Bolivariana de Venezuela se involucra cada vez más en las grandes cuestiones internacionales del momento. Partiendo de un proyecto nacional y con el nuevo estatuto de democracia participativa y protagónica, le ha permitido encontrar voces en América Latina, que han asumido los cambios revolucionarios experimentados en Venezuela como auténticos ejemplos a seguir. Países como Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, solo por nombrar algunos, han iniciado procesos revolucionarios que apuntan a la instalación de gobiernos de amplia base popular. Por supuesto, los poderosos grupos elitescos, de pensamientos racistas y defensores de los postulados del capitalismo, han puestos todos los obstáculos para detener los proyectos revolucionarios y así reconquistar ellos los espacios que perdieron. No obstante, por más pataleos, llantos y gritos que den, no les queda otra opción que someterse a la voluntad de la mayoría. Aunque la derecha opositora a veces se abstrae y no quiere aceptar esa realidad política y en una especie de modorra astral piensan que ellos ganaron diecisiete gobernaciones, doscientas sesenta y cinco alcaldías y que los votos del PSUV son polvo cósmico.

*Politólogo

Eduardojm51@yahoo.es


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*Eduardo Marapacuto


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