¿Por qué no para siempre?

Solo quiero apagar el televisor por un instante

Los medios son el mejor medio
para perder el miedo...

(Yo)



Quisiera cerrar ahora el televisor para recordar otras cosas. Quiero recordar aquella nube de estrellas que me arropó cuando era un niño en un campo cerca de La Paragua; maravilla que solo me la regalaría la suerte en dos ocasiones de mi vida. El resplandor de la civilización entonces no tenía la fuerza suficiente para cegarnos y apartarnos del universo.

Quiero cerrar esa conspiración permanente para jugar con mi memoria. La brisa que acaricia y el sol que se oculta coloreando de rojo mi rostro. Un pescador que recoge las redes y se funde en el olvido de un paisaje que lo vio nacer y espera verlo morir. El salitre que ataca las rejas, se las come, se atraganta de hierro y pasa el tiempo como si no pasara, Virgen del Valle, patrona de Oriente.

Quiero olvidar al traidor que insiste en matar mi esperanza para dejar que me alcancen aquellos tiempos de moriche y estero, cuando el llanero le canta al ganado para verlo parir la fe que urge, que te apura, que se expande por Apure, Guárico y Portuguesa. El olor a mastranto que se llena de raíces insertas en esta querencia por mi tierra.

Quiero hacer un alto y tener el poder de apagar a los medios que asesinan el alma de los pendejos. Volar alto y recorrer los picos para reparar el techo que me quieren robar. Tomar en la mano la nieve y helar sus intenciones hasta el fin de los tiempos. Atrapar en el aire su economía, su publicidad de cabrones, sus barras y estrellas para colocar en el cielo mi tricolor y estas siete estrellas que algunos no aprecian y pretenden vender.

Quiero vigilar las fronteras del este, oeste, sur y, sobre todo el norte, para que el gringo invasor no pase y me joda la vida como un juego de trompo, afilando las flechas de sus tanques y tropas; preparando mi fusil de dignidad y decirle en la cara ¡Yankee Go Home!...

No quisiera sentir la rabia impotente de los que tienen la razón y acaban en un hoyo de mentiras, manipulaciones y sobrada energía del dólar pagado para llenar mi tierra de la sangre que mis hermanos propusieron al mejor postor.

Estoy en la sonrisa del cerro, en el valor del médico que acude a tiempo, en el arado que suda el esfuerzo de una vida que cegaban los terratenientes, en la arepa que amasa mi vieja, en el rojo que se convierte en marea, en esta suerte única que tenemos de reivindicar al latinoamericano, en la lanza indígena que aguantó quinientos años de sotanas, en el chamán que le reza a la luna, al sol, al río, a eso que quieren liquidar con una propaganda de Coca-Cola.

Quiero exterminar la locura del brillante, del que se cree mejor, del que busca esclavos, del que le cala un uniforme al wayú para hacerlo su sirviente predilecto, del que te coloca en una cola para firmar mariqueras, del que habla por ti y no te representa, del que te vende en una imagen de turismo, del que está vigilante cuando protestas, del que te grita ¡Comunista! cuando exiges pan, del que te habla de carros, de la moda en París, del pantalón en New York y te inyecta en la moral una pila de números que no acabas de entender.

Quiero encontrarte Cisneros, Ravell, Camero, Granier, amarrarte a una silla y pasarte hasta el 2021 documentales de los Tepuy, de los Valles de Aragua, de Playa Colorada, del Cerro El Bachiller, de las fotos de los camaradas que murieron mientras ustedes celebraban en la Digepol.

Quiero llenar mi rabia de flores, pero no ser el pendejo que te deje escapar; explotador, mercader de la información, prostituta del gringo que empantana con gusto sus botas en el petróleo para que ustedes le pasen la lengua y pulan sus botas de carnicero.

Solo quiero cerrar por un momento la televisión y buscar un rostro en mis barrios que me regrese la fuerza para seguir luchando por un mundo mejor.

Empresario, cura, militar traidor, policía verdugo de tus hermanos… La muerte no vale nada para quien defiende su tierra… Puede rondar nuestras vidas, puede ser compañera de lo inevitable… Puede, acaso, venir por donde menos la esperas… Allí estaré esperándola para desviarla y hacerla mi amiga, no así cómplice de su terror…

Solo quiero apagar el televisor por instante… ¡Si, señor!

mario@aporrea.org
msilvaga@yahoo.com



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Mario Silva García

Comunicador social. Ex-miembro y caricaturista de Aporrea.org. Revolucionó el periodismo de opinión y denuncia contra la derecha con la publicación de su columna "La Hojilla" en Aporrea a partir de 2004, para luego llevarla a mayores audiencias y con nuevo empuje, a través de VTV con "La Hojilla en TV".

 mariosilvagarcia1959@gmail.com      @LaHojillaenTV

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