Las políticas monetarias de los Estados Unidos

La Guerra del Dinero

Traducido de www.irakwar.ru por Ángel Cristóbal Colmenares E.

Los EE.UU están desarrollando una "silenciosa guerra del dinero" contra el resto del mundo, no sólo intentando devaluar el dólar hasta que la economía empiece a crecer sobre bases sustentables, sino hasta que el empleo empiece también a crecer. Mientras los EE.UU estén dedicados a un 5% de presupuesto y déficit de comercio y a un 1% de tasas de interés a corto plazo, la caída del dólar está garantizada.

Las políticas de nuestro gobierno son extremadamente auto-indulgentes y libertinas. La Tesorería y la Reserva Federal quieren castigar a los ahorristas mediante la continua premiación a la especulación financiera, a la creación del crédito y del gasto. De hecho no hay mejor manera de castigar a los ahorristas que ofrecer una tasa del 1% de interés y una baja del 20% anual en el valor del dólar. Por otra parte, asegurarse de que la Reserva Federal no aumentará las tasas de interés y continuará el flujo ilimitado de crédito hasta que haya suficiente crecimiento en el empleo para asegurar tanto la ratificación del representante de la Reserva como la reelección del Presidente. Estabilizar el dólar será problema de nuestros socios comerciales.

Si cualquier país desea traer saneamiento y estabilidad a los mercados mundiales del dinero, no serán los Estados Unidos. Dependerá de nuestros socios comerciales "actuar como los adultos y decir no" al niño indulgente. Un dólar en picada parece bueno y es un estimulante a nuestra economía en el corto plazo. Los automóviles importados y otras mercancías más caras y menos competitivas ayudan a nuestra industria doméstica. Las corporaciones estadounidenses pueden traer ganancias del extranjero (las ganancias en Euros parecen 30% mejores que los dólares de EEUU cuando llegan a casa.)

En la actualidad, algunos de los países que están siendo aplastados por la guerra del dinero son Europa, el Reino Unido, Canadá, Australia y África del Sur. Los países marcados por el "bombardeo de dólares" tienen algunas cosas en común: políticas económicas generalmente legítimas, poco desequilibrio en comercio mayor y un deseo para luchar contra la inflación. Ellos todavía no han "capitulado ante la campaña de bombardeo de dólares" y han empezado a comprarlos para impedir el alza de sus monedas. Mientras sus bancos centrales poseen ya demasiados dólares y están perdiendo de sus contribuyentes decenas de millones de dólares, no han firmado para comprar cantidades interminables de dólares adicionales para mantener a sus monedas controladas.

Por otro lado, los japoneses y chinos parecen haber capitulado. Ellos comprarán cualesquiera y todos los dólares necesarios para que EEUU viva más allá de sus medios, pero sólo harán esto con tal de que nosotros les enviemos nuestros trabajos. Comprando los dólares, los bancos centrales extranjeros ayudan a mantener las tasas de interés en los EE.UU. a niveles artificialmente bajos. Con el tamaño de nuestro comercio y déficit del presupuesto sin ahorros, este país no podría mantener su almacenaje, su bolsa de valores ni las burbujas de consumo a flote si las tasas de interés subieran.

En esta guerra del dinero, los japoneses, chinos y el resto de Asia, están "matándonos con la bondad". La guerra del dinero está siendo emprendida con dos metas alternativas: los países deben permitir el alza de sus signos monetarios y sufrir la pérdida de trabajos en Estados Unidos, o deberán comprar la deuda gubernamental estadounidense sin restricción. En tanto los Bancos Centrales extranjeros compren dólares, serán quienes paguen por nuestra guerra en Irak, y serán quienes cancelen cuando un estadounidense compre un Hummer con una segunda hipoteca.

Sin embargo, está quedando fuera de duda que quien compre deuda estadounidense está haciendo una horrible inversión. Para aquellos países que mantengan y compren esta deuda, significa mayores impuestos a sus ciudadanos en tanto el dólar caiga. El gasto libertino de los EEUU y la guerra del dinero son dolorosos para el resto del mundo, particularmente para aquellos países que desean tener políticas fiscales y monetarias responsables y prudentes.

Hay una salida para los otros países, pero no es lo que EE.UU. esperan o querrían para un año electoral. Nuestra Reserva Federal está dando una gran fiesta con el dinero fácil y un dólar débil mientras pide a los gobiernos responsables y a los bancos centrales sufrir nuestra "resaca" por nosotros. No hay ley natural alguna que diga que la única cosa que los bancos centrales extranjeros pueden hacer para bajar la presión a sus alzas monetarias sea emitir dinero y comprar dólares.

Bajo la presidencia de Clinton, el genio de Larry Summers era vender oro para hacer que el dólar pareciera fuerte. Esta política funcionó. La marcha atrás también lo hará. Los bancos centrales responsables que quieren ayudar a los Estados Unidos establecen presupuestos responsables, políticas de tasas de interés y de comercio, deben "comprar oro pero no dólares" para hacer que sus monedas "parezcan débiles". Por otra parte, hay un sinnúmero de cosas que los bancos centrales extranjeros y los gobiernos pueden comprar con nuevo dinero local que ayudará a mantener sus monedas bajas, dar al país algo de valor y no permitir a la Reserva Federal ejecutar una política monetaria adecuada para un marinero borracho. Los países deben "dirigir sus signos monetarios hacia abajo contra el dólar" comprando oro y plata, petróleo y más petróleo, estaño, cobre, cinc, etc. Los países con políticas monetarias y económicas firmes como Inglaterra, Australia y Europa, son principales importadores de petróleo. Ahora sería un momento maravilloso para retomar la lucha contra la guerra del dinero estadounidense imprimiendo algún dinero para consolidar una estratégica reserva de petróleo. Países como África de Sur, Canadá y Australia deben comprar oro, plata y otros artículos que producen para mantener sus monedas bajas. ¡Esta política apunta a su claro interés nacional porque construirá reservas del banco central que conservarán su valor y darán trabajo a sus mineros!

La mayoría de los países no tiene como su clara política nacional "robar los trabajos estadounidenses". Por consiguiente, su política monetaria debe ser una que construya reservas financieras reales y dé a sus ciudadanos algo de valor por su dinero. Sólo Japón y China tienen que jugar a la sucia guerra estadounidense del dinero y mantener bajo el valor de sus monedas comprando capitales en dólares. Manteniendo activos en dólares costará a sus contribuyentes el rescate de un rey porque son ellos quienes están acabando con las fábricas y los puestos de trabajo. Todo lo que los estadounidenses dejarán son deudas masivas y un dólar casi sin valor por moneda.

De hecho, la única manera en que los bancos centrales extranjeros pueden verdaderamente ayudar a los Estados Unidos es tratarlos de la manera como se trata a los amigos bebedores no permitiéndolos manejar borrachos. El lema para los banqueros centrales debe ser: "los Bancos Centrales no Arreglan Suicidios Financieros".

El problema para los bancos centrales del mundo es que el irresponsable presupuesto estadounidense, el comercio y las políticas monetarias amenazan al sistema monetario en su conjunto. Será muy interesante ver qué hacen los bancos centrales extranjeros. La inflación mundial probablemente se mantenga alta.


Richard Benson, SFGroup, es un autor ampliamente publicado en valorizaciones y finanzas especializadas, y un solicitado expositor en conferencias financieras sobre la promoción de equidad para las empresas mercantiles medianas. Antes de fundar el Specialty Finance Group en 1989, el señor Benson ejerció como economista de un bufete comercial para el Chase Manhattan Bank a inicios de 1980 comenzando en el negocio de valorizaciones en 1983 con Bear Stearns, y ayudó a constituir los primeros negocios de valorizaciones en el Citibank y en E.F. Hutton.

Este trabajo puede ser leído en inglés en
http://www.gold-eagle.com/editorials_04/benson012004.html


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