Ciertas relaciones políticas básicas pueden repetirse en una transición revolucionaria, en donde lo particular y lo típico se vinculan de varias maneras, con las condiciones de América Latina, debido a sus orígenes coloniales, a la situación actual y a las implicaciones del traspaso del proceso. El militar moderno, nace, se consolida y evoluciona repitiendo lo típico de la traición de modo peculiar, crean su propia conexión histórica particular como general burgués aprendiz de conquistadores.

Tomemos entonces la cuestión del militar “superior”, en el caso de Latino América tiene ciertas características a nivel descriptivo, tales como personalización del liderazgo político, una falta de psicología de masas y una característica de emocionalidad e irracionalidad o cualquier cosa de este tipo, que justamente da el punto de conexión. La identificación política se hace en términos de la identificación con una persona, lo que implica una alta emocionalidad, como, ideología, igualdad, humanismo, cuyos valores no concuerdan con la casta aristocrática a la que creen pertenecer los generales burgueses, por eso no echan sus raíces en el estamento revolucionario, sino en estamentos oligárquicos. Usan sus posiciones militares para el control económico y como nación – estado, fuente de privilegio del poder señorial, realizando así dictaduras militares en estructuras claves y elementales del sistema político, que les permite sostener la burguesía conflictiva desde una misión estructural a los intereses del imperio. A partir de ahí, no hay por que diferenciar las dos declaraciones del Baduel, eso si, nos enseña que el burgués conquistador no está solo, es un producto previsto del imperio, usando el nido de víboras que hay que identificar. No todos hacen sonar los cascabeles ¿Cuántas víboras habrá escondidas? En la supuesta lealtad de los círculos cercanos que rodean a Chávez, círculos en proceso de aburguesamiento. Cuarta república que sostenían junto a la jerarquía eclesiástica la oligarquía y los generales burgueses. Chávez sabe que el único que no lo puede traicionar es el pueblo, no puede apartarse del pueblo ni por un momento, si dos los dos quieren consolidar el socialismo en Venezuela.

Después de las dictaduras en Latino América, los ejércitos se vieron reforzados políticamente para dar sustancia a las Constituciones redactadas para la oligarquía, se transformaron en burgueses conquistadores contra el yugo colonial, una vez destruido ese yugo y definido el nivel de dominio jurídico, político y económico, los demás privilegios del poder subsistieron, no por ideales militares nacionalistas, firmemente cuestionados, sino por proyectos expansivos norteamericanos que impidieron que los pueblos se realizan dignamente. Poder militar que aniquilo los grupos y movimientos sociales de izquierda, usándolos como masa de maniobra político – militar, allanando el camino para las multinacionales, alas cuales dieron protección y apoyo en suelo latino. En este contexto los otros grupos de izquierda, sindicatos, partidos políticos y movimientos, pudieron hacer muy poco en beneficio de la sociedad.

No debemos olvidarnos que los ejércitos latinoamericanos no son confiables para sostener procesos revolucionarios, a los cuales combatieron a lo largo de la historia, mas aun, en sus inicios los militares son leales a su casta, no al pueblo del cual surgieron y que también combatieron, se alquilaron para servir al imperio, liderados por una oligarquía de generales que monopolizaban el poder sin mayores riesgos. Y debido a la estructura militar cerrada, a la estructura académica, a su estructura familiar, ideológicamente los obliga a combatir la izquierda en cualquiera de sus formas para formar un dominio aristocrático en sus estructuras sociales. Son burgueses que no comparten sus privilegios con el pueblo, o ustedes conocen generales que, con sencillez y humanismo compartan con la clase mas pobre, yo no. Comparten con la oligarquía, son vistos como parte de la clase media alta, son parte de las familias aristocráticas tradicionales, son adsorbidos por está, dada a la influencia de poder que dan las armas, para conseguir prestigio económico social y político, lo que los hace exclusivos y exclusivistas, que permiten que solo sus iguales militares con derecho al privilegio de vida distinguida ingresen a ese núcleo social. Por todo esto no son fiables como aliados para un proceso democrático revolucionario en construcción.

En Bolivia, el gobierno de Evo, sufre los ataques de la oligarquía, respaldados por el glorioso ejercito que asesino al che Guevara, así ya lo manifiestan, haciendo sonar sus cascabeles en alianza con la policía. En Ecuador, antes durante y después de la asamblea constituyente la fuerzas armadas son uno de los mayores peligros para consolidar la izquierda de Correa. Ejercito entrenado, armado, pagado y alimentado ideológicamente por los Estado Unidos, mas aun con la implementación del plan Colombia, fortalecido por el traidor Lucio Gutiérrez y el plan patriota, los dos sendos fracasos del imperio. Desde enero del 2006 hasta el 2010 está en marcha el plan andino, ante el fracaso militar del plan Colombia, los ejércitos y sus planes desestabilizadores, las misiones encubiertas y la guerra sucia aumentaran, en países con gobiernos de izquierda. Los ejércitos en la región no son neutrales, son decisorios, no son apolíticos son políticos, nunca están subordinados al órgano civil. Por ahora son leales al imperio y al poder del capital y este es el mayor peligro de los procesos de izquierda en la región. En Venezuela, les pregunto ¿Qué porcentaje de militares son leales a Chávez? En estas circunstancias lo de Baduel y cientos mas como él, son el resultado de una crisis de hegemonía, estos militares han usado los estados hasta donde se puede, actualmente han llegado a su limite, es decir a su capacidad de ejercicio de la violencia demostrada en décadas atrás, hoy puesta de manifiesta por su hermano mayor el ejercito Norte Americano.