Breve reflexión

El aumento salarial de los médicos

Después de 8 años de proceso Bolivariano el Estado sigue en mora con tres grandes leyes:

1. Ley de Policía Nacional

2. Ley Orgánica del Sistema de Seguridad Social

3. Ley de Salud y del Sistema Público Nacional de Salud

Dos de ellas, pretenden entrompar y resolver dos sentidos problemas que aquejan a nuestro pueblo, a nuestra sociedad: La inseguridad y la salud.

En diciembre 3 de 2006 un 64% de la población le dio su aprobación con su voto al candidato Hugo Chávez a su propuesta de echar las bases fundacionales de un nuevo modelo de Estado; el Estado Socialista de la República Bolivariana de Venezuela.

El principio etimológico de un Estado Socialista es la igualdad o equidad; desarrollar una sociedad justa; no clasista; sin excluidos y básicamente, sin divisionismo. El líder Presidente no se ha quedado sólo en eso, sino que, apuntalado en el árbol de las tres raíces, ha denominado su proyecto con el apelativo de socialismo del siglo XXI que muchos “sesudos” analíticos políticos dicen no entender y que no es otra cosa sino lo esbozado y plasmado en “El Proyecto Nacional Simón Bolívar” que se fundamenta en el pensamiento Robinsoniano, Zamorano y Bolivariano (árbol de las tres raíces) todo con el fin de lograr la mayor suma de felicidad posible.

Esta introducción la hacemos con el objetivo de analizar el decreto presidencial de “aumento lineal” de un 60% del salario de los médicos y médicas.

En la actualidad, Venezuela cuenta con dos sistemas de salud que marchan en paralelo pero con tendencia a encontrar un punto de confluencia para sentar las bases fundacionales del Sistema Público Nacional de Salud. Ellos son: el sistema de salud tradicional, el que administra el Estado a través del Ministerio Popular para la Salud y el Sistema Barrio Adentro, regentado a través de las Misiones.

Ya sobre la Misión Barrio Adentro se ha explicado hasta la saciedad del porqué de su implementación y sabemos que nació, a groso modo, para no entrar en muchas explicaciones, ante la urgencia de implementar un sistema alternativo de salud libre de burocracia, ágil, que llevara soluciones inmediatas, sin tanta parafernalia al pueblo; a ese pueblo hambriento y urgido de respuesta a sus problemas de salud y que durante los 40 años de gobiernos adecos y copeyanos se fueron acumulando de una manera terrible conformando eso que se ha dado en denominar “deuda social”.

El tema salarial para cualquier sector es vital. Todos dependemos de un salario o ingreso derivado de la actividad a la cual nos dediquemos para cubrir no sólo necesidades básicas, sino todas aquellas inherentes a la condición humana en la consecución de una “vida digna y decorosa” (artículo 87 de la carta magna) y por ende, un mejor estándar de vida indistintamente del sistema político que se transite. El monto de ese salario no tiene por qué ser un estigma o motivo de vergüenza para quien lo recibe cuando este es justo y honra la profesión que se desempeña. Y así lo reconoció el ciudadano Presidente Hugo Chávez cuando al anunciar el aumento salarial para las médicas y médicos lo catalogó como un “acto de justicia” para quienes se dedican a tan noble profesión; palabras más, palabras menos.

Adicional a lo anterior, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece en su artículo 88 que, “El Estado garantizará la igualdad y equidad de hombres y mujeres en el ejercicio del derecho al trabajo”. [sic]

Hemos visto por imágenes de televisión, la serie de confrontaciones que se han derivado entre distintos sectores médicos del país y a nuestro entender, más que político ese enfrentamiento, que sin lugar a dudas no negamos que también pudiera estar presente, en especial cuando hacen acto de presencia los dinosaurios que “fantasmean“ las dependencias de la Federación Médica Venezolana, es motivado a la gran brecha de tipo salarial que amplio ese decreto entre los médicos y médicas que laboran en uno y otro sector; entiéndase, en el sistema de salud tradicional y los que laboran en sistema de salud Barrio Adentro.

El problema es tan complejo para explicarlo en una sola entrega, que sólo nos limitaremos, muy pragmáticamente, a documentar con un solo ejemplo en dónde, a nuestro entender, está el principal motivo de la confrontación entre médicos de uno y otro sector.

Ya hicimos mención al artículo 88 de la carta magna que establece que “El Estado garantizará la igualdad y equidad de hombres y mujeres en el ejercicio del derecho al trabajo”. Este artículo, en nuestra humilde opinión, lo violenta el decreto Presidencial de aumento salarial para las médicas y médicos y por ello se han desatado las “pasiones”.

Veamos un ejemplo práctico:

Un médico interno, recién graduado, que labora en los grandes hospitales con una pasantía implícita por el “medio rural” percibe como salario básico en la actualidad 800.000 Bs y un médico (estudiante) del postgrado de medicina general integral, que a los efectos está en la misma escala académica de formación profesional que el médico interno pero con distintas funciones, no queriendo decir con esto que una sea más importante que la otra, sino derivados del modelo de medicina que practican uno y otro es 1.490.000 Bs. básico

Entre ambas escalas salariales hay una diferencia de 690.000 Bs a favor del segundo. Cuando se aplica el aumento del 60% decretado por el Presidente de la República el salario del médico interno, adscrito al sistema tradicional de salud pasa a un pírrico sueldo de 1.280.000 Bs básico en tanto que el salario del médico que labora para el Sistema de Salud Barrio Adentro se eleva a 2.384.000 Bs básico ampliando la brecha salarial de 690.000 Bs a un 1.104.000 Bs entre uno y otro.

Injusto ¿no?

Podemos escribir y argumentar unas cuantas cosas más en torno a este decreto; pero sería demasiado largo y tedioso hacerlo y sólo nos conformamos con decir, por ahora, que esperamos que en aras de la paz entre hermanos y colegas se honre el artículo 88 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y se haga un acto de justicia en el sentido en que todos los salarios de los médicos y médicas sean homologados hacia arriba, como un gran paso previo a ese nuevo Sistema Público Nacional de Salud tan necesario para la patria.

¡El que tenga oídos, que oiga!

*Médico


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Eliécer Alvarado*

Médico y revolucionario.

 elieceralvarado@hotmail.com

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