Cáscara Amarga 1104

Todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración

Todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración. Aqueste este cura ignaro raro cleuasmo asno se abroquela en el paradójico metafórico quiasmo río heraclitoiano de Heráclito en que un río no es dos veces el mismo río y es el mismo río las dos veces. Aqueste este cura ignaro raro cleuasmo asno se abroquela en el paradójico metafórico quiasmo río andresbelloiano de Andrés Bello en que saber todo lo que se quiera decir trae consigo saber decir lo que se quiera. Aqueste este cura ignaro raro cleuasmo asno se abroquela en el paradójico metafórico quiasmo río eisteiniano de Albert Einstein en que las leyes de la matemática en la medida en que son ciertas no se refieren a la realidad y en la medida en que se refieren a la realidad no son ciertas. Agora ahora hogaño, todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración. Ha de ser el paradójico metafórico quiasmo río bertrandrusselliano de Bertrand Russell. Que en otras palabras sería que una contradicción lo implica todo y a partir de una contradicción se puede demostrar lo que se quiera. Sin lugar a dudas y a buen seguro que el filósofo matemático lógico escritor británico, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1950, hubo de margullir en el paradójico metafórico quiasmo río heraclitoiano de Heráclito, en que un río no es dos veces el mismo río y es el mismo río las dos veces. O sea y es decir, decir que Russell, se ubicará con su capacidad de ubicuidad y de valuación en la optimalidad ortogonal pitagórica en la slash diagonal hipotenusa pitagórica socrática ad absurdum mayéutica de entre el teorema directo y el teorema indirecto del Teorema de Pitágoras del tercer año de bachillerato y de Los Hooligans. Todas las soluciones de todos los problemas teoremas temas dilemas del mundo están en Pitágoras y en Bertrán Russell. Y, como tiénese dicho y como deténtase mentado en el paradójico metafórico quiasmo río bertrandrusselliano, todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración.

Con parábasis y sin parábasis, todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración. Con esta postura ubicua visionaria parlamentaria del filósofo matemático lógico escritor británico, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1950, hubo de mandar al carajo al principio del tercio excluso de Lógica de Aristóteles y del capitalismo histórico histérico rapaz del ¡O estás conmigo o estás con mi enemigo! Y, asina asín ansí así, con el tercio excluso de Lógica de Aristóteles, están jodiendo al mundo y a todo el mundo con lo que se han de apropiar del mundo, abroquelados en el principio del tercio excluso aristotélico de la exclusión exclusiva exclusa. Mas y más, pero y empero, el filósofo matemático lógico escritor británico, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1950, hubo más bien de abroquelarse en La Moral del filósofo de Estagira, en el paradójico plausible prudente medio tercio incluso un medio aristotélico absurdo medular estable profundo de entre el exceso y el defecto de La Moral del estagirita. Y, quizás y sin quizás, y, a buen seguro del que surgiera el paradójico metafórico quiasmo río bertrandrusselliano de Bertrand Russell. Que en otras palabras sería que una contradicción lo implica todo y a partir de una contradicción se puede demostrar lo que se quiera. O sea y es decir, decir que todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración.

Con digresión y sin digresión, todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración. Agora ahora hogaño, todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración de Bertrand Russell. Bertrand Russell, que no hubo de leer nunca jamás la carta del Libertador Simón Bolívar al Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre del 28 de octubre de 1828. En esa carta histórica definitiva del Libertador, surgía una visión de conjunta de la naturaleza y del hombre, una concepción del mundo, producto de la reducción del hexámetro de Quintiliano a natura y persona por parte de la grande mente imaginativa del Libertador sobre el lomo de Palomo. Y, asina ansí asín así, decíale el Libertador al Gran Mariscal. Tome usted por base de sus operaciones, el método bolivariano, la naturaleza de las cosas lo de natura y el interés instantáneo lo de la persona. Y, de entre natura y persona, el impulso irresistible inspirativo instantáneo bolivariano absurdo medular estable profundo del Padre de La Patria, que no viera Bertrand Russell. En los próximos días se han de cumplir 197 años del derrumbe que hiciera Simón Bolívar sobre el lomo de Palomo al hexámetro de Quintiliano del Derecho, del Periodismo, de las Matemáticas, de la Lógica y tantas otras disciplinas. Agora ahora hogaño, esto no lo viera ni lo supiera nunca jamás el Premio Nobel de Literatura de 1950, lo de natura y persona, díptico del Libertador 1828. Y, decir y nombrar el paradójico impulso irresistible instantáneo inspirativo bolivariano absurdo medular estable profundo de entre la contradictoria caliginosa natura y persona del Libertador, es decir nombrar que a partir de natura y persona, que es una contradicción del Libertador, logramos decir lo del filósofo matemático lógico y escritor británico, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1950, Bertrand Russell, que todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración.

Con divagancia y sin divagancia, todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración. Paradójico metafórico quiasmo río bertrandrusselliano. Todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración. Ha de ser el paradójico metafórico quiasmo río bertrandrusselliano de Bertrand Russell. Que en otras palabras sería que una contradicción lo implica todo y que a partir de una contradicción se puede demostrar lo que se quiera. Se ha de echar de ver que y se ha de advertir que lo de Bertrand Russell, lo estableciera endenantes, 500 años antes de Cristo, el filósofo y matemático griego de Samos, Pitágoras, apoyado siempre en el contradictorio teorema directo y el teorema indirecto en la optimalidad ortogonal pitagórica, en la slash diagonal hipotenusa del cuadrángulo rectángulo en donde han de estar todas las resolutivas optimalidades pretendidas, o sea y es decir, decir la solución de todos los teoremas problemas temas dilemas del mundo en el Teorema de Pitágoras del tercer año de bachillerato y de Los Hooligans. Y, que no fuera un descubrimiento de la agüita fresca por parte del filósofo matemático lógico escritor británico, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1950, Bertrand Russell, que a según, todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración.

Con reboso y sin reboso, todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración. Con reboso y sin reboso, que no rebósase la bacinilla de Rosa María de la calle Alegría de San Carlos de Cojedes, en el límite límbico grembo fronterizo, la mitad llena de mío y la mitad vacía, continente que contiene al contenido del todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración. Con la curda y sin la curda en el botiquín de Miguelito de San Carlos de Cojedes en que guindara del techo un gigantesco cartón cuadrángulo rectángulo pitagórico que desde la slash diagonal hipotenusa contrarrecíproca ad absurdum, se leía por una de las caras que la temática de la otra cara es verdadera y por la otra cara la temática de la otra cara es falsa. Gigantesco cartón cuadrángulo rectángulo pitagórico guindalache botiquinero, continente que contiene al contenido del todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración.

Si todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración. Entonces sea dicho que todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración, ha de ser el paradójico metafórico quiasmo río bertrandrusselliano de Bertrand Russell. Bergoglio ergo vergo sea dicho que la bacinilla de Rosa María de la calle Alegría de San Carlos de Cojedes, en el límite límbico grembo fronterizo, la mitad llena de mío y la mitad vacía, es continente que contiene al contenido del todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración del filósofo matemático lógico escritor británico, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1950, Bertrand Russell. Que en el gigantesco cartón cuadrángulo rectángulo pitagórico guindalache botiquinero del botiquín de Miguelito de San Carlos de Cojedes, la slash diagonal hipotenusa contrarrecíproca ad absurdum, ha de ser continente que contiene al contenido del todo se implica con una contradicción y con una contradicción todo lo que se quiera es demostración.



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Miguel Homero Balza Lima


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