Crítica ácida

Medio siglo después vale la pena evocar la admiración a Allende

Gobernaba Venezuela el social cristiano Rafael Antonio Caldera Rodríguez, en su natal Yaracuy fue hijo adoptado y resultó hábil político de derecha con innegable inteligencia, curtido disimulócrata ganó dos veces la presidencia de la república, soberbio al estar fuera del escenario público, nunca le creí el uso de voz semiaflautada imitando rezos católicos a medida que discurseaba. Cuando le faltaban exactamente seis meses para el final de su primer gobierno, ocurrió el golpe de estado fascista en Chile, el derrocamiento y muerte del médico socialista Salvador Allende Goosens, ocho años menor que el venezolano Caldera.

Allende, cofundador del Partido Socialista chileno fue cuatro veces candidato presidencial, igual que Caldera cuatro veces aspirante presidencial en Venezuela, notable la diferencia entre ambos en la intención hacia el pueblo desasistido, Caldera en 1964 ya presidente fue detestado por la población popular que, en parte había votado por sus promesas, Allende por el contrario ascendió amado por la mayoría austral con votos de la Unidad Popular, subió al solio presidencial dispuesto a sacar a Chile del 60% de analfabetismo y cambiar ese 2% de los presupuestos asignado a la ayuda mísera a sectores desasistidos, esencialmente en educación y salud, en gobiernos momios o burgueses corruptos y obedientes a los U S A.

El presidente estadounidense Richard Nixon organizador vil del derrocamiento y muerte de Allende como se supo al desclasificar documentos del Pentágono gringo, se prometió sacar a Allende como fuese. En Venezuela los social cristianos de Caldera y sus socios social demócratas de los ex presidentes Betancourt y Leoni, cumplían la entrega de la nación bolivariana a los gringos, con la desfachatez de haber firmado el "Pacto de Puntofijo" en Nueva York, "Puntofijo" era el nombre de la residencia de Caldera en el este caraqueño, el derechista yaracuyano triunfador por escasos 33 mil votos sobre los socialdemócratas sus socios.

Salvador Allende, a quien su gente en Chile llamaba cariñosamente "Chicho" había recorrido su patria prometiendo mejorías y empoderamiento popular en todos los órdenes, como en efecto cumplía desde el primer día de su gobierno. Tuvo el valor Allende de invitar al Comandante Fidel Castro a pasar varios días en Chile, actitud que enfureció al entonces presidente gringo Richard Nixon, alterado y vulgar en nombre de los todopoderosos e inmundos gringos politiqueros supremáticos, gestor de la campaña de hacer crujir la economía de Chile, dispuso negarle a los chilenos el acceso de alimentos y medicinas, aliándose Washington con militares traidores del entorno más cercano al popular presidente Allende y soliviantando a las clases sociales pudientes, odio fatal hacia el Presidente cofundador del Partido Socialista, Allende permanecía atento de los pobres en forma idéntica a la que, luego de varias décadas lo haría en Venezuela el Comandante Hugo Chávez.

Era tan fuerte la decisión de respaldo desde Venezuela en 1973 a los golpistas del homicida Augusto Pinochet que, en Caracas por ser mi persona el único conductor de un noticiario de 15 minutos transmitiendo comentarios adversos directamente a los golpistas chilenos, advertí se arrepentirían de caer en manos de traidores apegados a Washington para gobernar con las clases sociales pudientes y crear el odio letal hacia Allende, orientación izquierdista valiente del chileno presidente.

Fui protagonista entonces de lo que recuerdo y narro 50 años después. Aún en mi mente una encopetada manifestante señora de clase alta enjoyada y elegantemente vestida gritando "Allende is a killer, "Allende is a killer", programaron transmitir esas calificaciones a Allende en idioma inglés, para consumo del mundo tildándolo de asesino, en ese escenario donde los soldados de Pinochet disparaban matando habitantes de los barrios menos favorecidos y sembrando terror fascista ordenado por Nixon. En la patria venezolana los copeyanos en el poder se desataban en loas a los pinochetistas.

En medio de vulgaridades en La Casa Blanca, Nixon llamó a Allende son of the bitch, es decir, hijo de perra, gritando en privado "tiene que irse", los militares el 11 sept. 1973 bombardearon el palacio presidencial en Santiago de Chile, aplaudidos por presidentes de otros países, entre ellos el venezolano Caldera.

Fui conminado por el Jefe de Prensa donde trabajaba en Caracas, a cambiar la tónica de mis noticias, acusándome de tener un informativo marxista leninista, "cambias o renuncias" me dijo el caballero social cristiano y periodista, el informativo a mi cargo era de 12 y 15 a 12 y 30 del mediodía en "RM Radio" emisora de Amplitud Modulada, intensifiqué mi aversión al golpe de militares chilenos pitiyankys y explicaba por qué, con cierto disimulo para evitar me hicieran preso por órdenes gubernamentales calderistas.

El Jefe me pidió la renuncia y mi respuesta fue decirle retírame, lo hice pues en ese entonces si alguien renunciaba le pagaban simple y si lo botaban el arreglo era doble y lo estigmatizaban en el campo laboral, la acción de ese militante social cristiano periodista fue adornada con la frase, "no vas a conseguir trabajo en ninguna parte". A la postre fui a otra radio y me quedó la triste satisfacción de no haber dicho mentiras en torno a la dictadura del asesino General Augusto Pinochet.

A 50 años de la muerte de Allende, sigo admirándole, quien lea sus pensamientos, proyectos, sus razones y sin duda su hidalguía, estará de acuerdo con quien, como en mi caso, no transigimos ni acatamos decisiones de la derecha maltrecha y desecha impúdica e impedida de organizar chilenadas homicidas como la del 11-09-1973 que, dio inicio a aquella horrorosa dictadura asesina múltiple, financiada y comprometida con los militares y civiles de gobiernos estadounidenses siempre amenazantes e invasores mundiales.

Hugo Chávez habló muchas veces de Allende y el legado a la historia política, explicó las actuaciones castrenses de Chile y la diferencia con nuestro proceso cívico militar armado, conducta similar la de Chávez a la de Simón Bolívar contra el imperialismo conquistador. Viva Venezuela, viva el recuerdo mundial a Salvador Allende, extraordinario socialista ejemplarmente admirado a 50 años de su asesinato y elevado a héroe por multitudes en el mundo y justamente homenajeado medio siglo después de su desaparición física.



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Luis Sánchez Ibarra


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