Un acuerdo de participación ciudadana por la Paz

"Patria, Paz y Vida"

La importancia de un acuerdo de Paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Colombia radica en la posibilidad de poner fin a décadas de soportar la desgracia del conflicto armado y violencia.

A través del diálogo y la negociación, se abrirían las puertas hacia la reconciliación, la justicia social y la construcción de una sociedad más equitativa, solidaria y pacífica en Colombia. Un acuerdo con el ELN permitiría brindar oportunidades para la reincorporación de sus miembros a la vida civil, promoviendo así la estabilidad y el desarrollo sostenible en las regiones afectadas históricamente por el conflicto armado.

Es fundamental buscar soluciones pacíficas para resolver las diferencias y trabajar juntos por un futuro mejor para todos los colombianos y colombianas.

La participación ciudadana y la apropiación por sí misma del compromiso de pacificar a Colombia, son clave para alcanzar un acuerdo de Paz Total en en país. Es importante que toda la ciudadanía se involucre activamente en el proceso de negociación y haga escuchar su voz y sus necesidades. La sociedad civil debe ser un actor protagónico en la construcción de la paz, sin ella no tiene sentido. Ellos y ellas sin distinción alguna han sufrido las consecuencias del conflicto armado durante décadas. La participación ciudadana también implica un compromiso en la implementación efectiva del Acuerdo de Paz, asegurando su cumplimiento y sostenibilidad a largo plazo. Solo a través de una participación activa y comprometida, se puede construir una sociedad más justa, equitativa y pacífica.

Colombia, tiene que ser tierra vibrante de historias y diversidades, donde la paz siga siendo perseverante buscando espacios entre ciudadanías libres que florecerán como la primavera tras un pasado marcado por la guerra. En el espejo de sus ríos se reflejan las luchas sociales y políticas, anhelando un cambio libertario. El dolor de las fosas comunes, la desaparición, el desplazamiento forzado y la muerte se enfrentan con el deseo de una Paz participativa y efectiva, donde todas las voces sean escuchadas. Niños, jóvenes, mujeres, diversidades sexuales, indígenas, afros, sindicatos, estudiantes; etc, todo el colectivo humano, forma parte de este pueblo que lucha por la reconciliación.

Que el legado de Gaitán y 'el bogotazo' nos recuerden la importancia de construir una república justa y equitativa. Que la reincorporación del ELN sea un paso hacia un futuro sin violencia. ¡Atrévamonos a soñar con un nuevo amanecer!

Reflexión final:¿Guerra o acuerdo de Paz?, dos caminos divergentes en el horizonte incierto, se alzan como gigantes. La guerra, con sus garras afiladas y crueles, derrama sangre y lágrimas en miles de pieles, pero el acuerdo de Paz, como una luz en la oscuridad, nos invita a dejar atrás el odio y la maldad.

Es un puente que une corazones divididos y a su vez nos muestra que el perdón es lo más valioso y querido.

En medio del caos y la destrucción,

el acuerdo de Paz es una dulce canción.

Sus notas resuenan

en cada alma herida,

sanando las llagas,

trayendo vida.

La guerra solo engendra más violencia,

mientras que el acuerdo de Paz nos ofrece clemencia.

El diálogo debe ser una guía para la reconciliación, para

construir puentes de alegría, más no para derrumbar la vida.



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Jhon Jairo Salinas

Dirigente Social, Promotor de Derechos Humanos, Activista del Movimiento Social por la Paz en Colombia, Poeta y Escritor.

 jjsalinas69@gmail.com

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