¿Negociación o chanchullo?

Mi cotorrita, cada movimiento que hace Maduro, en las sabanas del cielo mi comay, se oyen unos griteríos, que son más fuerte y luminosos, que los relámpagos del Catatumbo. Se oye mi comay, como un coro de puro gritos y al fondo uno oye: ¡Maisanta! ¡Maisanta!

Uno va oyendo mi cotorrita, como una versión de ese bolero que nos dejó María Luisa Landín, cuyo título mi comay es amor perdido. ¿Te acuerdas Chucha?

Claro Chela, me acuerdo porque me la cantaste. Me dijiste que lo oías en el bar de Horacio Valderrama. Me acuerdo que me la cantaste y te quedaste como pegada en aquella parte de la canción que dice más o menos así: "Hoy me convenzo/Que por tu parte, nunca fuiste mía, ni yo para ti/Ni tu para mí, ni yo para ti/Todo fue un juego, nomás que en la apuesta, yo puse y perdí”

Como lo dice el bolero: nomás que en la apuesta, yo puse y perdí". Cada vez perdemos más y el perder más, vamos más abajo y directo al fondo del barranco.

El intercambio de presos mi Chucha, es otra jugada donde el pueblo queda fuera. No aparecemos en el tablero de prioridades de un gobierno, que nadie puede discutirle su condición de ser un gobierno estrictamente popular y obrero. Esta condición no se discute. El Bolívar, que es la moneda que aparece en la constitución sobradamente Bolivariana, tampoco está en ese tablero de prioridades. El bolívar, como lo dice la profesora, continúa siendo acosada y atacada injustamente. La guerra económica, que según las versiones, es la causa de este despelote, tampoco pudo pedirse parar con este intercambio.

El primer preso que debía pedirse a cambio de un bojote de gringos, era el bolívar. Pudo pedirse que nos trajeran de vuelta y totalmente libre al bolívar. El gobierno popular de Maduro, pensando en un pueblo que tanto quiere y ama, ha debido exigirles a los gringos que sacarán de circulación a esa especie de malandro que tienen suelto con el alias de dolartoday. Ese bicho junto con otro compinche, nos tienen la vida hecha cuadritos.

Mi comay Chela, cómo dijo ese filósofo zuliano, no puedes pedirle peras al horno. Cada quien jala brasa para su sardina y en esta negociación, que más bien fue un chanchullo, jalaron brasa para su sardina y el pueblo se quedó con su sardina fuera.

En Citgo no pasó nada. Nada tendría de extraño, que el próximo chanchullo, se libre a Guaidó del poco de investigaciones que adelanta la justicia y quede libre de pecados y de robos, pero bien lleno de billetes que supuestamente son del pueblo. Nada extrañaría, si Juan Guaidó lo cambia por el diplomático y asunto terminado.

El único que realmente ha perdido y perderá en este drama es el pueblo. Raro es, que esto suceda en un gobierno popular y con un presidente obrero.



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Amaranta Rojas


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