Presos y Vivas Santana

—Aló.

—Compita, qué está haciendo.

—Aquí aprendiendo inglés para poder pronunciar los nuevos precios acordados.

Porque debe ser muy feo llegar a la bodega y no entender cuando el bodeguero le diga a uno que el kilo de queso está a "four and fifty dólar".

Queda uno como un ignorante.

—Esos ponen el precio en número, no se preocupe por eso. Que ahí lo hacen entender.

A lo mejor en la televisión están enseñando a multiplicar en dólares.

Lo llamo porque quiero preguntarle una cosa

—Eche pa’ fuera esa pregunta

—¿Qué diferencia hay entre preso político y político preso?

—Yo no recuerdo cuál fue la eminencia que hizo es distinción ontológica.

—¿Onto qué?

—Mire si se va a poner a preguntar por todo, lo dejamos hasta ahí.

Así le dicen, no sé qué será eso, pero así dicen los entendidos.

—Siga, compita.

—Un político puede estar preso porque cometió una infracción de tránsito, exceso de velocidad pongamos por ejemplo.

Está preso no por político sino por infractor del límite de velocidad.

—Y en ese caso, que usted mienta, ¿interviene el tribunal militar?

—Yo no me meto en esas honduras.

Ni sé a cuál tribunal le corresponde, a menos que haya chocado con un tanque de guerra.

Ahí supongo que intervendrá, como usted dice, el tribunal militar.

O que se lleve por delante la cerca de Conejo Blanco.

Para que pague la reparación.

—Yo lo pregunto, porque fíjese que a todos los políticos, si es que los llevan a tribunales, los llevan a los tribunales militares.

—A bueno, debe ser que han chocado con algún tanque de guerra.

Y como el tanque es militar, debe ser ahí donde se resuelve ese asunto.

Búsquese a un constitucionalista, que ese sí le dice como es el asunto con claridad.

Pero, a lo que iba antes que usted me chalequeara la explicación, era a esto.

Lo raro es que los políticos que están presos es porque han estado haciendo actividad política.

Y si han estado haciendo actividad política están en lo que ellos hacen política, aunque sea magunche pero política al fin.

Si un político es puesto preso por hacer actividad política entonces ¿qué es? ¿Político preso por hacer política o preso político por hacer política?

—No se ve mucho la diferencia.

—No la ve usted.

Pero los mesiánicos si la ven, porque les conviene.

Porque estos para buscarle las cinco patas al gato son expertos. Le dan vueltas pero la consiguen.

Así como le metieron a uno medio chuzo con los precios en dólares.

—Esa es la verdad pura.

—Yo creo que por eso es que no los llevan a los tribunales, porque esa pregunta no está del todo respondida.

¿Cómo es un político preso si está preso por hacer actividad política?

Entonces van metiendo a la gente en el bote, hasta que Dios se acuerde de ellos.

Creo que no pasan de dos a los que les han dado sentencia, y que no está muy clara la misma.

—Es un problema serio.

Las escuelas de abogados deben estar estudiando esa jurisprudencia.

—Y esa palabrota, deje de estar diciendo groserías, porque los aporreados nos pueden censurar.

Fíjese que el general había cumplido la sentencia que le habían dado, lo soltaron y no había llegado a la esquina y lo volvieron a meter al bote, lo soltaron como de mamadera de gallo.

Desde hace dos meses la hija no sabe nada del papa, así salió en la noticia.

Y de Vivas Santana ni el polvo, y otros muchos más que uno no sabe el nombre de esos cristianos.

—En alguna parte del mundo debe haber alguna explicación para eso de preso político y político preso.

Porque hay un montón de políticos encarcelados, pero ninguno es preso político.

—Pregúntele al poeta, a lo mejor le recita alguno de sus versos.

Voy a seguir acá estudiando los números en ingles, oiga: uan, tu, tri, four, fai.

Qué le parece.

Estos creen que uno no va a poder sobrevivir.

Están pelaos.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1496 veces.



Obed Delfín


Visite el perfil de Obed Delfín para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Obed Delfín

Obed Delfín

Más artículos de este autor