Seguridad versus Defensa

Los globalistas africanizan el planeta, desaparecen espacios nacionales, succionan recursos y licuan activos, hacia el exterior el sistema planetario de usura, regiones diseñadas para anidar capitales, demoliendo a la sociedad y desestructurando las naciones.

Concentración financiera extrema y aniquilación: expulsando a millones del sistema de seguridad social, mercados formales de trabajo, sindicatos, educación, salud pública y alimentación, en medio de políticas de desregulación y privatización.

Así, la pertinencia de la idea de Chávez plasmada en la Constitución y la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación referida al paradigma de la Seguridad y Defensa Integral de la Nación para el desarrollo integral, que garantice el goce y ejercicio de los derechos y garantías en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar fundamentados en el principio de corresponsabilidad.

Opuesta a la visión de la seguridad sólo como mantenimiento de un determinado orden social interior y la defensa como preservación de un espacio común, político, geográfico y cultural externo.

Debemos desarrollar un sistema de seguridad y defensa nacional integral que nos permita diferenciarnos y anticiparnos al entorno hostil en un enfoque sistémico geoestratégico, que pondere y clasifique dichas amenazas internas y externas, para neutralizarlas.

Confrontar la visión “securitaria” que el sistema global intenta imponernos con coartadas pseudo democráticas como la “lucha contra el enemigo interno”, solo es posible apoyados en instituciones militares sólidamente insertas en la sociedad con producción industrial propia, pensamiento estratégico y velen por el interés nacional y su sobrevivencia.

Considerar la seguridad de la nación separada de su defensa permite la imposición impulsada desde la ONU/OTAN de fuerzas de cooperación des-terradas y des-cerebradas. El Nuevo Orden Mundial requiere ejércitos transformados en fuerzas militares transnacionales defensoras del status quo hegemónico.

Evitemos la progresiva dependencia e indefensión, fortaleciendo al Estado no para retrotraerlo a la peste de la doctrina de la seguridad nacional, sino para asegurar y defender adentro y afuera los intereses de la República frente al capitalismo depredador.


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María Alejandra Díaz

Abogada constitucionalista y representante del Estado ante la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Vicepresidente de la Comisión de Justicia y Tutela Efectiva de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela (2017).

 @MariaesPueblo

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